Misteriosa plaga está matando a los árboles
Ataca a cipreses, tuyas y juníperos, que se secan rápidamente. No la pueden detener
| 8 de Enero de 2003 | 00:00

Una plaga "misteriosa" está matando árboles en La Plata. En varias plazas, terrenos particulares y otros espacios verdes, cipreses, tuyas y juníperos se secan rápidamente, y nadie parece saber aún la forma de revertir un proceso que dejaría a la ciudad sin cientos de añosos ejemplares.
Las agujas que constituyen el follaje de las coníferas citadas, una presencia habitual en los parques y paseos locales, están habitualmente verdes durante todo el año. Pero ahora lucen marrones, secas y quebradizas. Desde la Comuna se descarta que el factor causante de los daños sea fitosanitario. "Según lo que estamos evaluando, no está relacionado con suelos, riego o plagas", explicó el director de Higiene Urbana y Arbolado, Daniel Dubor.
"Nos hemos puesto en contacto con técnicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) para determinar qué pasos vamos a seguir, porque la situación es compleja, ya que hay numerosas plantas (no se precisó con exactitud la cantidad) muy afectadas en plazas como la Olazábal, San Martín o Italia", subrayó Dubor.
PODRIA SER UN HONGO
Aunque los técnicos de la Universidad aún no ofrecieron precisiones, "porque toma un tiempo prudencial a partir de la complejidad de los análisis", adelantaron que la enfermedad que atacó a las cupresáceas -plantas de la familia de los cipreses- "estaría originada en una causa patogénica". Entre los agentes que se están barajando figura el hongo seiridium.
Fuentes ligadas a la Facultad de Agronomía local agregaron que "estamos observando dos tipos de síntomas: quemado total del árbol y manchas en las ramas y corteza. Es un fenómeno que se está produciendo también en lugares tan disímiles como Rosario, Bahía Blanca, Coronel Suárez y La Pampa, por lo que es muy difícil que lo provoquen factores atmosféricos".
"La plaga está afectando a las especies de ciprés introducidas, no a las autóctonas" explicaron desde Agronomía de la UNLP: "hace medio siglo una enfermedad de este tipo destruyó en muy poco tiempo cipreses en todo el sur de la provincia de Buenos Aires".
Numerosos vecinos y entidades que se ocupan del medio ambiente vienen alertando desde hace algún tiempo acerca del creciente deterioro del patrimonio forestal de la ciudad, y particularmente de la fulminante enfermedad que afecta a los cipreses. Eduardo Atilio Figgini, un vecino de la Granja especialista en el cultivo de bonsai, indicó que "en la rotonda de diagonal 74 y 32, al menos 25 cipreses centenarios se están secando. También sobre la avenida 31, y las plazas Olazábal y Moreno. Es más grave de lo que parece. La ciudad se va a quedar sin árboles y la Comuna no mueve un dedo".
Para Enrique Ferreyra, arquitecto, paisajista y artista plástico que vive frente a plaza Italia, "lo que hace -o mejor dicho no hace- la Municipalidad es una vergüenza; cómo puede ser que desde diciembre pasado se están secando los cipreses y los supuestos especialistas 'no saben por qué'. Sólo un ejemplar está sano; los otros siete están casi muertos y nadie hizo absolutamente nada".
Las agujas que constituyen el follaje de las coníferas citadas, una presencia habitual en los parques y paseos locales, están habitualmente verdes durante todo el año. Pero ahora lucen marrones, secas y quebradizas. Desde la Comuna se descarta que el factor causante de los daños sea fitosanitario. "Según lo que estamos evaluando, no está relacionado con suelos, riego o plagas", explicó el director de Higiene Urbana y Arbolado, Daniel Dubor.
"Nos hemos puesto en contacto con técnicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) para determinar qué pasos vamos a seguir, porque la situación es compleja, ya que hay numerosas plantas (no se precisó con exactitud la cantidad) muy afectadas en plazas como la Olazábal, San Martín o Italia", subrayó Dubor.
PODRIA SER UN HONGO
Aunque los técnicos de la Universidad aún no ofrecieron precisiones, "porque toma un tiempo prudencial a partir de la complejidad de los análisis", adelantaron que la enfermedad que atacó a las cupresáceas -plantas de la familia de los cipreses- "estaría originada en una causa patogénica". Entre los agentes que se están barajando figura el hongo seiridium.
Fuentes ligadas a la Facultad de Agronomía local agregaron que "estamos observando dos tipos de síntomas: quemado total del árbol y manchas en las ramas y corteza. Es un fenómeno que se está produciendo también en lugares tan disímiles como Rosario, Bahía Blanca, Coronel Suárez y La Pampa, por lo que es muy difícil que lo provoquen factores atmosféricos".
"La plaga está afectando a las especies de ciprés introducidas, no a las autóctonas" explicaron desde Agronomía de la UNLP: "hace medio siglo una enfermedad de este tipo destruyó en muy poco tiempo cipreses en todo el sur de la provincia de Buenos Aires".
Numerosos vecinos y entidades que se ocupan del medio ambiente vienen alertando desde hace algún tiempo acerca del creciente deterioro del patrimonio forestal de la ciudad, y particularmente de la fulminante enfermedad que afecta a los cipreses. Eduardo Atilio Figgini, un vecino de la Granja especialista en el cultivo de bonsai, indicó que "en la rotonda de diagonal 74 y 32, al menos 25 cipreses centenarios se están secando. También sobre la avenida 31, y las plazas Olazábal y Moreno. Es más grave de lo que parece. La ciudad se va a quedar sin árboles y la Comuna no mueve un dedo".
Para Enrique Ferreyra, arquitecto, paisajista y artista plástico que vive frente a plaza Italia, "lo que hace -o mejor dicho no hace- la Municipalidad es una vergüenza; cómo puede ser que desde diciembre pasado se están secando los cipreses y los supuestos especialistas 'no saben por qué'. Sólo un ejemplar está sano; los otros siete están casi muertos y nadie hizo absolutamente nada".
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