El fútbol llora a Walter Gómez

El ex futbolista Walter Gómez, que brillara en River Plate durante la década del '50, falleció ayer como consecuencia de una grave enfermedad, a la edad de 76 años, según se informó.

Gómez, que había sido internado a fines de febrero pasado en el hospital de Vicente López, integró el equipo que fue tricampeón en 1952, 1953 y 1955, en River.

Además, formó parte de la delantera conocida como "La Segunda Máquina", junto a Santiago Vernazza, Eliseo Prado, Angel Labruna y Felix Loustau.

Nacido el 12 de diciembre de 1927 en Uruguay, el ex atacante jugó en Sol de América (Uruguay), Nacional de Montevideo, Palermo (Italia), Cúcuta y Once Caldas (Colombia) y Deportivo Galicia (Venezuela), pero deslumbró en el conjunto "millonario".

Gómez se transformó en parte de la historia grande del club riverplatense, a fuerza de goles, estupendas gambetas y vueltas olímpicas.

En Uruguay se consagró campeón con Nacional (1946 y 1947) y en un clásico con Peñarol a comienzos de 1949 agredió a un árbitro y fue suspendido por un año.

Nacional decidió entonces venderlo a River, ya que en la Argentina podía jugar, y rápidamente se convirtió en ídolo de la afición "millonaria".

A propósito, por culpa de esa inconducta, Gómez se vio impedido de tomar parte del Campeonato Mundial de 1950, en Brasil, donde la selección nacional uruguaya protagonizó el mítico "Maracanazo" y se quedó con el título tras ganarle por 2 a 1 al dueño de casa en la final de la competencia.

En River -donde militó hasta 1956- fue titular indiscutido, verdugo de Boca en la propia "Bombonera" y figura entre los grandes de su historia.

En 1950 se había ido el legendario Alfredo Di Stéfano de la entidad de Núñez -a Millonarios de Colombia- y Gómez llegó con la complicada misión de suplantarlo.

El club argentino pagó la cifra récord de 750 mil pesos por su transferencia, con lo cual sacudió el mercado de pases, tal como lo reflejan los diarios de la época.

Se hizo famoso -e inmortal- el canto que le dedicaba en aquel momento la hinchada de la banda roja, que estaba obligada a ir temprano al Monumental: "La gente ya no come para ver a Walter Gómez".

Fue un artista del balompié, creador y definidor, le pegaba a la pelota con las dos piernas y cabeceaba bien pese a su mediana estatura. Además, era hábil en espacios reducidos y tenía un pique corto pero demoledor, el cual le permitió -por ejemplo- marcarle cuatro goles a Lanús en apenas 22 minutos, por la primera fecha del campeonato de 1954.

Gómez convirtió a los 2, 8, 13 y 22 minutos del encuentro, y sumó así otro logro memorable para su exitosa campaña deportiva en River, en la que celebró 75 conquistas en sus 140 cotejos con la camiseta de banda roja.

Por último, el recordado futbolista uruguayo trabajó hasta hace algunos años en el estacionamiento de River, pero luego los directivos decidieron otorgarle una ayuda económica para paliar su situación.

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