Uganda toma medidas contra las sectas

KAMPALA, Uganda.- Tres días después del suicidio colectivo de miembros de una secta apocalíptica, Uganda seguía ayer inmersa en la consternación y la perplejidad, mientras eran enterradas las primeras víctimas en el terreno que pertenecía al movimiento y anunciaron medidas muy duras contra otras sectas religiosas.
En el recinto de la secta en el sudoeste del país centroafricano, la policía encontró ayer otros varios cadáveres. Médicos forenses comenzaron, en tanto, a revisar los cuerpos de las víctimas del mayor suicidio masivo en veinte años.

En la iglesia incendiada en Kanungu se amontonaban los restos carbonizados de cientos de seguidores del Movimiento de los Diez Mandamientos de Dios.
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, condenó el hecho y anunció una actuación más dura contra este tipo de sectas y "otros grupos peligrosos". En los últimos meses, el gobierno ya disolvió varios grupos religiosos. El Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios, sin embargo, hasta ahora nunca había llamado la atención por hechos negativos y era considerado completamente inofensivo, dijo un portavoz del gobierno.
Los forenses y los familiares de las víctimas permanecían hoy perplejos ante la iglesia quemada en Kanungu. A través del techo de chapa derrumbado la lluvia caía sobre la montaña de entre 500 y 600 cadáveres, en gran parte completamente desfigurados.
Los integrantes de la secta se encerraron el viernes pasado en el recinto, luego se rociaron con combustible y se prendieron fuego, siguiendo el llamado de su "profeta" Joseph Kibweteere.
La policía presume que Kibweteere está entre los muertos y no que huyó del país como se suponía en un principio. El antiguo dirigente opositor fundó la secta hace trece años, tras haber sido testigo -según afirmaba- de un diálogo entre la Virgen María y Jesús.
La supuesta conversación fue grabada por Kibweteere en una cinta magnetofónica, que desde entonces se convirtió en la base de las creencias del movimiento. El jefe de la policía de Uganda explicó hoy que no hay duda de que realmente se trató de un suicidio colectivo. Dado que entre los inmolados hay numerosos niños, sin embargo, en algunos casos al menos se iniciaron investigaciones por asesinato.
La policía presume que Kibweteere está entre los muertos y no que huyó del país como se suponía en un principio. El antiguo dirigente opositor fundó la secta hace trece años, tras haber sido testigo -según afirmaba- de un diálogo entre la Virgen María y Jesús.
La mayoría de los miembros de la secta así como sus líderes eran ex católicos. Vivían en un terreno en Kanungu, a unos 320 kilómetros de la capital ugandesa, Kampala, hasta que su "profeta" les anunció el fin del mundo y los llamó a inmolarse de manera colectiva.

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