“Mi primo soñaba con hacer una gran carrera”

Horas después de consumada la tragedia, en el parque de la vivienda de Leandro Pedro Cari (24), que fue epicentro de un caso de inseguridad salvaje, un grupo de familiares y amigos buscaba respuestas para mitigar tanto dolor.

El desánimo y la tristeza eran el común denominador en ese domicilio. Y el silencio parecía dominar a todo el barrio.

Sin embargo, Miguel Angel Cari (20), primo del oficial ultimado a balazos, con casi un año de antiguedad en la fuerza, fue quien quebró esa situación y aceptó brindarle a EL DIA algunos detalles del dramático episodio.

“SINTIO RUIDOS Y REACCIONO”

Con tono bajo de voz, el joven contó que “cuando entraron los tres delincuentes, acá dormían en distintos cuartos mis tíos, mi primo, su hermano de 18 años y la hermanita de 6”.

Si bien uno de los asaltantes redujo enseguida al joven de 18 años, a quien colocaron una pistola en la cabeza, “Leandro se despertó cuando sintió ruidos en la habitación de los padres. Y reaccionó tomando su arma reglamentaria y yendo para ese cuarto”.

Y en coincidencia con lo afirmado por los investigadores policiales del caso (ver aparte), indicó que “el tiroteo se produjo en la habitación de mis tíos”.

Por otra parte, el muchacho hizo saber que “no fue la única vez que robaron acá. Hace un tiempo se habían llevado unas bicicletas. Pero jamás se habían metido a la casa a robar con todos mis familiares adentro”.

“IBA A IR A TRABAJAR”

Miguel Angel después aludió a que su primo asesinado “pertenecía al Comando de Patrullas de La Matanza, hacia donde viajaba, tengo entendido, día por medio. Justamente hoy (por ayer) tenía previsto ir a trabajar”.

De igual modo se manifestó un jefe policial ligado a la pesquisa: “Tenía puesta la alarma para levantarse a las cinco de la mañana”, reveló.

Asimismo, el primo de la víctima dio a conocer que “Leandro hace unos 11 meses que se desempeñaba en la Policía. Y por lo que comentó en más de una ocasión, soñaba con hacer una gran carrera dentro de la fuerza”.

Igualmente, hizo saber que “antes de entrar a la institución, Leandro se recibió de técnico electrónico. Siempre le gustó la electrónica. Inclusive realizó algunos trabajos”.

Otra de las pasiones del oficial de policía acribillado “era juntarse para jugar al fútbol con amigos. Cada vez que le quedaba tiempo, se prendía en algún partido con ellos”.

El joven luego respiró profundo y mencionó que “ahora estamos todos muy mal, familiares, amigos y compañeros de trabajo de Leandro. Ninguno todavía lo podemos creer”.

Todos ellos valoraron, en contrapartida, que Leandro honró su condición de policía hasta el último instante de su vida.

Uno de los encargados de la investigación reflexionó al respecto que “si seguramente hubiese hecho lo mismo por cualquier ciudadano que viera en peligro, con más razón actuó así al ver en riesgo a sus padres”.

UN BARRIO INSEGURO

Tanto Miguel Angel como algunos vecinos que, conmovidos, siguieron ayer de cerca el operativo policial, aseguraron que lo sucedido allí “no fue un hecho aislado de inseguridad”.

Y lo dejaron en claro con algunos ejemplos: “A una familia que en su vivienda tenía un kiosco, la asaltaron tres veces en la misma semana. Al final, tuvieron que cerrar ese comercio”. Una señora citó que “hace 4 días asaltaron a un joven en la puerta de su casa. Y otro vecino logró huir de los delincuentes”.