Una cuestión radical

Por MARIANO SPEZZAPRIA
Twitter: @mnspezzapria

Pese a que muchas veces lo destrataron en público y también en privado, el radicalismo se encuentra hoy tironeado por los principales sectores políticos del país. Tanto el kirchnerismo como el macrismo y el massismo, intentan llevarse consigo alguna porción de la UCR, en la búsqueda de conquistar un electorado que sigue siendo importante en términos de valores republicanos. Esta situación evidencia que a ninguno le alcanza con lo que tiene actualmente.

Esta noche, el radicalismo aportará una foto de unidad que provendrá de Mendoza. Allí se reunirán los principales dirigentes del partido para festejar una victoria segura

Por eso apelan al votante radical, que se termina convirtiendo en el fiel de la balanza ya que las fuerzas en pugna deben estirarse hacia el centro del arco político para seducirlo. La propia Cristina Kirchner intervino en esta disputa al participar de un plenario de la agrupación que encabeza Leopoldo Moreau, un histórico dirigente alfonsinista que hace rato se acercó a la Casa Rosada. Y que no comulga con la idea de encolumnarse detrás de Mauricio Macri.

Se trata, en rigor, de un grupo minoritario dentro de la UCR, cuya visibilización sólo apunta a denunciar que el partido se corrió hacia la derecha y que tiende a expulsar a quienes tienen un enfoque progresista. Pero ese acto que tuvo el aval “in situ” de la Presidenta quedará minimizado esta noche por la fotografía de unidad del radicalismo que provendrá de Mendoza, donde los principales dirigentes del partido se reunirán para festejar una victoria segura.

Es que allí, la fórmula encabezada por Alfredo Cornejo -con el respaldo de dirigentes como Ernesto Sanz y Julio Cobos- se encamina a derrotar al justicialismo, que gobierna la provincia desde 2007 con escasos resultados en materia de gestión. El veredicto de las urnas servirá también para enfrentar la idea -instalada por voces interesadas- de que en las elecciones para cargos ejecutivos los ciudadanos son más conservadores y tienden a ratificar al oficialismo.

Por cierto que eso ocurrió en Salta, donde el gobernador Juan Manuel Urtubey ganó cómodamente las primarias el domingo pasado, pero lo que sucederá hoy en Mendoza puede ser un llamado de atención para aquellas administraciones que no cumplieron con las expectativas. Algo de esto se presenta también en Santa Fe, donde el macrista Miguel del Sel aparece con chances de socavar la hegemonía socialista, aunque el resultado está abierto.

Pero el caso mendocino es más ilustrativo del escenario general, porque tanto el PRO como el Frente Renovador integran allí la alianza opositora y van todos juntos a las PASO, en una estrategia que empieza a ser debatida por las distintas fuerzas para aplicar a nivel nacional. De hecho, el sector del radicalismo que lideran Cobos y otros dirigentes como Gerardo Morales volverá a reclamar que se incluya a Massa en las primarias con Macri, Sanz y Elisa Carrió.

Sin embargo, ese pedido contradice el resultado de la Convención de Gualeguaychú, donde se impuso la línea de Sanz para acercar posiciones con el PRO. Y además Macri no está dispuesto a competir con Massa en las primarias, pese a que ya escuchó a más de un empresario que le recomendó tender hacia la unidad opositora. Los mismos consejos recibe el tigrense, pero éstos incluyen además un pedido para que baje a ser candidato a gobernador bonaerense.

El massismo ruega que no se imponga Del Sel en Santa Fe y observa con simpatía la posibilidad de que Michetti derrote la semana que viene a Rodríguez Larreta en las primarias porteñas

Por eso el massismo ruega que no se imponga Del Sel en Santa Fe, mientras que observa con simpatía la posibilidad de que Gabriela Michetti derrote la semana que viene a Horacio Rodríguez Larreta en las primarias porteñas. Pese a que en esos distritos el FR no tiene candidatos taquilleros, sus estrategas consideran que el envión de Macri se detendría si se impone el socialismo en la provincia litoraleña y no triunfa su propio candidato en la Capital.

De otro modo, la figura de Macri se recortaría con más nitidez como la que puede aglutinar el voto antikirchnerista en las PASO de agosto próximo. La misma sensación se va generando en el campo oficialista respecto de Daniel Scioli, a quien los gobernadores del PJ y los caciques sindicales ya parecen haberle puesto el traje de candidato único. Aunque las resistencias a su figura anidan en el kirchnerismo duro, que mantiene la ilusión de llevar un postulante propio.

“VERANITO ECONOMICO”

En la Casa Rosada evalúan que esa alternativa sólo tendría cabida en caso de que la economía diera alguna muestra de mejoría en los próximos meses, sobre todo en el rubro del consumo popular. Por eso en el Palacio de Hacienda festejaron que los índices de confianza que publica la Universidad Di Tella mostraran un crecimiento de las expectativas, mientras que ponderan la reducción de la brecha cambiaria experimentada en las últimas semanas.

Aunque los números que llegan del exterior resultan menos alentadores. Por caso, el Fondo Monetario Internacional estimó que la economía argentina se achicará este año un 0,3%, una proyección distante de la del Ministerio de Economía, que previó un crecimiento del 2,8%. En medio de esta situación se registra un debate sobre las estadísticas oficiales, que no brindan garantías en rubros clave o que directamente no se elaboran, como la medición de pobreza.

En este contexto el ministro Axel Kicillof, a quien el universo oficialista señala como un posible candidato a la Vicepresidencia, debió salir a defenderse de las acusaciones de que adopta medidas solamente destinadas a fomentar un “veranito económico” de tinte electoral, sin importar lo que suceda en 2016. “Soy economista, pero no tengo capacidad de ingeniería para armar artefactos que exploten más adelante”, afirmó en una entrevista en Washington.

No obstante, el hecho de que la Argentina ingresó en un período de transición gubernamental sin una crisis terminal mediante, alienta expectativas de recuperación económica a mediano y largo plazo. Los especialistas que aconsejan a los principales aspirantes presidenciales admiten, incluso, que esa tendencia se verifica más porque Cristina Kirchner dejará el poder, que por la confianza que tienen los distintos sectores en quienes pretenden sucederla.

La mandataria pasará la semana en Moscú, donde se reunirá con el presidente Vladimir Putin y procurará avanzar en acuerdos para activar la participación rusa en la construcción de una quinta central nuclear en la Argentina. Así, seguirá la línea emprendida en materia ferroviaria, una actividad que acaba de ser estatizada pero que centralmente utiliza insumos y tecnología china. En pocos años, las “relaciones carnales” se mudaron de Occidente hacia el Oriente.