Asaltan y matan a un empleado frente a una fábrica de Abasto

El empleado de una fábrica que produce municiones para caza, en Abasto, fue asesinado ayer cuando llegaba a su trabajo. Lo abordaron antes de que cumpliera con su rutina diaria de abrir el portón, previo al arribo del resto del personal. Le pegaron un tiro en la nuca. Y le robaron el auto, que horas más tarde apareció abandonado en la ruta 36, con un arma cargada sobre el asiento y rastros de que los criminales intentaron -sin éxito- prenderlo fuego.

La víctima fue oficialmente identificada como Domingo Orlando Gómez, de 57 años, quien vivía en Villa Elisa y en las primeras horas de la mañana solía llegar en su Suzuki Fun de color blanco a la fábrica Full Metal, situada en el kilómetro 47.800 de la Ruta 2, donde trabajaba.

“El era el que siempre abría el portón antes de que llegara el resto de los empleados”, explicó un investigador. Ayer, alguien lo sorprendió antes de que lo hiciera.

el hallazgo

A las 6.30 de la mañana llegó al predio de la fábrica un distribuidor de 37 años que debía retirar las municiones para entregar a varios locales, y se encontró con la terrible escena. Gómez estaba en el piso, sobre su sangre y con una herida visible en la cabeza, cerquita de donde quedaron tiradas las llaves del candado del portón. El auto no estaba.

El testigo llamó al 911 y alrededor de las 7 de la mañana aquella escena se llenó de policías, detectives del gabinete de Homicidios de la DDI y peritos, que trabajaron bajo la instrucción de la fiscal Betina Lacki.

En el bolsillo de la víctima encontraron 307 pesos, un celular Samsung y el control remoto de activación del portón. Los forenses establecieron a simple vista que el proyectil perforó la línea media de la nuca de Gómez y salió por la parte frontal de la cabeza, atravesando el portón, en dirección ascendente.

“Por eso presumimos que es un arma de largo alcance, como un 38 largo”, estimó un pesquisa. Mientras se analizaban estos indicios y recogían evidencias, personal del CPC, la Distrital Oeste y la comisaría Séptima se desplegaban por la zona en busca del Suzuki patente FEL 310.

A las 10.30 de la mañana lo encontraron abandonado en Ruta 36 y 420, una calle de tierra que conecta aquella ruta con la 2. Lacki y los peritos se trasladaron hasta ese sector descampado, donde un lugareño les confirmó que el coche “estaba tirado ahí desde las 7 de la mañana, aproximadamente”.

El Fun quedó en inmediaciones de la entrada de un establecimiento hortícola. Después de buscar huellas en la parte externa de la carrocería, los peritos observaron que alguien había tratado de provocar un incendio en el asiento del conductor.

El fuego se propagó apenas al del acompañante y los parasoles de la luneta delantera, pero se extinguió porque los vidrios estaban cerrados y la falta de oxígeno hizo el resto. “El humo impidió levantar huellas en el interior” del auto, completó una fuente de la pesquisa.

En el asiento delantero derecho se encontró un revólver calibre 38 Special, marca Rossi, con 5 cartuchos intactos. Allegados a la víctima aclararon que nunca la vieron armada, ni había papeles que certificaran la propiedad del arma.

La fábrica no tiene cámaras en el exterior, pero sí a unos 200 metros del portón de ingreso, aunque ninguna enfocando hacia donde estaba el cuerpo.

¿Querían entrar al predio y no pudieron? ¿Fueron por la víctima y todo salió mal? Son algunas de las preguntas bajo análisis.