Casi el 30 por ciento de las especies está enferma

Cualquier viento fuerte deja en La Plata un tendal de árboles caídos. ¿Por qué? ¿Se debe únicamente a los largos años que tienen muchos ejemplares? Para varios especialistas en forestación, una de las razones fundamentales que hacen de nuestra ciudad una verdadera región de árboles caídos ante cada tormenta se debe, además de la vejez, a los distintos tipos de enfermedades que sufre entre el 20 y el 30 por ciento del arbolado urbano platense.

Según la Agrupación de Defensa Forestal de La Plata, además, en el casco fundacional hay "demasiados árboles plantados que datan de fines del siglo XIX o principios del XX. Se trata de plátanos, fresnos, olmos y alerces, todos ejemplares que cobraron un desarrollo muy grande y fueron plantados con graves deficiencias técnicas, lo cual provoca que se caigan con mucha mayor facilidad que los ejemplares no tan viejos y mejor plantados".

Con respecto a las enfermedades que sufren muchos de ellos, la Agrupación estima que entre el 20 y el 30 por ciento de los árboles ubicados en el casco urbano sufre alguna enfermedad causada por hongos o bacterias. Según se explica, "hay árboles que tienen hongos que se formaron por malas cicatrizaciones de los cortes hechos en las podas producto de la mala utilización en ese momento de los productos fungicidas, o por cortes mal realizados".

Una de las enfermedades más común que afecta al arbolado platense, se indica, es la causada por un hongo xilófago, es decir, que come madera y va ahuecando a las plantas.

Según el ingeniero Pericles Merlo, ex titular de la cátedra de Protección Forestal de la facultad de Agronomía platense, este hongo que socava a los ejemplares "es muy difícil de detectar; sólo es posible hacerlo cateando árbol por árbol, o utilizando individualmente en cada ejemplar un ecógrafo especial, es decir un detector de los que en Argentina no se dispone".

En lo que hace a las especies más castigadas por este tipo de enfermedades, figuran el olmo, el jacarandá, el plátano y el tilo. El primero, presente en las calles 11, 38, 39, 57, 60 y 7 entre avenida Antártida y 32, es debilitado por la llamada vaquita del olmo y el clavel del aire.

Al jacarandá, que predomina en la diagonal 73, lo perjudican la vaquita del olmo, la cochinilla y también el clavel del aire, en tanto que al plátano, cuyas ramas forestan las avenidas 1, 60, 51, 53, 32 y 44, lo atacan con mucha frecuencia los hongos que se depositan en sus hojas y la cochinilla.

Por último, el tilo -que junto al fresno americano es el árbol con más ejemplares en nuestra ciudad- suele ser carcomido una y otra vez por el ya famoso taladro del tilo.

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