Luis Ortega: un director especial
Para "Monobloc" consiguió que su madre, Evangelina Salazar, retornara a los set
| 22 de Octubre de 2006 | 00:00

Un mundo en ruinas teñido de rojo y únicamente habitado por tres mujeres afectadas por la desolación es el universo que Luis Ortega imaginó para "Monobloc", su segundo largometraje protagonizado por Carolina Fal, Graciela Borges y Rita Cortese, que llegó el jueves a salas de capital federal tras una espera de más de dos años.
Mientras tanto, Ortega está terminando de filmar en la zona portuaria de La Boca El negro Luz y Fer, una película de acción con ingredientes de violencia, drogas y sexo, y además prepara dos proyectos basados en las figuras del famoso escritor japonés Yukio Mishima y el poeta argentino Jacobo Fijman.
El segundo largometraje de Ortega -quien había debutado en 2001 con la exitosa Caja Negra- pasó estos dos años por festivales internacionales como San Sebastián, La Habana, Toronto y Nueva York, y se está proyectando desde principios de mes, en una versión reducida, en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
UN FILME REALISTA
Las relaciones entre esas tres mujeres solitarias que pueblan "Monobloc" (Fal, Borges y Cortese) no son más que "un espejo de las nuestras y ese mundo vacío podría ser tranquilamente un mensaje de cómo será nuestro mundo de acá a un tiempo", afirmó Ortega.
"La película es un espejo de la contemporaneidad. Desde mi punto de vista, es una película ciento por ciento realista, aunque depende de qué cosas incluyas en la realidad. Yo incluyo todos los factores: los posibles y los imposibles", agregó el cineasta.
La historia -una idea original de Carolina Fal, desarrollada luego por ambos- está centrada en la relación de interdependencia extrema entre Perla, Nena y Madrina, tres mujeres que viven solas en un mundo en ruinas.
LA VUELTA DE EVANGELINA
Allí no existen otros seres salvo una paloma, un cerdo y una suerte de espectro encarnado por Evangelina Salazar, la madre de Ortega, que en su reaparición en el cine tras 25 años interpreta a la dueña de un parque de diversiones desolador.
Con respecto a la extrañeza del film, Ortega afirmó que "la gente tiende a racionalizarlo todo, quiere que todo sea muy comprensible, y esta película en particular no lo es. ¿Por qué todas las películas deberían ser de principio a fin entendibles?", se preguntó.
"La gente actúa con tal automatismo que la sorpresa directamente está aniquilada. La propuesta cinematográfica de Monobloc es revivir la capacidad de sorpresa ante el mundo. A nivel narrativo, la idea era que no estuviesen claro los límites entre lo que estaba realmente aconteciendo o lo que podía estar imaginando un personaje", explicó.
Mientras tanto, Ortega está terminando de filmar en la zona portuaria de La Boca El negro Luz y Fer, una película de acción con ingredientes de violencia, drogas y sexo, y además prepara dos proyectos basados en las figuras del famoso escritor japonés Yukio Mishima y el poeta argentino Jacobo Fijman.
El segundo largometraje de Ortega -quien había debutado en 2001 con la exitosa Caja Negra- pasó estos dos años por festivales internacionales como San Sebastián, La Habana, Toronto y Nueva York, y se está proyectando desde principios de mes, en una versión reducida, en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
UN FILME REALISTA
Las relaciones entre esas tres mujeres solitarias que pueblan "Monobloc" (Fal, Borges y Cortese) no son más que "un espejo de las nuestras y ese mundo vacío podría ser tranquilamente un mensaje de cómo será nuestro mundo de acá a un tiempo", afirmó Ortega.
"La película es un espejo de la contemporaneidad. Desde mi punto de vista, es una película ciento por ciento realista, aunque depende de qué cosas incluyas en la realidad. Yo incluyo todos los factores: los posibles y los imposibles", agregó el cineasta.
La historia -una idea original de Carolina Fal, desarrollada luego por ambos- está centrada en la relación de interdependencia extrema entre Perla, Nena y Madrina, tres mujeres que viven solas en un mundo en ruinas.
LA VUELTA DE EVANGELINA
Allí no existen otros seres salvo una paloma, un cerdo y una suerte de espectro encarnado por Evangelina Salazar, la madre de Ortega, que en su reaparición en el cine tras 25 años interpreta a la dueña de un parque de diversiones desolador.
Con respecto a la extrañeza del film, Ortega afirmó que "la gente tiende a racionalizarlo todo, quiere que todo sea muy comprensible, y esta película en particular no lo es. ¿Por qué todas las películas deberían ser de principio a fin entendibles?", se preguntó.
"La gente actúa con tal automatismo que la sorpresa directamente está aniquilada. La propuesta cinematográfica de Monobloc es revivir la capacidad de sorpresa ante el mundo. A nivel narrativo, la idea era que no estuviesen claro los límites entre lo que estaba realmente aconteciendo o lo que podía estar imaginando un personaje", explicó.
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