En Olmos siguen robando, pero ya tienen dos patrulleros para reforzar la prevención

Olmos es una localidad en donde siguen los reclamos por inseguridad. En este marco, ayer hubo un nuevo caso en la madrugada, que implicó pérdidas importantes para su dueño. Aunque el panorama no parece tan sombrío, porque llegó el alivio de dos patrulleros que pasan a integrar el sistema de prevención policial callejero. Uno lo arreglaron con la ayuda de vecinos y comerciantes que hicieron una “vaquita” para paliar el gasto del mecánico. El otro lo aportó el ministerio de Seguridad.

En lo que respecta al último hecho delictivo, se trató de un nuevo golpe por el que se sospecha de una “bandita” de jóvenes dedicada a atacar comercios y casas, siempre con la modalidad de hacerlo cuando no anda nadie en la calle, y cuando están seguros de que no los descubrirán.

Una pinturería de 44 entre 195 y 196, en el centro olmense, fue el local elegido por los ladrones. Su planificación pasó por entrar por el patio del predio, mediante un terreno baldío contiguo, en lugar de hacerlo por el acceso principal.

Desde ese sitio forzaron dos puertas grandes. “Para romperlas hay que ser constructor o algo por el estilo. Las levantaron con un crique para sacarla del eje y al final rompieron el marco”, reconstruyó Jesús Maldonado, el dueño.

Los intrusos, de los que se desconoce en qué número actuaron y con qué movilidad, revolvieron todo lo que encontraron frente a ellos y causaron algunos desmanes. Disimulados entre ese lío generalizado faltaban los objetos robados.

La lista incluyó distintas mercaderías -pinturas, aerosoles y lijas en grandes cantidades-, una computadora, un televisor y una impresora, todos elementos indispensables para el trabajo cotidiano.

Jesús calculó que sólo de artículos que tenía a la venta perdió entre 100 y 120 mil pesos. A eso se le suman otros 80 mil que sus distintos clientes le adeudan: como perdió la información de la cuenta corriente que tenía en la PC, sólo le queda esperar que “algunos honestos” vayan a pagarle.

El comerciante se topó ayer a la mañana con un cuadro que al principio lo confundió, pero que luego identificó de inmediato como un saqueo. Una situación extraña para él, porque en ocho años nunca le habían robado, pero que en Olmos se convirtió en habitual.

pelea a la inseguridad

Jesús es uno de los miembros de la Cámara La Plata Oeste (CALPO), una de las entidades que junto a OACIS (Olmos Asociación de Comercio e Industria y Servicios) impulsaron el arreglo comunitario del único patrullero que andaba por la gigante extensión que abarca la comisaría 15ª, que incluye a porciones de localidades aledañas como Melchor Romero, Etcheverry y Abasto.

El patrimonio automotor de la seccional de 44 y 202 está conformado por dos “camionetas fundidas, un Chevrolet Corsa viejo que ya está en condiciones de ser dado de baja y un Toyota Etios que se rompió”.

Entonces, la gente se puso al frente de recaudar el dinero necesario para arreglar el tren delantero de ese auto. Ya reparado, el vehículo vuelve a estar disponible. Aunque con la salvedad de que no es uno ideal para los caminos de tierra y en mal estado del área semirural.

Más adecuada parece la camioneta Ford Ranger que el ministerio de Seguridad mandó como refuerzo de la planta automotora de la comisaría.

Jesús, miembro de CALPO, señaló que la recaudación vecinal de la plata necesaria para el arreglo fue “una donación para nosotros y para la comunidad, por si surge alguna emergencia”.

Olmos fue escenario de uno de los cinco crímenes que estremecieron a la Ciudad en un lapso de 12 días, entre fines de octubre y principios de noviembre. Allí mataron a un albañil de un tiro 9 milímetros en el pecho. “La situación empeoró en el último tiempo, con hechos más sangrientos”, analizó Diego Príncipi, titular de CALPO.