Crece el peso del factor económico entre los sin techo de La Plata

A los 40 años, Paulo transita por estos días una situación que jamás se hubiera imaginado: desde la última semana pasa los días en el refugio para gente en situación de calle de una ONG platense. Paulo, que prefiere mantener su apellido en reserva, es de Neuquén, donde tenía un trabajo como peón rural. Viajó a La Plata para tramitar una prótesis de cadera en un hospital de la Región, dice. Mientras convida, solícito, unos amargos, Paulo cuenta con voz queda que tropezó con un inconveniente administrativo que no esperaba, porque le indicaron que debía completar trámites en Neuquén antes de recibir la prótesis. Alojado en una pensión donde pagaba 3.000 pesos por mes vio como los días pasaban sin llegar a una solución, las reservas de dinero se le terminaban y no podía conseguir un trabajo en La Plata ni la plata para volver a Neuquén. “Cuando me quise acordar me había quedado en la calle, algo que nunca se me hubiera ocurrido que me iba a pasar. Entonces me acerqué a este refugio y me dejaron que duerma acá”. Las pocas cosas que tenía, una heladera y un viejo televisor, fueron a parar a la casa de un conocido mientras su situación se resuelve.

La historia de Paulo es una de las que se escuchan en el refugio que la ONG Sumando Voluntades -dedicada a brindar asistencia a personas en situación de calle- tiene en la calle 37 entre 6 y 7.

Una historia más que ilustra un fenómeno en crecimiento, que preocupa, sobre todo, en semanas como la última, en la que se registró una ola polar que llevó a las temperaturas a marcas por debajo del cero en la Ciudad y en gran parte del país.

El fenómeno muestra algunas tendencias que se notan en el trabajo cotidiano de la ONG que lleva diariamente comida, infusiones calientes y abrigo a las personas en situación de calle hasta sus espacios en la vía pública. Una de esas tendencias es el crecimiento del peso del factor económico como determinante de la situación de calle.

Nancy Maldonado, presidente de la entidad, cuenta que una de las historias que grafica esta situación es la de Osvaldo, un hombre divorciado, de 48 años, que desde hace 15 días vive en el refugio.

“Osvaldo trabajaba en una cooperativa, era barrendero, pero no le renovaron el contrato. Hasta que eso sucedió vivía en una pensión que pagaba por día. Sin trabajo y sin plata, ya no pudo pagar. Y como no tenía ahorros ni un lugar donde ir a vivir se quedó literalmente en la calle, hasta que se puso en contacto con nosotros y hoy se aloja en el refugio”, cuenta.

Además de esta tendencia hay otras que se detectan en el trabajo cotidiano de los voluntarios de la Fundación. Como el crecimiento del número de mujeres sin techo que se encuentran en la Ciudad.

Todo esto en el marco de un aumento del número total de personas en situación de calle: según los datos que maneja Sumando Voluntades, en La Plata ese indicador creció un 20% entre el invierno del año 2016 y el actual.

Así lo indica Maldonado, quien asegura que actualmente son 85 las personas a las que asisten cada día en los lugares donde buscan refugio en la vía pública, tales como cajeros automáticos, salas de hospitales o las terminales de colectivos y de tren. A ellos se suman otros 26 que permanecen en el refugio.

Según Maldonado, “uno de los lugares donde más se nota el incremento es en la zona de la Terminal de Omnibus. En inviernos anteriores asistíamos en esa zona a un promedio de cinco personas, pero hoy se duplicó”, cuenta.

Desde la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad de La Plata se indicó, en tanto, que ayer eran 45 las personas asistidas por parte de los equipos de trabajadores sociales en los distintos paradores comunales. En esos refugios se notó un incremento del número de hombres y mujeres que aceptaron ir a los refugios para protegerse del frío, según indicaron fuentes de esa dependencia.

La aclaración tiene que ver conque algunos deambulantes prefieren permanecer en la calle a guarecerse en los refugios, una situación que se vincula con sus características y sus historias personales.

“en casa eramos muchas bocas para alimentar”

Detrás de los datos fríos aparecen las historias. Historias como la de Elio Romero (20), otro de los que llegaron recientemente a la calle por razones económicas, según él mismo relata.

“Estaba viviendo con mi familia, pero no tenía trabajo, salvo alguna que otra changa cada tanto y no podía aportar nada. Mi mamá tiene chicos muy chicos y, aunque ellos quieren lo mejor para mi y jamás me dirían que me vaya, fui yo el que sentí que sobraba, que ya estoy grande y soy una boca más para alimentar, así que salí a buscar un lugar donde vivir y alguna forma de mantenerme”, dice Elio.

Cuenta que se fue de su casa “con lo puesto”, llevando como único abrigo una campera y que el primer refugio que consiguió para dormir fue un auto abandonado en la zona de Parque Saavedra, donde consiguió abrigo por un tiempo. Pero agrega que su presencia allí motivó la alarma de algunos vecinos y decidió irse.

Su segundo refugio en la calle fue un cajero automático de un banco ubicado sobre calle 13.

“Ahí estuve dos días, pero una señora de una panadería cercana me conectó con el albergue de Sumando Voluntades, donde estoy viviendo desde el jueves”, dice.

Como para muchos de los deambulantes alojados allí, la mayor aspiración de Elio es conseguir un lugar donde vivir y un trabajo.

“El problema para quien está en la calle es que el alquiler de cualquier cuarto de pensión no baja de los 2.000 pesos. Y cuando trabajás haciendo changas, si pagás eso por el alojamiento después no tenés para comer”, dice Elio.

semana critica

La que pasó fue una semana crítica en la que las bajas temperaturas registradas en todo el país provocaron seis muertes entre personas en situación de calle, lo que devolvió a la situación de los sin techo al centro del debate.

Los decesos se produjeron en Santa Fe, en Mar del Plata, en Misiones y en Neuquén.

En ese marco, un estudio realizado por un grupo de ONGs que trabajan en Buenos Aires asistiendo a personas que viven en la calle aporta algunos datos sobre la situación general de los sin techo.

El estudio determinó que el incremento interanual de la cantidad de gente sin techo fue también en el ámbito porteño del orden del 20%.

Esas ONGs hicieron un censo entre los deambulantes del que surgen, entre otros datos, los motivos que los llevaron a la calle.

Según ese trabajo, los problemas familiares fueron la primera causa, seguidos de los socio-económicos, el consumo de sustancias psicoactivas y por último el haber egresado del sistema penal o de alguna institución de salud mental.

De las 4.394 personas que se registraron para ese sondeo 4.394 fueron adultos y 3.800 niños y adolescentes.

Entre los adultos según los datos de la encuesta, hay un 24% de mujeres, 75% de hombres y un 1% de personas transgénero, en tanto que entre los niños y adolescentes el 45% son mujeres y el 55% varones.

Entre los datos que arrojó la encuesta se contó también el tiempo que llevan viviendo en la calle.

En ese sentido, el 38% de los encuestados dijo que lo hacía desde hacía más de seis años, el 20% aseguró que está en situación de calle desde entre tres y seis años y el 23% dijo haber caído en esa condición en el curso del último año.

Otro de los datos que arrojó la el trabajo es que el 73% de los encuestados no tiene ingresos fijos -incluidos beneficios como pensiones no contributivas o asignaciones- aunque sostuvo que realiza algún tipo de actividad para obtener dinero.

Esas actividades son, en todos los casos, informales y precarizadas y entre ellas aparecen las changas como el cartoneo, el cuidado de coches o la mendicidad.

A la hora de hablar de sus anhelos, en tanto, los sin techo albergados en Sumando Voluntades coinciden: un ingreso que les de lo suficiente para pagarse, aunque sea, un cuarto de pensión.