Polémica en un barrio por un lomo de burro no autorizado
Un vecino decidió construirlo sin permiso municipal porque dice que su reclamo no fue escuchado en la Comuna. Hubo quejas de automovilistas y anoche intervenía Control Urbano
| 25 de Julio de 2000 | 00:00

En Los Hornos un vecino decidió construir un lomo de burro por su cuenta. Dice que, cansado de solicitar un permiso comunal para colocar un reductor de velocidad justo en frente de su almacén, en 153 entre 58 y 59, puso manos a la obra e improvisó dos elevaciones de cemento que atraviesan la calzada. Varios frentistas de esa cuadra salieron anoche a apoyar su iniciativa cuando una patrulla de Control Urbano se acercó para inspeccionar el lugar. "Si la Municipalidad no hace nada para evitar accidentes, nosotros sí", dijeron.
Diego Caña construyó hace tres días un reductor de velocidad que abarca la mitad de la calle y ayer completó su trabajo con otro. El almacenero reconoció que el primero no está bien hecho ("es un poco alto, pero una vez que seque le voy a dar una forma más bombé"), pero afirma que no tuvo otra alternativa porque no consiguió una respuesta a su reclamo por parte de la Municipalidad. Su vecina, Violeta González, que vive sobre la 153 entre 58 y 59, opina igual.
"Nos cansamos de juntar firmas y pedir autorización para poner un lomo de burro. Esto, en época de clases es un infierno. Los autos pasan a toda velocidad y acá hay muchos chicos. Quisiera que vean lo que es al mediodía. A nosotros no nos dieron permiso, pero de la 60 hacia la 44 sí", protestó la mujer a la vez que aseguró que el trámite para que les permitieran instalar un lomo de burro lo iniciaron hace un año y que una inspección de Control Urbano determinó que "no era necesario".
"Lo que pasa es que vinieron en verano, en plenas vacaciones. Yo quisiera que vengan en época de clases. Los autos ya mataron a un montón de perros y hace unos días casi atropellan a una nena", dijo Violeta González.
Pero no todos los vecinos están de acuerdo con la decisión de Caña. Carlos González, que vive a cuatro cuadras del reductor de velocidad, contó que casi tiene un accidente ayer cuando pasó con su vehículo por 153 entre 58 y 59. "Lo hicieron muy alto y el balde que pusieron como suerte de baliza señalizadora no se ve. Es peligroso. No pueden construir lomos de burro sin permiso", dijo.
Caña dice que no tuvo otra alternativa que instalar el reductor de velocidad sin autorización. "Si las autoridades no nos escuchan, ¿qué vamos a hacer? ¿vamos a esperar que atropellen a algún nene del barrio? Los automóviles pasan muy ligero, al triple de la velocidad permitida, y nadie les pone un freno", señaló.
Los lomos de burro dividen opiniones entre los platenses. Mientras hay vecinos que reclaman su colocación en esquinas de sus barrios que consideran peligrosas por las altas velocidades y la falta de semáforos, hay quienes creen que "el remedio es peor que la enfermedad" y rechazan la idea de instalar ese tipo de reductor de velocidad, aún cuando son las autoridades comunales quienes resuelven poner un freno al tránsito de esa manera.
Un caso que conmocionó el año pasado fue el de un jubilado que falleció después de chocar su ciclomotor contra un lomo de burro en Gonnet. El accidente ocurrió en 488 entre 16 bis y 17 y tanto su familia como los vecinos insistieron en que el reductor de tránsito que provocó la tragedia habría sido construido por frentistas, sin permiso municipal.
Al cierre de esta edición, los inspectores municipales intentaban que los vecinos de Los Hornos dieran marcha atrás a su decisión y retiraran el lomo de burro de la polémica. Se aprestaban también a labrar un acta de comprobación de la infracción.
Diego Caña construyó hace tres días un reductor de velocidad que abarca la mitad de la calle y ayer completó su trabajo con otro. El almacenero reconoció que el primero no está bien hecho ("es un poco alto, pero una vez que seque le voy a dar una forma más bombé"), pero afirma que no tuvo otra alternativa porque no consiguió una respuesta a su reclamo por parte de la Municipalidad. Su vecina, Violeta González, que vive sobre la 153 entre 58 y 59, opina igual.
"Nos cansamos de juntar firmas y pedir autorización para poner un lomo de burro. Esto, en época de clases es un infierno. Los autos pasan a toda velocidad y acá hay muchos chicos. Quisiera que vean lo que es al mediodía. A nosotros no nos dieron permiso, pero de la 60 hacia la 44 sí", protestó la mujer a la vez que aseguró que el trámite para que les permitieran instalar un lomo de burro lo iniciaron hace un año y que una inspección de Control Urbano determinó que "no era necesario".
"Lo que pasa es que vinieron en verano, en plenas vacaciones. Yo quisiera que vengan en época de clases. Los autos ya mataron a un montón de perros y hace unos días casi atropellan a una nena", dijo Violeta González.
Pero no todos los vecinos están de acuerdo con la decisión de Caña. Carlos González, que vive a cuatro cuadras del reductor de velocidad, contó que casi tiene un accidente ayer cuando pasó con su vehículo por 153 entre 58 y 59. "Lo hicieron muy alto y el balde que pusieron como suerte de baliza señalizadora no se ve. Es peligroso. No pueden construir lomos de burro sin permiso", dijo.
Caña dice que no tuvo otra alternativa que instalar el reductor de velocidad sin autorización. "Si las autoridades no nos escuchan, ¿qué vamos a hacer? ¿vamos a esperar que atropellen a algún nene del barrio? Los automóviles pasan muy ligero, al triple de la velocidad permitida, y nadie les pone un freno", señaló.
Los lomos de burro dividen opiniones entre los platenses. Mientras hay vecinos que reclaman su colocación en esquinas de sus barrios que consideran peligrosas por las altas velocidades y la falta de semáforos, hay quienes creen que "el remedio es peor que la enfermedad" y rechazan la idea de instalar ese tipo de reductor de velocidad, aún cuando son las autoridades comunales quienes resuelven poner un freno al tránsito de esa manera.
Un caso que conmocionó el año pasado fue el de un jubilado que falleció después de chocar su ciclomotor contra un lomo de burro en Gonnet. El accidente ocurrió en 488 entre 16 bis y 17 y tanto su familia como los vecinos insistieron en que el reductor de tránsito que provocó la tragedia habría sido construido por frentistas, sin permiso municipal.
Al cierre de esta edición, los inspectores municipales intentaban que los vecinos de Los Hornos dieran marcha atrás a su decisión y retiraran el lomo de burro de la polémica. Se aprestaban también a labrar un acta de comprobación de la infracción.
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