Un militante de la canción

Ascendente figura de la canción platense, con un estilo propio que siente, respira y transmite el folclore desde la inquietud de las nuevas generaciones, Diego Martez deja atrás los fantasmas del pasado en “Lo Perdido”: un resumen perfecto de su aquí y ahora profesional y personal.

“Tiene todo lo que yo soy hoy”, definió Diego Vázquez Espiro, el comandante del proyecto solista Diego Martez con el que, a paso firme, se consolida en la escena musical.

Tras algunas experiencias en estudio, DM editó de forma independiente “Proyecto Volumen 001 (2002), “Plástico” (2008), “Incompleto” (2010) y “No sirvas ahí la tormenta” (2014). En julio de este año lanzó “Lo Perdido” a través del sello discográfico Concepto Cero, con colaboraciones de Charo Bogarín (Tonolec), Sofía Viola, María Ezquiaga (Rosal). El álbum fue producido y mezclado por Shaman Herrera (que también participa como músico) y masterizado por Andrés Mayo.

Para el músico, “fueron tiempos intensos” los que le dedicó al proceso de alumbramiento de su nuevo material, quizás, el más personal de todos, a pesar de que en todos haya sido bastante personal.

“El álbum nace por una necesidad de seguir adelante, de dejar atrás algunos momentos de mi vida que no fueron los más gratos. Nace con intención de sacar algunos fantasmas que durante años estuvieron muy presentes. Las letras de cada una de las canciones cuentan un poco ese proceso de ‘sanación’ si se quiere”, explicó el artista sobre la búsqueda introspectiva y catártica que lo llevó a hacer de “Lo Perdido” una “cura para varios de esos males”.

Pero el “peso” de la composición, el ir y venir entre esos dolores y sus recuerdos, se compensó de alguna forma con lo musical. Para Diego, la subida de Shaman Herrera a su barco fue garantía de descanso y, también, de éxito. “Aparte de ser un gran amigo, es un gran productor y un gran consejero. Laburamos a la par porque sabíamos que era lo que estábamos buscando. La impronta de cada canción pisaba fuerte y la mano de él logra cerrar lo que necesitábamos para que quede el trabajo final”, manifestó.

“El álbum nace por una necesidad de seguir adelante, de dejar atrás algunos momentos de mi vida que no fueron los más gratos. Nace con intención de sacar algunos fantasmas que durante años estuvieron muy presentes. Las letras de cada una de las canciones cuentan un poco ese proceso de ‘sanación’ ”

A la hora de calificar a su material, no duda en considerarlo como “un disco de canciones” y, de paso, refuerza su propia definición musical: “Nunca voy a dejar de decir que soy un militante de la canción”.

“Si bien es el disco de un cantor (el trabajo vocal fue sumamente importante, ya que cambia en comparación con mis producciones anteriores, existe una voz más folclórica, más terrenal y, por sobre todo, más al frente), las canciones van variando en género, transitan el camino de las vidalas, bagualas, aires de chacareras, pero también recorren otros momentos de mi pasado, como el rock y el pop”.

“Lo Perdido”, así, se convirtió en la excusa perfecta para explorar terrenos que siempre lo habían mirado con picardía desde la timidez, logrando “un paisaje nuevo en mi carrera, la música y los aires electrónicos, género y sonidos que veía hace tiempo con ganas de transitar: el espacio donde la canción, el folclore, el rock y la electrónica se abrazan”.

Y hablando de abrazos, Martez se refirió al folclore, el espíritu del que se embeben sus creaciones. “Creo que es un género con el que nos abrazamos mutuamente y con el que decido moverme, pero sin dejar de buscar nuevas sonoridades y estéticas. El folclore tradicional no fue algo que recibí fácilmente, no voy a mentir. Al principio me costaba mucho. Pero luego al descubrir una camada de músicos que estaban investigando y buscando nuevas formas de interpretarlo me cambió la visión y el corazón para siempre”, consideró.

Inquieto y prolífico, Diego es también el compositor de las bandas de sonido original de las películas “Yo me haré a un lado”, “En las manos” y “Romper el día” (El Camino Amarillo) y la música original en vivo de la obra teatral “El Mago de Oz”. Esta faceta, en la que pudo aunar la pasión por el cine -carrera que intentó estudiar- con la música y de la que aseguró que le “llenó el corazón” mientras duró, le sirvió a la hora de pensar visualmente “Lo Perdido”: Un buen ejemplo es el videoclip que realizaron de la canción ‘El viento al fin serás’, en el que participa Charo Bogarín, cantante de Tonolec, Cabe Mallo y más de treinta actores de la escena teatral platense.

La experiencia de Diego Martez en el terreno independiente, le ha permitido estar, hoy por hoy, consolidado, armado con conceptos fuertes y firmes. “Hace casi 20 años que me dedico a la música y siempre fue de manera independiente y, siendo sincero, a veces fue por elección y otras porque no quedó otra; pero de algo estoy seguro: nunca me voy a arrepentir de haberlo hecho, porque te libera de toda atadura, sobre todo creativa”, remarcó.

Fundador de “Caminar de elefante”, junto a su novio Alexis Turnes Amadeo, aseguró que si bien tanto esta productora como la discográfica Concepto Cero “están muy bien posicionadas en la escena, no dejan de tener su esencia en la autogestión y el respeto hacia el artista. Ellos hacen que todo el laburo de años no se haga tan cuesta arriba. Yo disfruto de seguir haciendo música de la manera que siento sin que nadie me diga lo que tengo que hacer o qué rumbo tomar para que tu canción sea ‘un hit’”, destacó.

Junto a Juan Pablo Manes (guitarras), Franco Di Plácido (batería), Francisco Vacas (bajo), Eri Turnes Amadeo (percusión), Fernanda Ortega Passalacqua (violín) y Anahí Parrilla Belfer (chelo), Diego Martez (voz y guitarras) presentará oficialmente “Lo Perdido” este fin de semana en La Plata con dos fechas en Ciudad Vieja, y con invitados especiales. El viernes junto a Pablo Grinjot, Legüereale y Nat Soulé; y el sábado junto a ARU y Kubilai Medina de Monstruo! Ambos días desde las 21.30.