Se va a cumplir un año del asesinato de Schenone
| 11 de Enero de 2004 | 00:00
Los padres de Marcos Schenone, el joven de 23 años que fue asesinado a balazos al salir del complejo gastronómico Dallas de Martínez, preparan la misa que se celebrará por el aniversario del crimen, mientras pretenden que el empresario preso por el homicidio, Horacio Conzi, no tenga privilegios en la cárcel y sea juzgado y condenado lo antes posible.
En una entrevista que mantuvieron desde el balneario bonaerense de San Bernardo, donde están de vacaciones, Eugenio y Elsa Schenone anticiparon que el próximo 16 de enero -fecha en que se cumple un año del homicidio-, a las 19, se celebrará, como todos los meses, una misa en la Catedral de San Isidro.
Marcos, de 23 años, murió asesinado por tres de los 14 balazos que le dispararon desde una camioneta 4x4 al remis en el que viajaba la madrugada del 16 de enero de 2003. Por el caso está detenido, procesado y a un paso del juicio oral Horacio Conzi, uno de los dueños del complejo gastronómico Dallas-Las Olas Boulevard, donde aquella noche Marcos, su amigo Gustavo Pacheco y dos chicas, Paula Alonso y Gisella Carabetta, fueron echados del lugar.
Según la investigación del fiscal de San Isidro Mario Kohan, Conzi se enfureció al ver en su boliche a Schenone y Alonso besándose, ya que la chica era pretendida por el dueño del local. Pero luego, según la fiscalía, persiguió con su camioneta 4x4 el remis en el que se marchó el grupo y a 40 cuadras de Dallas, en Beccar, descargó los 14 balazos de una de sus pistolas nueve milímetros contra el auto.
Schenone murió, Alonso convive hoy con dos balas en un pie, Carabetta con otro proyectil en una mano y el remisero Rodolfo Fernández recibió dos tiros en los glúteos; sólo Pacheco salió ileso.
Pese a que todas las fuerzas de seguridad del país lo buscaban, Conzi estuvo prófugo durante 57 días hasta que fue detenido el 14 de marzo del año pasado en Mar del Plata con peluca y documentos falsos. El propio Schenone que antes de morir reconoció a Conzi cuando los perseguía, el relato de los sobrevivientes, una filmación de la persecución, testigos de identidad reservada y el arma que las pericias indicaron como la homicida, son las pruebas con las que cuenta la fiscalía para acusar a Conzi.
Todas ellas están cuestionadas por el abogado del empresario, Fernando Burlando -en especial el arma porque cree que fueron falseadas las pericias balísticas-, quien ahora presentó un recurso de Casación para revocar la prisión preventiva que fue confirmada por la Cámara de San Isidro.
"Va a hacer un año difícil y esperamos una justicia completa y que dejen de poner piedras en el camino y que vayan al juicio oral", dijo Eugenio Schenone al referirse a los múltiples recursos interpuestos por la defensa de Conzi.
El padre de Marcos también se mostró molesto por cómo vive Conzi en el penal de Campana, ya que en una entrevista que concedió hace unas semanas a la revista Gente se lo vio en una de las celdas del hospital de la unidad carcelaria por sus problemas de hipertensión, haciendo pesas con un palo de escoba con cuatro cuatro botellas de agua a sus extremos.
"Si esa cárcel no le puede dar seguridad que lo trasladen, pero es una vergüenza que esté en un sector privilegiado", dijo Schenone.
En una entrevista que mantuvieron desde el balneario bonaerense de San Bernardo, donde están de vacaciones, Eugenio y Elsa Schenone anticiparon que el próximo 16 de enero -fecha en que se cumple un año del homicidio-, a las 19, se celebrará, como todos los meses, una misa en la Catedral de San Isidro.
Marcos, de 23 años, murió asesinado por tres de los 14 balazos que le dispararon desde una camioneta 4x4 al remis en el que viajaba la madrugada del 16 de enero de 2003. Por el caso está detenido, procesado y a un paso del juicio oral Horacio Conzi, uno de los dueños del complejo gastronómico Dallas-Las Olas Boulevard, donde aquella noche Marcos, su amigo Gustavo Pacheco y dos chicas, Paula Alonso y Gisella Carabetta, fueron echados del lugar.
Según la investigación del fiscal de San Isidro Mario Kohan, Conzi se enfureció al ver en su boliche a Schenone y Alonso besándose, ya que la chica era pretendida por el dueño del local. Pero luego, según la fiscalía, persiguió con su camioneta 4x4 el remis en el que se marchó el grupo y a 40 cuadras de Dallas, en Beccar, descargó los 14 balazos de una de sus pistolas nueve milímetros contra el auto.
Schenone murió, Alonso convive hoy con dos balas en un pie, Carabetta con otro proyectil en una mano y el remisero Rodolfo Fernández recibió dos tiros en los glúteos; sólo Pacheco salió ileso.
Pese a que todas las fuerzas de seguridad del país lo buscaban, Conzi estuvo prófugo durante 57 días hasta que fue detenido el 14 de marzo del año pasado en Mar del Plata con peluca y documentos falsos. El propio Schenone que antes de morir reconoció a Conzi cuando los perseguía, el relato de los sobrevivientes, una filmación de la persecución, testigos de identidad reservada y el arma que las pericias indicaron como la homicida, son las pruebas con las que cuenta la fiscalía para acusar a Conzi.
Todas ellas están cuestionadas por el abogado del empresario, Fernando Burlando -en especial el arma porque cree que fueron falseadas las pericias balísticas-, quien ahora presentó un recurso de Casación para revocar la prisión preventiva que fue confirmada por la Cámara de San Isidro.
"Va a hacer un año difícil y esperamos una justicia completa y que dejen de poner piedras en el camino y que vayan al juicio oral", dijo Eugenio Schenone al referirse a los múltiples recursos interpuestos por la defensa de Conzi.
El padre de Marcos también se mostró molesto por cómo vive Conzi en el penal de Campana, ya que en una entrevista que concedió hace unas semanas a la revista Gente se lo vio en una de las celdas del hospital de la unidad carcelaria por sus problemas de hipertensión, haciendo pesas con un palo de escoba con cuatro cuatro botellas de agua a sus extremos.
"Si esa cárcel no le puede dar seguridad que lo trasladen, pero es una vergüenza que esté en un sector privilegiado", dijo Schenone.
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