Revelando los oscuros secretos de Hollywood

Un día Leah Remini se cansó: se había sumado a la Iglesia de la Cienciología, una poderosa y muy secreta religión en la que se dan cita algunos de los hombres más poderosos de Hollywood, con apenas 9 años, y disfrutado de los beneficios de pertenecer a ese club social, pero, en 2006, cuando la mujer del líder de la iglesia, David Miscavage, desapareció, comenzó a hacer preguntas que terminaron 7 años más tarde en su salida del culto.

Desde entonces, se ha dedicado a exponer a la iglesia que encabeza Tom Cruise, denunciando no sólo la desaparición de la “primera dama” de la Iglesia sino la corrupción que ocurre en las altas esferas, los abusos físicos y psicológicos que ocurren tras puertas cerradas en ciertos centros de “reeducación” del culto, y, sobre todo, exponiendo que bajo las pretensiones de la religión la Cienciología es apenas un método para extraer dinero ilimitado de sus fieles.

En ese plan, Remini presenta desde esta noche a las 22, en el canal A&E, la miniserie documental “Esclavos de la Cienciología”, donde, junto a ex miembros de la iglesia, profundiza en impactantes y terribles historias de abuso y acoso experimentado por aquellos que han pertenecido y abandonado la Iglesia de la Cienciología y han hablado públicamente de su experiencias.

En la serie, es particularmente fuerte el testimonio de Mike Rinder, ex miembro, que detalla una campaña de hostigamiento por parte de la iglesia: algunas de las persecuciones y amenazas incluían publicar sitios web falsos con atroces acusaciones contra la “persona supresora” (así se denomina a quienes han dejado la iglesia: la peor clase de persona para la religión). Rinder afirma incluso que miembros de la Cienciología golpearon su coche, lo persiguieron con cámaras y hasta hurgaron en su basura a través de un investigador privado.

La serie se estrenó en noviembre en Estados Unidos, meses después de que se publicara el libro de Remini sobre su experiencia con la Cienciología, y generó un gran escándalo: incluso obtuvo una respuesta de la iglesia, que suele evitar los duelos mediáticos para no llamar la atención sobre sus actividades. El culto incluso intentó evitar que salga al aire y, cuando no lo consiguió, brindó algunas respuestas a los planteos del documental alentando a la producción a “utilizar la información proporcionada para presentar una imagen más equilibrada y precisa a los espectadores”.