Dos personas baleadas por resistir asaltos en comercios de la Ciudad

La inseguridad en la Ciudad muestra a diario su peor cara, con delincuentes que no dudan en disparar ante el menor atisbo de resistencia de parte de sus víctimas.

Fue lo que pasó antenoche en una verdulería del barrio San Carlos y casi sobre el final de la tarde de ayer en un comercio de venta de ropa de Melchor Romero.

En el primer local, de 32 entre 140 y 141, el hijo de 16 años de una familia de nacionalidad boliviana recibió un balazo en su pie derecho luego de forcejear con un ladrón que huyó con un cómplice que lo esperaba en una moto.

En el negocio de Romero, un hombre de 53 años, esposo de la dueña, también se trenzó en lucha con un delincuente que -junto a una joven- se disponían a robar la recaudación del comercio. Corrió la misma suerte que el verdulero: un balazo que le atravesó la rodilla.

Por suerte, las dos víctimas están fuera de peligro y lograron frustrar los robos en sus locales.

“NO LO MATó PORQUE NO QUISO”

Eran las seis de la tarde de ayer cuando, desde su local de bobinados de 522 entre 160 y 161, Francisco (53) escuchó que en el negocio de ropa lindero, que atiende su mujer, tocaban el timbre una y otra vez. Eso le llamó la atención, tanto, que salió a la vereda y vio que dentro del local había una pareja y que el hombre sujetaba por el cuello a su esposa.

Indignado, no midió las consecuencias, y al advertir que la puerta de entrada estaba cerrada con llave, rompió el vidrio y se tiró encima del ladrón.

Más tarde, su hijo Maximiliano (29) contó que “mi papá lo tenía agarrado, pero el ladrón pudo pegarle un tiro en la rodilla para que lo soltara”.

“El balazo le provocó un orificio de entrada y otro de salida, pero en total fueron cinco los disparos que hizo el delincuente”, detalló Maximiliano, convencido de que “si no mató a mi viejo fue porque no quiso”. Ya herido, Francisco corrió hacia la calle y se refugió en su negocio de bobinados.

La pareja escapó en una moto negra de 150 cilindradas “y mi hermana llevó a mi viejo al hospital de Romero, donde quedó internado en observación”, completó Maximiliano. Por lo que le contó su madre, “apenas entraron (los delincuentes) al negocio, la chica pidió de ver una campera y preguntó dónde podía probársela. Después el `chorro` sujetó a mi vieja cruzándole un brazo por el cuello”. Mencionó que “es la segunda vez que roban acá, pero al almacén de esta cuadra sólo en este mes les robaron tres veces y en los más de 20 años que llevan en el barrio, fueron 23”.

“RAJá DE ACá”

Los que fueron a asaltar la verdulería de 32 entre 140 y 141, el jueves a la noche, también se movilizaban en moto. Pero en este caso eran dos hombres y al local entró uno de ellos, cuando un joven de 16 años atendía a un cliente.

Según relató Carla Correa Jiménez (21), hermana del adolescente, “el cliente se estaba yendo de la verdulería cuando el delincuente, con un arma, lo obligó a quedarse”.

Sorprendido y furioso, el hijo del dueño del comercio “tomó una escoba y le gritó `rajá de acá`al ladrón, pero (éste) seguía pidiéndole que le entregara el dinero”, señaló Carla.

Entonces el muchacho se arrojó encima del asaltante para reducirlo y recibió un balazo que le perforó el pie derecho. El agresor se fue con su compinche, en la moto y “mi hermano le tiró con un balde con flores”, recordó Carla, lamentando que “nuestra hermanita de 9 años vio todo” el episodio.

Al joven de 16 años lo auxilió su padre, quien enterado del hecho llegó minutos después con su auto y lo llevó al hospital de Romero. “Los médicos dijeron que no podían por ahora sacarle el proyectil. Le hicieron curaciones, le colocaron un vendaje y ahora está en casa, pero muy mal de ánimo”, reveló Carla, quien remató: “Es el cuarto robo en 4 meses” en ese local.

dos casos mas

En las últimas horas otros dos hombres resultaron heridos de bala en la Ciudad. Uno de estos casos sucedió a las 5 de la tarde de ayer en 155 y 67, donde un joven de 21 años que fue oficialmente identificado como Emanuel Montesanti, recibió un tiro en un glúteo. Según la policía, “reticente con el personal” la víctima se limitó a informar que dos sujetos habían querido robarle su automóvil Ford Ka” y lo hirieron. Las mismas fuentes dijeron que “no quiso aportar ningún otro dato, ni radicar denuncia”.

El otro episodio fue a la 1 de la mañana en 604 y 117, donde Franco Ortiz conversaba con amigos en la puerta de su casa y pasó una moto con dos hombres, uno de los cuales efectuó un disparo. El proyectil lo alcanzó en su pierna izquierda, a la altura del gemelo.