“Acá hay una fuerte responsabilidad de los padres”

Luego de que el caso del chico muerto por accidentarse en un cuatriciclo sacudiera la tranquilidad de Pinamar, el nuevo intendente del distrito no anduvo con vueltas y aseguró que en este tipo de accidentes “hay una cuota importantísima de responsabilidad de los padres”.

Martín Yeza hizo foco en un problema cultural que existe en el rubro: “La gente muchas veces no toma consciencia de lo peligroso que es el cuatriciclo. Todos los años hay muertes. Para manejar un cuatriciclo de esa cilindrada, por lo menos tenés que tener 19 años. Este chico ni siquiera tenía casco”. Al referirse a las inspecciones que debe realizar el Estado, el jefe comunal no esquivó el bulto y reconoció que en la zona en donde ocurrió el triste desenlace “no hay controles”. Según el mandatario, “es imposible controlar esa región porque es todo médanos, son siete kilómetros a lo largo de Cariló y Villa Gesell”, esbozó. “El menor estaba manejando un cuatriciclo 800 -agregó Yeza-, que son los más grandes. Si alguien se lo entregó fue un mayor. Como fue en la frontera entre Cariló y Gesell, no tenemos cámaras en esa parte, y tenemos dos llamadas al 911”. Para el intendente, “por lo general las personas que circulan por Cariló o Pinamar son de un nivel socioeconómico alto, y son conscientes de los peligros que puede tener andar en cuatriciclo. Lamentablemente, este suceso ya es una medida de concientización en sí misma para los padres. Además es un criterio de sensatez. Un cuatri 800 es más o menos como un tractorcito, y la verdad que los médanos son peligrosos. Hasta ahora, de lo que se inició la temporada labramos más multas de lo que se hicieron durante todo el año”.

Pese a que es habitual ver andar menores en este tipo de rodados, la normativa vial establece que solo pueden usarlos los mayores de 17 años que sacan el registro, con el aval de los padres. Ese permiso habilita a conducir por dos años los vehículos de menor potencia, de 50 centímetros cúbicos. Recién cumplido ese plazo, se puede renovar la licencia y subirse a las máquinas más grandes, como la que condujo el niño correntino fallecido.

Si bien las empresas de renta de cuatriciclos “están muy controladas y no alquilan a menores”, lo cierto es que la trampa se termina efectuando. Ya sea porque los mayores que alquilan terminan prestando el vehículo a sus hijos, o bien porque la familia ya era propietaria del ciclomotor y los padres dan el visto bueno para concretar la infracción.