Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Información General |la vida a traves de una camara

Cuando sea grande quiero ser youtuber

¿Quiénes son, cómo viven y cuánto ganan los youtubers e Instagramers platenses? Qué hace este puñado de celebridades instantáneas cuando la cámara se apaga

Por LUIS ANDRES CORSO

15 de Octubre de 2016 | 01:53

Cori Quinto habita un departamento en el décimo piso, de uno de los tantos edificios nuevos que hay en la Ciudad. Frente a la puerta balcón, desde donde se ve la Catedral, hay una mesa con micrófonos, cámaras y una computadora.

“Arranqué a grabar en agosto del 2010” comenta y asegura que, sin tener mucha idea, en tres días preparó todo y subió a la red su primer video titulado “A disfrutar”. Según Cori ese videoblog fue más que nada una autocrítica. “Hablaba de empezar a disfrutar las cosas que hacés. Estaba en un período de mi vida que no me alegraba nada de lo que hacía” explica.

Para la época en que ella comenzó, los youtubers del exterior hacían juntadas y festivales. “Acá no había nada de eso. Empecé a investigar y vi que recién arrancaba. Pensé en sumarme, dije: tengo una cámara y sé editar, ya está. Estaba aburrida, muy aburrida”, comenta entre risas.

Hoy, a los 26 años, su cuenta “Otra vuelta de Cori” tiene cerca de ocho mil suscriptores. Explica que los videos son una forma de opinar y hacer catarsis. “Para mí es como un escritor, pero con la cámara. Es mi segunda terapia. Hay videos en los que estoy hablando cuarenta minutos y, de todo eso, quedan editados sólo cinco”.

Cuando no graba, piensa en ideas para sus próximos guiones, también dedica mucho de su tiempo libre a la realización de radio por Internet. “Eso lo estoy haciendo mucho. Con compañeros de la facultad o los que conocí por YouTube” destaca.

Si bien ella se encarga de todo el proceso de producción de sus videos, una de las cosas que más le interesa es que el producto esté bien editado. Por eso, más allá de que debe repartir su tiempo entre el trabajo, los estudios de locución y su cuenta de YouTube, lo toma con tranquilidad porque sostiene que es lo que le encanta hacer.

El continente virtual

Según datos de Google Argentina, Youtube cuenta con más de mil millones de usuarios en todo el mundo. Las últimas estadísticas marcan que el consumo de videos en nuestro país creció más del 66% en 2015.

Un estudio de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) arrojó que el 75% de la población accede a Internet. Por otro lado ComScore, una compañía que se dedica a la investigación de marketing en Internet, asegura que los argentinos pasan once horas semanales viendo videos digitales.

Si bien no hay datos concretos acerca del número de youtubers que tienen cuentas activas en la actualidad, la cifra aumenta cada día. “Antes compartías e interactuabas mucho con otros chicos que hacían videos. Al comienzo te conocías con todos. Ahora ya no pasa tanto”, sostiene Cori Quinto en sintonía con el crecimiento de la red social.

Esa masividad trajo nuevos temas de debate. Entre ellos cuál es la posibilidad de generar ganancias, gracias a la cantidad de visitas que tiene un video, como también aquellas preguntas relacionadas al tiempo que le lleva a una persona realizar estos productos audiovisuales.

Con el objetivo de divertir a sus seguidores Ezequiel Ruffolo, de 19 años, le dedica a cada producción entre cinco y siete horas. Explica que ese tiempo se va en “edición, filmación, música. Detalles que llevan tiempo para que no quede mal. Tiene que entretener a miles de personas, hacer que les guste”, comenta el joven, que lleva 6 mil suscriptos en su canal de YouTube.

Cuando abrió su cuenta, sólo subía videoblogs y sketch. Más tarde se dedicó a los gameplay con humor. “Es grabarse jugando un videojuego y comentarlo de forma cómica para hacer divertir a la gente”, explica.

Ezequiel cursa el segundo año de Ingeniería Industrial. Admite que al principio le costó hacer tiempo para el estudio y los videos, pero ni bien se organizó comenzaron a surgir los espacios para hacer todo. “Llegás retrasado a algún lugar, te dormís más tarde. Pero saber que la gente espera un video tuyo hace que te quedes hasta la noche o de madrugada para terminarlo”, comenta.

