La democracia, entre los outsiders y los insiders

¿La democracia tiene dueño? Hasta donde llega mi conocimiento la Constitución Nacional dice que somos todos iguales ante la ley y que la idoneidad es el único requisito para participar en la función pública. Pero eso dice la Constitución, como otras tantas buenas cosas que son incumplidas o violentadas impunemente. Entonces, si el espacio de la democracia es de todos por definición, por qué razón si un “ciudadano” que es como cualquier otro ciudadano decide ser candidato inmediatamente se aclara que es un “outsider” de la política.

Si se sostiene que existe una categoría de ciudadanos que serían “outsiders” a la partición política en democracia, automáticamente se está diciendo que hay otra categoría que serían los “insiders”. Los primeros serian “forasteros o foráneos” en el espacio de la política-democracia, y los segundos, los que estarían dentro de ella. Podríamos sintetizarlo con un viejo slogan publicitario de una exclusiva tarjeta de crédito que decía “pertenecer tiene sus privilegios”.

Curiosamente estamos viendo como el economista Martín Tetaz y el médico Facundo Manes al ser desde hace unos días candidatos a Diputados Nacionales, el primero por CABA y Manes por la Provincia, se los presenta como outsiders siendo que ambos son desde los 18 años de edad afiliados a la UCR sin haberse mudado jamás de ese partido como una infinidad de “insiders” lo hicieron. Ambos, Tetaz en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP y Manes en su escuela secundaria, lideraron agrupaciones con conducción en los centros de estudiantes. Tetaz y Manes serian outsiders pese a haber desarrollados sus carrera abocadas a la investigación y enseñanza, y por ello involucrados sin interrupción de tiempo con bienes públicos que son centrales en el desarrollo de un país. También es asimilable el caso de la dirigente empresarial Carolina Castro que secundará en la lista a Florencio Randazzo en su espacio “Vamos con Vos”. En este caso se trata de una persona destacada como empresaria y dirigente pyme en nuestra provincia. No son pocos sus méritos ya que además fue la primera mujer en integrar la mesa ejecutiva de la UIA.

¿Son muchos los “insiders” que pueden probar sus servicios a la comunidad, su relación con bienes públicos como la salud, la educación, la investigación científica, el trabajo y la producción; más allá de simplemente llamarse “políticos” por saber que pertenecer tiene sus privilegios?

¿Es la democracia argentina un espacio público libre e igualitario para poder participar dentro de ella? ¿O solo se accede a ella en la medida que los “insiders” te inviten a participar, y seguramente, con los límites que ellos determinen?

Estas preguntas y reflexiones son muy importantes porque estimo que es muy difícil comenzar a hablar de torcer el rumbo de decadencia sin fin si no cambiamos de raíz las bases del sistema democrático que en la Argentina fue corporativizado. La calificación de “outsiders” es nueva y responde al dominio corporativo de muchas instituciones de la democracia. En la tradición de la democracia representativa en nuestro país aun en tiempos de inestabilidad, los partidos políticos se integraban con personas que salían de la sociedad, vivían dentro de ella, sufrían como uno más lo que el común sufría. Trabajaban en un taller, en un consultorio, en un almacén, y por la noche entregaban su vida a la militancia política. Todos eran lo que hoy llamaríamos “outsiders”. Cuando el espacio es casi clausurado por estructuras corporativas, automáticamente deja como “outsiders” a todos aquellos que con acciones a favor del bien común están fuera de los aparatos aunque siempre manifestaran comunidad con un espacio partidario concreto.

LE PUEDE INTERESAR

Tokio 2020, Japón 2021

LE PUEDE INTERESAR

Justificada inquietud por la indefensión frente al delito de las personas mayores

Por eso es necesario que la idoneidad y vocación por el servicio público vuelvan a ser consagradas y ganen participación para “normalizar” el acceso a los espacios democráticos. Es necesario y urgente ya que para frenar la decadencia debemos sumar ideas audaces y consensos ya que los slogans y marketing solo piensan en el instante o corto plazo. Una política de desarrollo para la Argentina requiere de liderazgos que piensen en el futuro con un consenso que asuma que los problemas estructurales como la pobreza y la falta de confianza e inversión, solo tienen solución en décadas. Salir del slogan fácil para engañar a los votantes es la regla que debe cambiarse. Muy bien lo entiende Alfonso Prat Gay que insiste en la necesidad de acuerdo político para una política económica que salga de la trampa electoral donde cada uno jura el paraíso cada dos años.

Nuevos liderazgos, nuevas ideas, compromiso con la vida pública, trabajar por el bien común y no los intereses corporativos, garantizar la participación igualitaria con alternancia, lograr que la democracia dentro de toda institución deje de tener patrones; son las condiciones para despegar en pos de un consenso sobre las políticas de largo plazo. Todas las crisis modernas en el mundo (posguerras por ejemplo) tuvieron que crear consensos políticos como principio para llevar adelante un consenso económico y social. ¿Puede ser que hasta hoy sigamos tolerando como todas las estructuras políticas toman el “desarrollo o acción social” como política de sodomización de los pobres? Sobran las fotos, las imágenes diarias de esta política medieval.

No hay más tiempo o espacio para seguir ajustando las políticas al calendario electoral que se renueva cada dos año prometiendo el cielo cuando cada día son más visibles índices que son del infierno. Todos quieren tener el resultado en bienestar de Noruega, Finlandia o Alemania, pero sin el sacrificio político de apartar los intereses corporativos en pos del bien común como si existió en esas naciones. Tal vez, los “outsiders” que vienen de la sociedad civil con amplia experiencia en aquellas áreas que se vinculan al bien común como la salud, investigación, educación y conocimiento, sean un comienzo. Una vez más los argentinos apostaremos a nuestro mayor recurso renovable, la esperanza.

* Abogado. Prof. de Economía Política, Derecho, UNLP.

“¿Son muchos los “insiders” que pueden probar sus servicios a la comunidad?”