Alerta por el crecimiento descontrolado de invernaderos en el Gran La Plata

En los últimos veinte años, de la mano de la colectividad boliviana, el sector hortícola platense experimentó un cambio que lo ha convertido por lejos en mayor productor de hortalizas frescas del país De ser en los `90 una región productiva más pasó a dominar el principal mercado argentino, el Gran Buenos Aires, donde viven 14 millones de personas y logró introducir sus productos en plazas que antes parecían imposibles por su fuerte tradición hortícola, como es el caso de Rosario, Mar del Plata y Santa Fe. Pero su explosivo crecimiento al margen de políticas y regulaciones estatales no ha sido gratis: ambientalistas y productores rurales aseguran que amenaza con tener un costo ambiental no menos explosivo para la Región.

La Asociación Protección del Agua de Oliden y la Sociedad Rural de La Plata presentaron días atrás un informe al Municipio donde advierten que el crecimiento descontrolado del cinturón hortícola no sólo ha invadido ya zonas no aptas para el cultivo intensivo sino que está poniendo en riesgo la sustentabilidad de la mayor reserva de agua potable de la Ciudad: el acuífero Puelche.

“El paisaje de la ruta 36 a la altura de Poblet cambió por completo en los últimos años: donde antes había quintas a cielo abierto ahora hay un mar de plástico. La instalación de invernaderos está creciendo a tal velocidad que ya sobrepasó la zona que el Código de Ordenamiento Urbano dispone para el cultivo intensivo y está avanzando sobre el área rural extensiva, no apta para esta actividad”, asegura Bernardo Mendy, presidente de la Asociación Protección del Agua, una ONG formada hace cuatro años por vecinos de Oliden para rechazar la instalación de un basurero y que hoy enfrenta “una amenaza todavía mayor”.

Los campos que se encuentran alrededor de Oliden y Poblet son un valioso punto de recarga del acuífero Puelche, hoy la única fuente subterránea de la que se puede extraer agua segura en la Región

De acuerdo con los datos que maneja esa entidad, la superficie cubierta por invernaderos en el cinturón hortícola platense supera ya la 8 mil hectáreas y el 90% de las nuevas construcciones no están habilitadas ni poseen ningún tipo de control sanitario o ambiental. Pero lo más grave, aseguran, es el manejo irracional que se están haciendo del agua en una zona de importancia estratégica para toda la Región.

FALTA DE INFILTRACION

Aunque a los ojos de quienes vivimos en la ciudad, los campos que se encuentran alrededor de Oliden y Poblet puedan parecer otra zona rural no muy distinta a las demás, sus características geológicas la convierten en un valioso punto de recarga del acuífero Puelche, hoy la única fuente subterránea de la que se puede extraer agua segura en la Región. De ahí que en los últimos años al menos dos proyectos presentados en la Legislatura bonaerense piden que sea objeto de medidas especiales de protección ambiental.

Lejos de ello, la falta de cuidados por parte de los organismos estatales que deberían encargarse de esta tarea la han convertido en una zona donde todo parece estar permitido: desde usar agroquímicos en forma desmedida y tirar los residuos agrícolas en los cauces de sus arroyos hasta realizar perforaciones ilegales para la extracción de agua y cubrir su suelo con grandes superficies de invernaderos que impiden su infiltración natural.

“Calculamos que unas 8 mil hectáreas alrededor de la ruta 36 se encuentran ya bajo techo,, lo que resulta un factor importante a considerar ya que cuando llueve el suelo normalmente absorbe parte del agua por infiltración y sólo una fracción se desplaza por arriba de él como drenaje superficial. Pero donde hay invernaderos, la lluvia pasa casi un100 por ciento como agua drenaje superficial, ya que el plástico no deja que la absorba el suelo. Y esto, además de atentar contra la recarga natural del acuífero, es causa de inundaciones”, explica Bernardo Mendy.

Por falta de infiltración natural del suelo, “el incremento descontrolado de invernáculos acrecentó notablemente en los últimos años el volumen de los arroyos (sobre todo el Gato y el Pescado) y otros cursos de agua que luego cruzan la zona urbana de La Plata. Y aunque no se puede decir que haya sido la causa principal, fue uno de los factores que contribuyó a la inundación del 2 de abril”, agrega Cristian Mendy, integrante de la misma entidad.

SOBRECARGA

Pero además de su impacto sobre el proceso de infiltración, el crecimiento de invernaderos en ese sector de La Plata estaría generando también una recarga del acuífero Puelche, advierte la denuncia presentada en la Municipalidad. “La mayoría de las quintas poseen perforaciones prohibidas que superan los 60 metros, es decir entre diez y veinte metros por debajo del límite superior del acuífero, lo que indica que se está buscando a agua a nuevo nivel piezométrico por el agotamiento del nivel más superficial”, explica Cristian Mendy.

No menos preocupante –señala- es la demanda de agua que tiene este tipo de actividad. “Se calcula que cada hectárea de invernadero en producción requiere en promedio unos 5.550 metros cúbicos de agua por año. Esto equivale a hablar de unos 44 millones de metros cúbicos por año dada la extensión que cultivos a cubierto que tenemos hoy en La Plata. Pero este consumo no se distribuye de manera uniforme a lo largo del año, sino que registra fuertes picos durante el verano, no sólo para la mayores temperaturas sino por el porte que alcanzan las plantas”, detalla el integrante de la Asociación, él mismo un productor rural.

Para Gabriel Manilla, presidente de la Sociedad Rural de La Plata, el impacto que produce el crecimiento de invernáculos sobre el acuífero Puelche sería incluso mayor. “Como no hay ningún control sobre las perforaciones que hacen ni la forma en que utilizan el agua, la mayoría de los nuevos productores hortícolas no le da ningún valor. Instalan bombas más grandes de lo que necesitan y, para evitar que ese caudal les rompa las cañerías de riego de los invernaderos, tiran todo el excedente directo a la zanja, como puede comprobar cualquiera que pase por ese sector de la ruta 36”.

En cualquier caso, “el riesgo de sobrecarga del Puelche por la extensión de los invernaderos no es un escenario a futuro sino uno que se está dando hoy”, asegura Mendy al explicar que “hay estudios de prestigiosos investigadores de la UNLP, como el geólogo Miguel Auge, que advierten que ese impacto ya es una realidad”.

“ACCIONES URGENTES”

“El Puelche es nuestra principal fuente de agua potable y esta zona de recarga es demasiado valiosa para dejarla librada al azar. No podemos seguir permitiendo que avancen los invernaderos sobre ella ni que siga habiendo semejante descontrol. El momento de actuar es ahora, porque a la velocidad en que vienen creciendo el cinturón hortícola, en cinco años ya no va nada que podamos hacer. Si dejamos que se siga recargando el acuífero en esta zona, toda la Ciudad va a terminar tomando agua de bidón”, señalan desde la Asociación de Protección del Agua de La Plata, Oliden y Poblet.

Frente a esta perspectiva, el documento que presentó esta semana al Municipio pide expresamente que “se rechace la instalación de nuevos invernaderos en La Plata, en especial en zonas rurales extensivas” y que “se adopte un plan serio para regularizar los invernáculos ya existentes”.

Al ser consultado sobre este reclamo, Javier Mor Roig, actual secretario del Municipio y autor en de uno proyectos legislativos para proteger la zona de recarga del acuífero Puelche, aseguró el jueves que “el intendente está al tanto del tema y el área de Desarrollo Económico ya está haciendo un relevamiento de los productores hortícolas para tratar de ordenar y revertir la situación”.