Patachorros de Quilmes cayeron tras un violento raíd en La Plata

Cinco hombres de entre 18 y 41 años llegaron a La Plata desde Quilmes en un Citroën Aircross robado el 4 de octubre en esa localidad, con un único objetivo: meterse a las patadas en todas las viviendas que pudieran, para saquear a sus dueños como fuera. Cuando las armas no alcanzaron para intimidar, usaron los puños. Y así sustrajeron más de 20 mil dólares y 230 mil pesos, celulares, joyas y equipos de electrónica, hasta que en un par de hechos las víctimas gritaron fuerte, los vecinos llamaron al 911 y ellos terminaron cercados por la Policía. Antes de caer presos, hicieron un par de disparos que no lastimaron a nadie. Ayer a la tarde el fiscal Marcelo Romero los indagó por nueve delitos. Es difícil que salgan pronto.

Según los reportes oficiales, el raíd de esta banda del sur del conurbano arrancó en La Plata a las 20.10 del viernes pasado, cuando sus cinco integrantes irrumpieron en una casa de 51 entre 27 y 28, tras sorprender a un hombre que entraba el auto en el garaje. A él y a su mujer les quitaron 20 mil dólares, 3.000 pesos, celulares y alhajas.

De ahí rumbearon para la zona Norte. A las 21.15 entraron con violencia en una vivienda de 15 entre 473 bis y 474, encañonando a un joven de 23 años y a su hermana. La víctima, Mariano Vizcarra, dijo ayer a este diario que “sentimos como una explosión, probablemente de la patada en la puerta”.

Los ladrones entraron justo después de que salieron de la casa el padre de los hermanos, Marcelo Vizcarra (50) y su mujer. E insistieron con un único pedido: “Dame la plata”. Según Mariano, “tres de ellos me ordenaron ir hacia la planta alta, donde uno me puso una pistola en la cabeza. Les ofrecí que se llevaran celulares y el auto, pero querían dinero”. En ese tironeo, uno le dio al joven un fuerte culatazo que le abrió “un pequeño corte”, explicó. Al final, “fue mi hermana quién les reveló dónde estaba la plata, que se llevaron apurados -a los 5 minutos- junto a varias alhajas, tres relojes y un mini Ipad”, agregó.

Marcelo no llegó a toparse con los intrusos, pero sí los vio su esposa, quien les rogó que no lastimaran a sus hijos y ellos “le pegaron un empujón”, señaló su esposo.

Según Marcelo, “nos robaron 165 mil pesos, de ahorros de muchísimos años”. El hombre ponderó que “en la comisaría de City Bell se portaron mil puntos con nosotros y fue importante que la Policía haya atrapado bastante rápido a la banda”, aunque no recuperaron la plata.

Su hijo Mariano, que jugó varios años al fútbol en las juveniles de Gimnasia hasta llegar a la Reserva y que tuvo un paso también por el club berissense Villa San Carlos, comentó que su representante le está buscando club en España. “Ojalá pueda fichar allá, porque podría vivir sin la inseguridad que hay acá”.

Apenas veinte minutos después de este asalto la banda ingresó en una finca de 421 bis entre 8 y 9, donde sorprendieron a una mujer y a su hijo para robar 60 mil pesos, celulares y una PlayStation. Podrían haberse ido con todo eso, pero prefirieron dar un par de golpes más. Mala decisión.

A las 21.35 intentaron barretear la puerta de una casa de 506, 17 y 18, cuya dueña advirtió la maniobra a tiempo y pidió ayuda a los gritos, lo que puso en alerta a los vecinos y a los intrusos. Frustrados, huyeron. A las 22 probaron suerte de nuevo en otra casa de la calle 504, con el mismo resultado.

Para entonces, algunas de las víctimas anteriores ya habían denunciado sus casos al 911 y cursado algunos datos de los autores y el Aircross en el que se movilizaban, información que ayudó a desplegar un impresionante operativo cerrojo del que participaron móviles del Comando de Patrullas, la Policía Local y las comisarías de la Distrital Norte.

En Camino Centenario los efectivos localizaron el coche y comenzó una persecución que terminó en la Rotonda de Alpargatas, donde los delincuentes chocaron. Bajaron rápido e intentaron escapar a los tiros, lo que desencadenó un enfrentamiento en el que no hubo heridos.

Después de un rato, todos terminaron detenidos. La policía secuestró dos revólveres cargados, el coche con pedido de secuestro de la comisaría Segunda de Quilmes, un reloj de plata, dos teléfonos celulares, tres tarjetas SUBE y apenas 685 pesos.

Uno de los apresados tenía pendientes tres pedidos de captura. Ahora sumó cargos (igual que los otros cuatro compinches) por “asociación ilícita, robo calificado reiterado, tentativa de robo en poblado y en banda, atentado y resistencia a la autoridad, abuso y tenencia ilegal de armas de guerra compartida y encubrimiento.