A Esquel en moto, aventura platense

La protagonizaron José Luis Guerrero (58) y Noemí Reynaga (50). Un viaje con códigos motoqueros

Hacia el sur. Esa fue la única consigna que se impusieron José Luis Guerrero (58) y Noemí Reynaga (50), una pareja de comerciantes platenses, cuando se subieron a la moto Honda Nighthook que los llevaría desde La Plata hasta Esquel después de recorrer 6.000 kilómetros de un itinerario abierto siempre a la improvisación.

"Nos gusta ir para donde nos lleve el viento" dice Guerrero, amante de las motos, al referirse al espíritu que inspiró la aventura de sus últimas vacaciones, durante este mes de enero. La segunda en su tipo que emprendían, ya que en el 2006 habían llegado a la región de Cuyo en un viaje similar.

Para Guerrero y Reynaga, salir a la ruta en moto es mucho más que pasear: es habitar durante del tiempo que dure la travesía un mundo de códigos propios. Ese mundo de los motoqueros donde el amor por las máquinas se une estrechamente con la camaradería.

"Si viajás en auto y te quedás al borde de una ruta pueden pasar cientos de automovilistas hasta que uno te ofrezca una mano. Entre los motoqueros no pasa eso y ayudarnos unos a otros es parte de un código no escrito que todos respetan", dice Guerrero, quien asegura haberse subido una vez a una moto a los 8 años. Y dice que desde entonces se apasionó.

El viaje concretado durante las vacaciones no es más que una expresión de esa pasión, compartida con Noemí Reynaga. Para él adaptaron especialmente la moto, agregándole un portaequipajes para llevar la carpa y valijines para cargar lo esencial.

EL VIAJE

Accidentado. Así fue el comienzo del viaje que llevó a los aventureros platenses hasta Brandsen y desde allí hasta Rauch. En ese pueblo tendrían un percance en un camping, donde Reynaga hizo un mal movimiento y terminó en observación en el Hospital por un día. No obstante, a día siguiente pudieron continuar la marcha y dirigirse a Tandil, Bahía Blanca, Choele Choel, General Roca, Piedra del Aguila, Junín de los Andes, Villa la Angostura, Esquel, Trevelin, Trelew, Rawson, Puerto Madryn y Las Grutas antes de regresar a Choele Choel y de allí, recorriendo ciudades distintas, hasta La Plata, atravesando en todo el trayecto todo tipo de camino.

De la travesía, que se extendió a lo largo de un mes, Guerrero rescata, sobre todo, la camaradería entre motoqueros. Esa que le hizo detenerse dos horas para que un motociclista de San Martín que andaba solo por las rutas resolviera un problema con su vehículo. Y que llevó a la pareja a hacer parte del viaje junto a otros motoqueros de Rosario.

Recién llegados a La Plata, Guerrero y Reynaga sólo piensan en el próximo viaje, en el que quieren llegar al Calafate siguiendo siempre la misma consigna: diseñando el itinerario sobre la marcha.


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