A 40 años de un crimen que conmovió al mundo

LA hermandad racial y social que pregonaba está pendiente

Su discurso "Tengo un sueño" es uno de los más poderosos de la historia de la oratoria estadounidense y él es reconocido como uno de los mayores líderes morales de su país. Hoy, cuando se cumplen cuatro décadas de su asesinato, el 4 de abril de 1968, el legado del líder de los derechos civiles Martin Luther King es revisado. En el momento de su muerte la corriente estaba cambiando. Era criticado por su oposición a la guerra en Vietnam, y la condena de los líderes radicales negros, incluyendo a Malcom X, que discrepaban con su estrategia de no violencia para forzar el cambio. King hizo frente a sus críticos, y a numerosas amenazas contra su vida, hasta el final.

En esta oportunidad, Estados Unidos recordará la muerte del líder de los derechos cívicos y ganador del Nobel a la sombra de una campaña electoral que impulsó a otro inspirado orador negro al frente de la política. Los observadores debaten si la sensacional batalla del senador por Illinois Barack Obama por convertirse en el primer presidente estadounidense negro es una prueba de los logros de King o una prueba de que la igualdad racial sigue siendo algo lejano. Todos coinciden en algo: sin Martin Luther King muchas ideas modernas sobre los derechos civiles serían impensables.

IMPULSOR DE JUSTICIA

El inspiró un impulso de justicia racial y social que eclipsaría su vida, hecho que pareció anticipar en el discurso a trabajadores negros en huelga en Memphis el día antes de ser asesinado: "Miré por arriba (de la cima de la montaña). Y vi la tierra Prometida. Quizás no llegue allí con ustedes, pero quiero que sepan que nosotros, como pueblo, alcanzaremos la Tierra Prometida". Cuando Rosa Parks fue arrestada en 1955 por negarse a cederle el asiento en un ómnibus a un blanco según la ley Jim Crow, King participó de boicots a los ómnibus de la ciudad y finalmente logró forzar el fin de la segregación racial en el transporte público. Predicó la no violencia, pero en las manifestaciones solía haber choques con los segregacionistas.

Su campaña puso los derechos civiles en la agenda nacional, sin embargo, dando como resultado la Ley de Derechos Civiles de 1964, y la Ley de Derecho a voto un año más tarde. En reconocimiento a su trabajo para poner fin la injusticia racial, en 1964 King pasó a convertirse en la persona más joven que recibió el premio Nobel de la Paz. Durante los últimos años de su vida, King amplió su campaña tanto geográfica como políticamente, pero también enfrentó una creciente oposición. Hoy, aquella "sinfonía de hermandad" racial que pregonaba King aún está pendiente de concretarse no sólo en Estados Unidos sino en el resto del mundo.

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