Otra jubilada platense cayó en la trampa de los secuestros virtuales

Después un enero calmo, los secuestradores virtuales reaparecieron en febrero. Este nuevo mes marcó un regreso indudable, siempre con el foco principal en los jubilados, pero sin limitarse a ninguna zona en particular.

Uno de los últimos casos que hubo en la ciudad fue en La Loma. A las 3.30 de ayer despertaron a una jubilada -que evitó dar su nombre y su edad- con un llamado a su domicilio de 30 entre 42 y 43.

“Al principio era la voz de mi hija la que me hablaba. Me decía que la iban a matar y que tenía a un montón de ladrones en la casa, apuntándole con armas”, contó la víctima a este medio.

El montaje era el de siempre y resultó creíble. Una vez más la mezcla de sorpresa, sueño y miedo le hizo a la jubilada caer en la trampa. Del otro lado de la línea el que empezó a hablar fue un hombre al que le tocaba oficiar de secuestrador.

“Mirá que te la matamos, eh. Las vas a tener que ir a buscar a la morgue. Tenés que entregar toda la plata que tengas”, eran algunas de las amenazas de los estafadores.

Durante 25 minutos tuvieron a la víctima en vilo con el teléfono inalámbrico en la mano, prohibiéndole todo el tiempo que cortara la comunicación y, por supuesto, subiendo el tenor de lo que decían en caso de que la mujer llegara a llamar al 911.

“los oi pero no los vi”

Temblando del miedo la jubilada juntó todo lo de valor que tenía. “No hay ni un peso en la casa, así que les tiré a la calle una bolsa con joyas de oro”, aseguró la víctima.

Y aunque tardó segundos en volver a entrar a su domicilio, alcanzó a escuchar que los ladrones se acercaban en una moto a retirar el botín. No alcanzó a ver cuántos eran, y mucho menos sus caras.

“Mirá que somos retirados de la policía, no te hagas la viva, viejita”, la sobraban los delincuentes a pesar de que ya habían logrado lo suyo. Es que la mujer quería colgar de una vez, pero no la dejaban.

“Para eso no daba más de los nervios, mi marido y yo estábamos descompuestos. Les preguntaba si no tenían madre, pero seguían y seguían”, agregó.

La pesadilla terminó cuando la jubilada cortó, se enteró de que su hija estaba bien, llamó al 911 y fue a denunciar el caso a la comisaría 4ª y a la DDI.

En febrero hubo al menos dos casos en los que los engañados accedieron a pagar lo que tuvieran. En Los Hornos llegaron a entregar 10 mil dólares, y en City Bell una mujer también dio sus ahorros.

“Nosotros recién nos tranquilizamos varias horas después, pero lloramos mucho y quedamos destrozados. Para colmo, antes de cortar, nos dijeron que todo era una ‘jodita’ para Videomatch”, cerró la jubilada de La Loma.