Un clima enrarecido y con pocas expectativas

El clima económico sigue enrarecido y las perspectivas poco alentadoras para el 2015.

Luego, con otro gobierno, hacia 2016, las expectativas aparecen mucho más favorables, razones que explican el veranito financiero que viven los mercados locales con los bonos argentinos.

Otro es el escenario para la actividad real.

Allí la inercia permite mantener ciertos niveles de actividad, por debajo de los del año anterior, y con decisiones de inversiones, financieras o de otra naturaleza en espera.

CLIMA DE NEGOCIOS

También la cercanía del final del gobierno de Cristina Kirchner amortigua el pesimismo y alienta las esperanzas de un clima de negocios más positivo con la próxima gestión.

Los discursos de los tres candidatos con mejores chances a la presidencia envían mensajes de cambios económicos que en términos generales son considerados adecuados.

Hay promesas de unificar el mercado de cambios y liberar el cepo a las importaciones.

También de revisar las retenciones a las exportaciones agropecuarias.

La oferta económica del gobernador Daniel Scioli es más difusa y, además, enrevesado con la gestión actual de Axel Kicillof, que parece haber bajado los brazos.

Las esperanzas oficiales, pese a todo, siguen existiendo.

Ahora vuelven ideas, con registro de fracasos en el pasado, que pueden ser revividas por un Gobierno urgido por la coyuntura y la necesidad de mostrar algo, para soñar con sumar votos en los comicios de octubre.

La baja de precios para el complejo sojero este año estaría en el orden del 15 y 25 por ciento, para el trigo del 24 por ciento y para el maíz en el 18 por ciento

Algo parecido, aggiornado a la gestión K, al malogrado Plan Primavera de los ‘80, apostando a que anclando el dólar con ajustes de salarios por encima de la inflación esperada, permita una recuperación del consumo y la sensación de que la rueda vuelve a funcionar.

La obra pública y el gasto a nivel de municipios y en algunas provincias complementan el plan para alcanzar una “primavera” económica en los meses previos a la elección presidencial.

DATOS DUROS

Los datos duros de la macro no parecen abonar esas esperanzas oficiales.

Como es sabido, los dólares escasean, y tanto por el lado financiero como comercial, no habría ingresos suficientes.

Por el lado de las exportaciones, en el 2014 el total de ventas al exterior cayó a un ritmo de 12%, y en enero esa tendencia negativa llegó a 18%. Las ventas de origen industrial cayeron más: a un ritmo del 14,5% el año pasado, y del 24% en enero pasado.

Con la cosecha y las ventas agropecuarias la tendencia es similar: a pesar de que el tonelaje sería similar al del año anterior, los dólares aportados para el 2015 estarían en el orden de los 25 mil millones de dólares, bastante menos que los 29 mil millones ingresados en el 2014 y los 32 mil millones del 2013. Adicional a esto, y como señaló en otra oportunidad, un altísimo porcentaje de productores retienen los granos en silobolsas.

La baja de precios para el complejo sojero este año estaría en el orden del 15 y 25 por ciento, para el trigo del 24 por ciento y para el maíz en el 18 por ciento.

En cuanto a la balanza energética, que fue deficitaria el año pasado en 7,3 millones de dólares, la baja de los precios del petróleo no alcanza a compensar las necesidades de importaciones.

Los datos de enero indican que mientras la cotización de las ventas de Argentina cayeron 54%, la baja de precios de las importaciones fue mucho menor: del 39%.

El frente financiero tiene complicaciones mayores.

El juicio con los holdouts también está afectando la chance de colocar pequeñas emisiones de títulos en los mercados externos y sin esos dólares el resultado del balance del Banco Central y de sus activos coloca a la entidad monetaria en una situación de quiebra virtual.