El primer milagro de la beata platense

La beatificación a Sor María Ludovica llegó luego de que el Vaticano reconociera a fines de 2003 un milagro atribuido a la superiora del hospital de nuestra ciudad a principios de la década pasada. El milagro es la curación prodigiosa, "científicamente inexplicable", de Antonella Cristelli, una chica platense que nació en 1988 con una patología congénita conocida como espina bífida con las vías urinarias, vejiga y un riñón severamente deteriorados y los miembros inferiores inmovilizados.

El camino de beatificación de Sor Ludovica comenzó a transitarse en La Plata hace casi veinte años, ni bien la congregación local de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia solicitó que se iniciara el proceso de canonización, pero tomó fuerza real el 18 de noviembre de 2003, cuando el plenario de obispos y cardenales rubricó en el Vaticano la autenticidad de su milagro. Un mes después, el Papa (en ese entonces Juan Pablo II) firmó el decreto que comprobaba ese milagro, el paso final hacia la beatificación y el anteúltimo hacia la santificación.

Sor Ludovica, hija de humildes campesinos y nacida el 24 de octubre de 1880 en San Gregorio, Italia, fue trabajadora agrícola hasta los primeros años de su juventud, cuando inició el noviciado de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia. Su misión fueron los pobres y enfermos, y para concretarla viajó al Hospital de Niños de La Plata con 28 años recién cumplidos.

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