Leyendas agraviantes

La casa donde vive la familia de Gastón Sessa, de calle 68 entre 4 y 5, amaneció ayer con leyendas en su frente. Agraviantes hacia el arquero que por entonces estaba negociando su incorporación a Gimnasia. Los desconocidos que realizaron este ataque estaban en el convencimiento de que finalmente iba a firmar para Vélez. El propio Sessa dijo luego que le dolió esa actitud y, si bien no lo confirmó, también habría recibido algunos llamados telefónicos intimidatorios. El directivo de Vélez, Miguel Calello, admitió que Sessa lo había llamado ayer para decirle que tenía problemas "que su familia había sido amenazada y que sus padres le habían pedido que revea" su llegada al club de Liniers.

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