Sigue la conmoción en Abasto por el crimen del changarín
Allegados a la víctima dialogaron ayer con este diario y exigieron justicia
| 14 de Agosto de 2007 | 00:00

Sin respuestas. Los vecinos de un amplio sector de la localidad de Abasto amanecieron ayer con una rara sensación de angustia e impotencia por una muerte a la que no le encuentran explicación alguna.
La saña con la que el sábado último atacaron a Roque Retamoso, el changarín que recibió una andanada de golpes y 44 puñaladas en el patio de su vivienda de la calle 212 entre 518 y 519, que un par de horas más tarde desencadenaron su deceso, conmovió a todos por igual, ya que en ese barrio coincidieron en que "era un hombre bueno y muy querido. Nunca le hizo mal a nadie".
A menos de 72 horas, todavía pueden observarse las "marcas" del salvaje ataque. En la cuadra nadie desconoce que los montículos de arena que cubren la entrada a la cochera de la finca, fueron colocados sobre las manchas de sangre que perdió la víctima. Pero igualmente ninguno duda en hacerlos notar. Es que necesitan graficar la magnitud del hecho y hacerlo público, con la ilusión de que el crimen no pase al olvido antes de que paguen los culpables.
"Acá quedó tirado después de que lo apuñalaron", contó una vecina mientras señalaba al lugar. "Tenía cortes por todos lados y estaba lleno de sangre. Fue terrible la situación, porque sus hijitas vieron todo a través de una ventana", dijo.
"Era un buen hombre, que no se metía con nadie. No merecía que le pase una cosa así. Yo lo conocía desde hace varios años y jamás tuve un problema con él. Llevaba una vida normal, con su familia y hasta donde sé nunca estuvo involucrado en ninguna cosa rara", agregó.
LLEGO DESDE MISIONES
Retamoso convivía con su actual mujer y cuatro de sus seis hijos en la finca donde encontró la muerte. No tenía un empleo fijo, por lo que se ganaba la vida realizando changas. Y, según cuentan los que lo conocían, le gustaba mucho jugar a las cartas.
"No soy la madre biológica, pero puedo decir que prácticamente lo crié. El nació en Misiones y de chico vino para acá con su familia. Vivía a unos pocos metros de mi casa y, como sus padres tenían algunos problemas, un día me preguntó: '¿me puedo ir a vivir con vos?'. Nunca me voy a olvidar", recordó María Alicia Oberti con las primeras lágrimas sobre sus ojos.
"Por supuesto que le dije que sí, porque quise protegerlo. En ese momento tenía 16 años y a partir de ahí se crió con mis hijos. Con el paso de los años hizo su camino: tuvo su familia, armó su casa. Y se ganó el cariño de la gente del barrio. Todos los apreciábamos muchísimo", aseguró.
VIVIO EL DIA A DIA
Roque Retamoso entendió desde muy pequeño que nadie le iba a regalar nada en la vida. Y que lo poco o mucho que pudiese conseguir iba a depender únicamente de su esfuerzo. A lo largo de sus 53 años, de acuerdo a los dichos de varias personas de su entorno, 'vivió el día a día', sin grandes metas a largo plazo.
"Afortunadamente no estuve cuando pasó esta tragedia, porque no me hubiese gustado verlo así. Lo que lamento es que sus hijas hayan visto cuando lo apuñalaban. Eso es algo terrible, que ojalá no les genere un trauma para toda la vida", reconoció Oberti.
"Todavía no puedo creer que una pequeñez haya generado semejante cosa. El estaba lo más tranquilo en su casa, junto a su familia. De golpe lo apuñalaron, como si nada, y lo mataron. No tenía enemigos como para que le pase algo así. Los que hicieron esto no tienen perdón y deben pagar", aseveró.
PEDIDO
La casa donde ocurrió el fatal episodio se hallaba totalmente cerrada ayer a la tarde. La mujer y los hijos de Retamoso "se fueron. No sé si volverán más tarde", indicó otro vecino, que también dijo conocer a la víctima desde hace años.
"Esperemos que la Justicia haga lo que tiene que hacer, porque la Policía detuvo a dos personas. Ahora tienen que podrirse en la cárcel, porque mataron a un hombre que era querido por todo el mundo", resaltó.
Mientras que el distribuidor de garrafas de la zona, que ocasionalmente pasó por la vivienda de Retamoso, no dudó en destacar: "lo conocía desde hace 4 o 5 años. Era un tipo bárbaro, que siempre pagaba a término y jamás me ocasionó un problema. Le vendí durante mucho tiempo y lo alcancé a conocer. Por eso tengo mucha bronca y quiero que se haga Justicia. No había ninguna razón para hacerle algo así", concluyó.
