"Los monstruos sagrados": el regreso de Arnaldo André
El actor vuelve al teatro junto a Claudia Lapacó en una obra de Jean Cocteau
| 9 de Octubre de 2007 | 00:00

Arnaldo André, ídolo indiscutido de numerosas telenovelas, vuelve al teatro junto a Claudia Lapacó para encarnar al protagonista masculino de "Los monstruos sagrados", del dramaturgo francés Jean Cocteau, que esta noche se estrenará en el Teatro Broadway con dirección de Rubén Szchumacher.
"Este es un proyecto ambicioso, con un director como Rubén, tan serio como talentoso y exitoso, y una compañera tan carismática como Claudia. Los dos meses de ensayo fueron como tener todos los días dos horas de clases en las que aprendí muchísimo", confesó el actor de "Piel naranja".
André no dejó de expresar su reconocimiento al director y de aludir a él con palabras más que elogiosas. "Es increíble cómo desmenuza el texto -reconoció-, como va abriendo caminos y mostrando visiones diferentes que uno no alcanzaba a percibir".
LA HISTORIA
El argumento de "Los monstruos sagrados" gira en torno a la relación de una pareja vinculada al teatro, ella actriz y él dramaturgo, en el apogeo de su éxito.
La acción se desarrolla en los años 40, en París, donde las grandes figuras del espectáculo eran considerados verdaderos privilegiados, "monstruos sagrados" como pregona el título.
"Mi personaje es un hombre que tiene todo: éxito, le va bien en su matrimonio, es mimado por el público y por su mujer, vive en un clima apacible -detalló-, pero es un tipo débil que cae ante la menor tentación que, en este caso, se trata de una chica de 20 años que produce una crisis y termina por quebrar a la pareja".
"Viéndolo a la ligera podría ser un personaje bastante envidiado por los hombres -ironizó tratando de justificarlo-. Creo que si esta joven no hubiera aparecido, sus días estaban ligados a su mujer porque eran la pareja ideal, con años de matrimonio y un hijo por medio".
Si bien la pieza es un clásico de la dramaturgia francesa contemporánea, fue escrita hace por lo menos medio siglo, por lo cual cabe preguntarse por el grado de vigencia que mantiene en la actualidad.
Uno de los cambios más notables en los últimos años se refiere a la estructura del lenguaje y a la distancia que separan al teatro coloquial de nuestros días con el "bien decir" de las obras de mediados del siglo XX.
"La clave para incorporar el texto original de esta obra -explicó el actor- es poder ubicarnos en la época en que transcurre la acción".
No hubo adaptación del texto. La obra transcurre en el año 40, en el ambiente teatral.
Los personajes son gente que duerme, desayuna, come y respira pensando en el teatro. Toda su actitud y su decir tiene que ver con el teatro.
"Teniendo en cuenta las características de esa sociedad y ubicándonos en el espíritu de la obra -aclaró André-, no nos resultó viejo el texto y espero que tampoco lo sea para el espectador".
UNA VISION DIFERENTE
André sabe del éxito y el ambiente artístico fue el medio en el que nació y creció su figura. A partir del reconocimiento de este hecho parece que el personaje en cuestión debe ser muy cercano a su propia experiencia.
Sin embargo, el actor tiene una visión diferente. "Este personaje no está tan cercano a mí -declaró-. Si hubiéramos retratado el mundo moderno o de la televisión podría serlo, pero el mundo del teatro es muy especial".
"Supongo que el teatro parisino, aún hoy, debe ser algo casi sagrado, pero yo no transité por ese mundo -agregó-. Esto es nuevo para mí".
Y se alegra realmente de que la semejanza con su realidad no exista. "Es más atractivo hacer un personaje que nada tenga que ver con uno -subrayó finalmente-, si no resulta algo parecido a lo que hacemos en TV, que escriben para el actor y, por lo tanto, hay muy poca creatividad. Lo lindo es poder crear".
"Este es un proyecto ambicioso, con un director como Rubén, tan serio como talentoso y exitoso, y una compañera tan carismática como Claudia. Los dos meses de ensayo fueron como tener todos los días dos horas de clases en las que aprendí muchísimo", confesó el actor de "Piel naranja".
André no dejó de expresar su reconocimiento al director y de aludir a él con palabras más que elogiosas. "Es increíble cómo desmenuza el texto -reconoció-, como va abriendo caminos y mostrando visiones diferentes que uno no alcanzaba a percibir".
LA HISTORIA
El argumento de "Los monstruos sagrados" gira en torno a la relación de una pareja vinculada al teatro, ella actriz y él dramaturgo, en el apogeo de su éxito.
La acción se desarrolla en los años 40, en París, donde las grandes figuras del espectáculo eran considerados verdaderos privilegiados, "monstruos sagrados" como pregona el título.
"Mi personaje es un hombre que tiene todo: éxito, le va bien en su matrimonio, es mimado por el público y por su mujer, vive en un clima apacible -detalló-, pero es un tipo débil que cae ante la menor tentación que, en este caso, se trata de una chica de 20 años que produce una crisis y termina por quebrar a la pareja".
"Viéndolo a la ligera podría ser un personaje bastante envidiado por los hombres -ironizó tratando de justificarlo-. Creo que si esta joven no hubiera aparecido, sus días estaban ligados a su mujer porque eran la pareja ideal, con años de matrimonio y un hijo por medio".
Si bien la pieza es un clásico de la dramaturgia francesa contemporánea, fue escrita hace por lo menos medio siglo, por lo cual cabe preguntarse por el grado de vigencia que mantiene en la actualidad.
Uno de los cambios más notables en los últimos años se refiere a la estructura del lenguaje y a la distancia que separan al teatro coloquial de nuestros días con el "bien decir" de las obras de mediados del siglo XX.
"La clave para incorporar el texto original de esta obra -explicó el actor- es poder ubicarnos en la época en que transcurre la acción".
No hubo adaptación del texto. La obra transcurre en el año 40, en el ambiente teatral.
Los personajes son gente que duerme, desayuna, come y respira pensando en el teatro. Toda su actitud y su decir tiene que ver con el teatro.
"Teniendo en cuenta las características de esa sociedad y ubicándonos en el espíritu de la obra -aclaró André-, no nos resultó viejo el texto y espero que tampoco lo sea para el espectador".
UNA VISION DIFERENTE
André sabe del éxito y el ambiente artístico fue el medio en el que nació y creció su figura. A partir del reconocimiento de este hecho parece que el personaje en cuestión debe ser muy cercano a su propia experiencia.
Sin embargo, el actor tiene una visión diferente. "Este personaje no está tan cercano a mí -declaró-. Si hubiéramos retratado el mundo moderno o de la televisión podría serlo, pero el mundo del teatro es muy especial".
"Supongo que el teatro parisino, aún hoy, debe ser algo casi sagrado, pero yo no transité por ese mundo -agregó-. Esto es nuevo para mí".
Y se alegra realmente de que la semejanza con su realidad no exista. "Es más atractivo hacer un personaje que nada tenga que ver con uno -subrayó finalmente-, si no resulta algo parecido a lo que hacemos en TV, que escriben para el actor y, por lo tanto, hay muy poca creatividad. Lo lindo es poder crear".
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