Más comprometido el novio de la chica del Liceo asesinada

La situación procesal de Gustavo Ramón Arzamendia Torales es cada vez más complicada. Después de que lo capturaron el jueves por el femicidio de su novia Lucía Ríos (16), se negó a declarar, seguirá preso y la policía hizo un nuevo allanamiento en busca de una evidencia clave: el arma homicida.

A pedido de la fiscal Mariana Rufino (a cargo de la UFI que instruye causas de violencia de género), detectives del gabinete de Homicidios de la DDI registraron de urgencia una precaria vivienda situada en Cruz Montiel entre Pastor Luna y Segundo Sombra, de Esteban Echeverría, propiedad de un amigo del acusado.

Llegaron con el dato de que ahí podía estar escondida el arma homicida y encontraron un revólver 38 de la marca Garate Altúa, sin numeración y con cuatro cartuchos en el tambor, del mismo calibre que el que se usó para matar por la espalda a Lucía.

“Será sometido a pericias balisticas para establecer en primera instancia las condiciones de funcionamiento y después se fijará fecha para una nueva pericia que permitirá comparar un proyectil testigo con el extraído del cuerpo de la víctima”, explicó un investigador. El resultado de esa prueba se conocerá en las próximas semanas.

La adolescente fue asesinada a las 8 de la mañana del 16 de septiembre, cuando esperaba a su madre en la puerta de su casa de 158 entre 34 y 35, y, según testigos, llegó Arzamendia. El joven vivía a la vuelta y habían salido durante los dos últimos años, pero se habían peleado “por los celos de él”, dijeron allegados a la chica.

Lo concreto es que se escuchó una pelea, un disparo y Lucía cayó herida de muerte, con un tiro en la cintura. El homicida escapó en el mismo auto en el que había llegado y fue encontrado al día siguiente.

La víctima falleció en el hospital de Romero.

A partir de ese momento Arzamendia fue intensamente buscado, con una orden de captura nacional e internacional y muchos pensaron que se había fugado a Paraguay, su país de origen. Sin embargo, la investigación tomó impulso a partir de un dato que ubicaba al sospechoso en el Conurbano bonaerense.

“Se logró establecer un grupo acotado de posibles contactos a los que Arzamendia podría recurrir, fijándose consignas en varios domicilios, al mismo tiempo que se analizaron las escuchas telefónicas solicitadas y el movimiento de llamadas entrantes y salientes de las líneas telefónicas de sus allegados directos”, dijo un jefe policial.

Así supieron, el jueves, que el sospechoso iba a encontrarse con parte de sus contactos en una estación de servicio de las calles Camino de Cintura y Santos Vega, de Esteban Echeverría, donde se montó un operativo con varios detectives vestidos de civil. En esas circunstancias, con apoyo de agentes de la Jefatura Departamental La Plata (comisarías 14ª y Unión), pudieron interceptarlo. Tenía un documento a nombre de otra persona y con una foto cambiada.

Ayer, la fiscal Rufino lo indagó por “homicidio cuádruplemente calificado por el vínculo, por ser cometido por un hombre contra una mujer, por alevosía y por haberse cometido mediante el uso de arma de fuego”. Se negó a declarar y seguirá preso en la comisaría Sexta.

El femicidio de esta adolescente movilizó a la comunidad del Liceo Víctor Mercante, donde cursaba el tercer año “D”.

La semana pasada realizaron talleres para “desnaturalizar” la violencia y acompañaron a la familia de Lucía en una movilización a las fiscalías para pedir justicia.