La saña con la que el sábado último atacaron a Roque Retamoso, el changarín que recibió una andanada de golpes y 44 puñaladas en el patio de su vivienda de la calle 212 entre 518 y 519, que un par de horas más tarde desencadenaron su deceso, conmovió a todos por igual, ya que en ese barrio coincidieron en que "era un hombre bueno y muy querido. Nunca le hizo mal a nadie".
A menos de 72 horas, todavía pueden observarse las "marcas" del salvaje ataque. En la cuadra nadie desconoce que los montículos de arena que cubren la entrada a la cochera de la finca, fueron colocados sobre las manchas de sangre que perdió la víctima. Pero igualmente ninguno duda en hacerlos notar. Es que necesitan graficar la magnitud del hecho y hacerlo público, con la ilusión de que el crimen no pase al olvido antes de que paguen los culpables.
"Acá quedó tirado después de que lo apuñalaron", contó una vecina mientras señalaba al lugar. "Tenía cortes por todos lados y estaba lleno de sangre. Fue terrible la situación, porque sus hijitas vieron todo a través de una ventana", dijo.
"Era un buen hombre, que no se metía con nadie. No merecía que le pase una cosa así. Yo lo conocía desde hace varios años y jamás tuve un problema con él. Llevaba una vida normal, con su familia y hasta donde sé nunca estuvo involucrado en ninguna cosa rara", agregó.
LLEGO DESDE MISIONES
Retamoso convivía con su actual mujer y cuatro de sus seis hijos en la finca donde encontró la muerte. No tenía un empleo fijo, por lo que se ganaba la vida realizando changas. Y, según cuentan los que lo conocían, le gustaba mucho jugar a las cartas.
"No soy la madre biológica, pero puedo decir que prácticamente lo crié. El nació en Misiones y de chico vino para acá con su familia. Vivía a unos pocos metros de mi casa y, como sus padres tenían algunos problemas, un día me preguntó: '¿me puedo ir a vivir con vos?'. Nunca me voy a olvidar", recordó María Alicia Oberti con las primeras lágrimas sobre sus ojos.
"Por supuesto que le dije que sí, porque quise protegerlo. En ese momento tenía 16 años y a partir de ahí se crió con mis hijos. Con el paso de los años hizo su camino: tuvo su familia, armó su casa. Y se ganó el cariño de la gente del barrio. Todos los apreciábamos muchísimo", aseguró.
VIVIO EL DIA A DIA
Roque Retamoso entendió desde muy pequeño que nadie le iba a regalar nada en la vida. Y que lo poco o mucho que pudiese conseguir iba a depender únicamente de su esfuerzo. A lo largo de sus 53 años, de acuerdo a los dichos de varias personas de su entorno, 'vivió el día a día', sin grandes metas a largo plazo.
"Afortunadamente no estuve cuando pasó esta tragedia, porque no me hubiese gustado verlo así. Lo que lamento es que sus hijas hayan visto cuando lo apuñalaban. Eso es algo terrible, que ojalá no les genere un trauma para toda la vida", reconoció Oberti.
"Todavía no puedo creer que una pequeñez haya generado semejante cosa. El estaba lo más tranquilo en su casa, junto a su familia. De golpe lo apuñalaron, como si nada, y lo mataron. No tenía enemigos como para que le pase algo así. Los que hicieron esto no tienen perdón y deben pagar", aseveró.
PEDIDO
La casa donde ocurrió el fatal episodio se hallaba totalmente cerrada ayer a la tarde. La mujer y los hijos de Retamoso "se fueron. No sé si volverán más tarde", indicó otro vecino, que también dijo conocer a la víctima desde hace años.
"Esperemos que la Justicia haga lo que tiene que hacer, porque la Policía detuvo a dos personas. Ahora tienen que podrirse en la cárcel, porque mataron a un hombre que era querido por todo el mundo", resaltó.
Mientras que el distribuidor de garrafas de la zona, que ocasionalmente pasó por la vivienda de Retamoso, no dudó en destacar: "lo conocía desde hace 4 o 5 años. Era un tipo bárbaro, que siempre pagaba a término y jamás me ocasionó un problema. Le vendí durante mucho tiempo y lo alcancé a conocer. Por eso tengo mucha bronca y quiero que se haga Justicia. No había ninguna razón para hacerle algo así", concluyó.
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