Otras consecuencias de la protesta rural

Una caída en la actividad económica que en algunos casos llega al 35%, la fuerte disminución en la venta de autos y maquinarias agrícolas, la merma en el ritmo de la construcción y amenazas de suspensiones y despidos en algunas actividades productivas, son algunas de las secuelas que está dejando el paro del campo en los distritos del interior bonaerense.

El secretario de Producción de Pergamino, Daniel Freggiaro, dijo que se ha verificado "una retracción en la actividad económica del orden del 25 al 30 por ciento según los rubros", e indicó que "se detuvo la compra de automotores durante los veinte días en que duró (en una primera etapa) el paro, después la actividad volvió a repuntar pero no en el mismo volumen".

También sostuvo que "en los bancos llegó a interrumpirse la cadena de pagos, algo que se restableció rápidamente, pero decayó fuertemente la demanda de créditos". Dentro de ese panorama, el funcionario destacó que "el sector de la construcción experimentó una merma en el ritmo de actividad".

"Algo similar sucedió en el sector inmobiliario, donde no se han incorporado nuevas propiedades para la venta o el alquiler", apuntó.

Al analizar el impacto que la crisis ha motivado en el empleo, Freggiaro destacó que "afortunadamente no hemos detectado que haya habido despidos", pero aclaró que "lo que sí hemos notado es que los pedidos para cubrir puestos de trabajo decayeron".

Y agregó: "normalmente recibíamos entre ocho y diez llamadas semanales de personas interesadas en radicaciones industriales y esos llamados han desaparecido", lo que "indica que cuando hay un conflicto se retrae el consumo".

El presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), Raúl Lamacchia, interpretó que esta situación se registra porque "la gente tiene una gran incertidumbre sobre lo que va a pasar, y esa sensación lleva a una retracción del consumo".

El otro costado de los efectos del paro agrario tiene que ver con la propia actividad, según indicó el presidente de la Cámara de Comercio de Bolívar, Juan José Garmendia. "Hoy nadie habla de sembrar y muchos de los contratos que estaban prácticamente cerrados dieron marcha atrás", señaló.

El intendente de 9 Julio, Walter Battistella, brindó detalles: "la actividad de la industria local metalmecánica cayó entre un 70 y 90 por ciento. En un mes vamos a tener fábricas cerradas y empleados despedidos, y los trabajos que aún están haciendo es porque se entregan atrasados".

La situación también repercute en los frigoríficos exportadores, donde en algunos casos se decidió la suspensión o reducción de tareas. El futuro para este sector es incierto, porque al menos hasta la finalización del conflicto las exportaciones de carne van a permanecer cerradas.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE