Rezos, ofrendas y bailes en el rito popular por el Gauchito Gil

En el santuario de 133 y 35, se recordó ayer la figura de Gauchito Gil, el santo popular que pese a no estar reconocido por la Iglesia Católica, es venerado a lo largo de todo el territorio argentino.

Según cuenta la leyenda, Antonio Mamerto Gil Núñez, más conocido como ‘Gauchito Gil’, fue asesinado el 8 de enero de 1878 por ser considerado desertor, ya que había abandonado el ejército después de la guerra de la Triple Alianza.

Antes de morir le dijo a su verdugo que si rezaba en su nombre, el hijo que tenía a punto de morir, se salvaría.

Así fue y en agradecimiento, el verdugo le dio sepultura e hizo una capilla en su honor.

Desde ese entonces, en Argentina se multiplican de a miles los testimonios de los favores recibidos por parte del gaucho correntino y, como señal de devoción, se le ofrecen distintas ofrendas.

Una de ellas es vestir prendas gauchescas de color rojo, como la sangre derramada de Gauchito Gil.

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También se construyen capillitas en las que se coloca alguna figura de él y se le dejan desde rosarios, hasta botellas de vino tinto y cigarrillos.

En esta región, Mary Franco, es la alma Mater y la responsable de organizar cada 8 de enero los festejos en “El campito”. Los fieles reciben el primer minuto del día, rezando a Gauchito Gil.

El santuario de La Plata no escapa al ritual que se desarrolla en otros puntos del país.

Lo que empezó siendo casi una procesión en un potrero, ya tomó la dimensión de festejo popular que, a lo largo del día, convoca a cientos y cientos de personas, en su mayoría nacidos en distintas provincias del país.

A lo largo de la jornada, cada uno de los dos grandes espacios, el tinglado donde se baila y el circuito de las capillitas, es un ir y venir incesante de fieles y “promeseros”.

Enmarcadas por una abundante vegetación, las velas rojas no paran de arder en las capillas en señal de agradecimiento o de milagros que se esperan.

Esos espacios de fe son mas que pequeños habitáculos para quienes los visitan.

Allí, además de botellas de vino, se dejan centenares de rosarios, escarpines de niños que llegaron bien al mundo, nombres de personas privadas de la libertad, medallitas de quienes superaron enfermedades y cintas rojas que se van renovando porque la tradición es que el fiel deje una y se lleve otra.

En el lugar se atesoran todo tipo de ofrendas que traducen el agradecimiento de los fieles a su protector.

Se recordó ayer el 142° aniversario del asesinato de Gauchito Gil, considerado santo

Como si se tratara de un lenguaje indescifrable, solo es posible intuir que, por ejemplo, un inmenso caracol rojo del que asoma una estatuilla de Gauchito Gil, tal vez haya sido el altar mas especial que alguien le pudo ofrendar.

En el tinglado, el chamamé se escuchó durante todo el día y la continua danza fue otra de las expresiones del particular ritual religioso.

Las parejas se enlazaron y giraron, se mecieron entre floreos y zapateos.

Todos pasaron por la pista, madres que bailaron con sus hijos, ancianos que se movieron con elegancia litoraleña y jóvenes parejas que también reflejaron amor por sus raíces.

Ese fue el caso de Agustín, un adolescente de 14 años: “Yo nací en La Plata, pero toda mi familia es del interior y por Mercedes, la abuela de mi novia conocí a Gauchito Gil y me hice devoto”, contó al tiempo que aseguró que a él le cumplió un pedido muy importante.

Lo que mas piden los devotos es buena salud y trabajo, aunque también solicitan protección ante cuestiones que implican peligro y mediación en problemas de relaciones.

En Mercedes, Corrientes

El principal santuario de Gauchito Gil se encuentra en la Ruta Nacional 123, a siete kilómetros de la ciudad correntina de Mercedes.

Desde el martes a la medianoche, se dieron cita miles de personas para orar ante una inmensa cruz y la figura de Gil, en el 142 aniversario de su muerte.

El encuentro se produjo en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, desde donde tras una misa, partió la procesión con la Cruz Gil al santuario.

El intendente de Mercedes, Diego Caram informó que llegaron hasta esa ciudad unos 300 mil visitantes y subrayó que “se cuadruplicó” la cantidad de devotos que fueron a rezarle al Gauchito en el cementerio “De las Mercedes”.

Según los testimonios de los peregrinos, desde la tarde del martes las colas de acceso al santuario fueron incesantes, pero pese al calor los ayudó el buen tiempo.

También allí los pedidos de ayuda económica y por buena salud fueron los más escuchados entre los devotos del Gauchito Gil.

Unos 300 mil fieles peregrinaron ayer por el lugar donde fue ejecutado y hay un santuario