No sólo le dedica tiempo a sus videos, también admite que es un gran consumidor de YouTube: “Miro desde que me levanto hasta que me acuesto. Se volvió una forma nueva de entretenerme y siempre que busco algo para reírme es sí o sí YouTube”.

Para él se debe conseguir “que todo lo que está en tu mente quede bien a la hora de editar”, con el único fin de que las partes más cómicas queden plasmadas en el producto final.

Jueves de trapos

En las redes sociales existen también aquellos que buscan, con la masividad de Internet, dar a conocer sus trabajos. Por eso Ignacio Saralegui insiste en que no se considera un youtuber, sino más bien una persona que utiliza la plataforma como una manera de llegar al público. Junto a sus amigos facundo Baigorria, Agustín Bulfón y Juan Cabana crearon una cuenta en YouTube: Jueves de trapos.

Al día de hoy la misma tiene 20 mil suscriptores y el canal ronda las 5 millones de visitas. Nacho explica que siempre tuvieron la intención de trabajar juntos. “Nos gusta el absurdo, ese humor sin sentido De Capussoto en Todo por dos Pesos o el Cha Cha Cha de Casero”, destaca.

Al tratarse de un grupo numeroso, Ignacio explica que mientras él cursa en la escuela de teatro, algunos están en la facultad de cine, otros estudian guión y los demás sólo trabajan.

Dentro de este conjunto hay tres guionistas, Jorge Alonso, José Saralegui e Ignacio que se dedican a pensar guiones en sus casas. El día del rodaje se llevan esos textos, se eligen algunas de las ideas y las filman.

Para el joven actor el reconocimiento de la gente se plasma en otros lugares más allá de lo virtual. El grupo realizó con éxito obras de teatro, programas de radio y películas. Por eso Ignacio no se identifica con el clásico youtuber más bien se siente mejor con la idea de que son un grupo de comediantes, actores y cineastas en formación que buscan abrirse camino a través de las redes sociales.

¿Cuánto gana un youtuber?

Ignacio pone énfasis en la dificultad de generar ingresos con los videos. Su argumento se basa en que “Jueves de Trapo” tiene alrededor de 100 producciones subidas. Todas juntas suman varios millones de reproducciones. “Aún así debemos tener 300 dólares en cuatro años. Para ganar plata tenés que tener visitas como los grandes youtubers”, sentencia.

Ezequiel Ruffolo piensa lo mismo. Según explica, para cobrar y poder vivir del canal se debe tener millones de visitas a la semana y mantener ese caudal a lo largo del tiempo. “Eso es algo que los youtubers más chicos no manejamos. Tampoco tenés un sueldo fijo. Una semana podés tener millones de visitas y generar algún ingreso. Pero la otra semana tenés solamente diez y no generás nada”, explica.

Según Cori Quinto esto es relativo. Para ella “antes llegabas a una gran cantidad de visitas, ahora es más complicado”. Explica que eso se debe a que YouTube cambió algunas características. Entonces, un blogger que desea ser visto, debe jugar mucho más con herramientas propias de la plataforma, como el clickbait. Esto es una fotografía miniatura que sirve como presentación del video, la cual debe provocar ganas de verlo. “Eso se usa mucho hoy en día para conseguir visitas”, sostiene.

Alcanzar algún grado de popularidad en los videos se torna más complejo. Por eso Cori sostiene que hacer un trabajo bien editado no es garantía de nada. “Si no le pones bien las etiquetas o una miniatura interesante, no tenés más de cien visitas”, detalla.

Poro otro lado existen otras maneras de generar un ingreso económico, esto es a través del dinero que paga una empresa para que el youtuber acuda, por ejemplo, a festivales o eventos. También existen los Product Placement: “Viene una empresa y te piden que hagas un video como los que hacés siempre, pero en el final tenés que hablar de la marca, y te pagan por eso” explica.

El pibe que hace videítos

Las plataformas de comunicación mutan. Algunos insisten en que Instagram desplazó de la cima a los videos de YouTube. Entre otras ventajas, esta nueva aplicación, que se creó en el 2010 y dos años más tarde fue comprada por Facebook, permite subir videos de hasta sesenta segundos. Según datos aportados por su página, en junio de este año consiguió escalar a los 500 millones de usuarios, de ese total 62 mil personas siguen la cuenta creada por el platense Fran Gómez.

Según su punto de vista, en Instagram hay mucha gente que pertenece a la movida del Stand up, que es filmarse uno mismo y contar una situación con un remate gracioso. Para Fran este es un formato que no tiene mucha edición. No lo entusiasma.

“Yo venía de un canal de humor en YouTube. Estuvimos un año ahí luchando. El grupo se fue desarmando porque apuntamos a caminos distintos. Pero a mí me quedó algo latente. Siempre tuve ganas de producir desde lo audiovisual, tirado al humor, por más que lo que haga trascienda o no”, relata el joven de 22 años.

Es por eso que comenzó a realizar videos en Instagram, pero sin mucha edición y poco contenido. Sus primero videos, cuenta, “los grababa directamente del celular y los subía”.

Comenzó el tres de enero de este año, mentalizado en plasmar eso que hacía en su cuenta anterior, con un tiempo más corto. Aún sin tener idea de edición y con una cámara vieja. Fueron dos meses de prueba y error donde “hacía un video de 15 segundos y capaz estaba tres horas editando. Los primeros videos no tienen música de fondo.”

A pesar de todo Fran comenzó a tener seguidores. Con el tiempo incursionó en programas de edición, eso lo ayudó a entender la lógica de la producción audiovisual.

Entendió que ciertas técnicas aportaban dinamismo a sus videos. En pocos meses, su cuenta ascendía a miles de seguidores.

Desde entonces maneja mejor los tiempos. Cuando tiene una idea la anota, esboza un posible guión y graba. A veces hace videos en menos de quince minutos. Pero otras veces tiene ideas no puede materializar. “Como no tengo un guión armado, capaz filmo diez veces y estoy tres horas editando”, explica.

Cuenta que desde pequeño le gustaba la cámara. “Era chico, tenía seis años y relataba partidos en la play. Tengo videos del VHS filmando con mi hermana programas de televisión. Hacíamos parodias de novela”.

Fran reparte su tiempo entre su Licenciatura en Comunicación Social, su trabajo en una radio y los videos, los que hará, cuenta, hasta el día en que se canse.

¿Qué ves cuando me ves?

“Me saludaron tres personas y me sentí muy incómodo. Con el tiempo lo vas manejando”, admite Fran. Explica que la crítica es algo difícil de tratar hasta que uno se acostumbra.

“En la calle hay gente que me conoce y aunque no me saluda, me miran o se ríen.

En cambio, en lugares donde hay personas de mi edad, me saco fotos o charlo más tranquilo. Casi siempre donde hay gente de mi generación”, comenta.

Por otro lado la repercusión es un tema llamativo. Cuenta que aquellos videos con los que más popularidad logró, los filmó en poco tiempo. “A las 9 y media de la noche se me ocurrió, me filmó mi viejo y a las 10 lo subí. Y fue un video que tuvo 10 mil reproducciones y un montón de comentarios”.

Eso muchas veces conlleva a que las personas desprestigien o critiquen. “No es que me lo tomo como un profesional del humor. Pero detrás de lo que uno hace hay un proceso y esfuerzo”. Fran sostiene que no se trata del éxito y la fama, sino que hay una búsqueda vinculada con la expresión. “Yo no me levanto, edito y pienso ideas para ir el sábado al boliche y estar con una mina”, asegura.

Para él hay personas que ven en la simpleza de un chiste un doble pensamiento. “Si yo me río con algo simple es porque lo tuyo es algo simple”. Justifica que hacer reír rápido y fácil no supone algo sencillo, “capaz que le diste mil vueltas a ese chiste para generar la gracia”, explica.

Como Fran, Cori, Ezequiel o Ignacio, hay muchas personas que encuentran en las redes sociales una forma de expresar lo que sienten. Pero que también luchan porque sus producciones sean vistas. Tienen que sudar la camiseta, descartar cientos de ideas, pasar, a veces, noches en vela. Pero, a pesar que el rédito económico les llegue sólo a unos pocos, ellos lo saben bien: el futuro, tarde o temprano, les dará la razón.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $1870

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2880

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $1870.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla