Doble apellido: una tendencia que avanza sin Ley
Crece el número de mujeres que pide que sus hijos lleven también el apellido maternoPor NICOLÁS MALDONADO
| 10 de Agosto de 2008 | 00:00

Lo que alguna vez funcionó en nuestro país como marca de abolengo parece haberse convertido en un reclamo común de muchas mujeres. Al menos una de cada cinco madres pide hoy que sus hijos lleven también el apellido materno. Cuando todavía no ha sido aprobada en el Congreso la Ley que lo tornaría obligatorio, el fenómeno avanza impulsado por motivos que van desde la reivindicación de género a confusas expectativas legales.
Hace algunos años, las parejas que al inscribir a sus hijos en el Registro de las Personas optaban por ponerle el apellido de ambos lo hacían en general por tradición familiar o para vestir apellidos comunes a una gran cantidad de otras personas en nuestro país (Gómez, Martínez, Fernández, López, García..). En cualquier caso, se trataba de situaciones más o menos excepcionales.
Este año, sin embargo, "de los 2.994 chicos inscriptos hasta la fecha en el casco urbano de La Plata, 657 (el 21%) fueron anotados por sus padres con los apellidos de ambos. Y esa tendencia parece ir en aumento", observa Ivana Pérez, responsable de la delegación local de Nacimientos del Registro de las Personas.
El fenómeno no se circunscribe sin embargo a La Plata. Desde la Jefatura de Gabinete del gobierno bonaerense, que tiene a su cargo el Registro de las Personas, aseguran que lo mismo se advierte en otras delegaciones de la Provincia, donde nacen cada año uno 260 mil bebés.
"Es una opción que ofreció siempre la Ley de Nombres, que es la que rige en la Provincia de Buenos Aires y la cual habilita también a adoptar el apellido compuesto a toda persona mayor de 18 años", explica Alberto Pérez, el jefe de Gabinete bonaerense.
Pero si tal opción existió siempre... cómo se explica que un número creciente de parejas haya empezado a utilizarla en estos últimos años. En la delegación local del Registro no descartan el impacto que pudo haber tenido la difusión del proyecto de ley presentado en el Congreso para convertir el doble apellido en obligatorio. La iniciativa -que se conoció en 2006 y sería tratada este año- "instaló la inquietud entre la gente", dice Ivana Pérez.
¿GARANTIA JURIDICA ADICIONAL?
Aunque Alan (18) y Paula (17) tienen apellidos simples -y así ha sido en sus familias a lo largo de generaciones-, el jueves pasado decidieron que su primer hijo, Bruno, fuera inscripto con el apellido de ambos. "Es porque no estamos casados", dice él; "lo resolvimos así por un tema legal, para tener yo más derechos", dice ella.
Razones similares a las de Paula y Bruno impulsan hoy a muchas otras parejas a ponerle apellido compuesto a sus hijos. "El doble apellido es una tendencia que se advierte especialmente entre personas que no están casadas; en muchos casos porque suponen que eso le otorga cierta garantía jurídica adicional a la madre", cuentan en el Registro de las Personas.
Pero lo cierto es que "se trata de una confusión -explica la abogada Karina Bigliardi, especialista en derecho de familia-. Que los hijos lleven el apellido materno en el documento no otorga derechos que las madres no tengan ya de por sí. Y ante un litigio, el instrumento legal que se utiliza para certificar el vínculo no es DNI; sino el acta de nacimiento", dice.
Aún así -reconoce Bigliardi-. en la práctica cotidiana "el doble apellido de los hijos facilita algunos trámites menores donde muchas veces dan por probado el vínculo sólo viendo que en el DNI de la madre figura el mismo apellido. De ese modo una se evita tener que presentar muchas veces la partida de nacimiento de los chicos", explica.
Más allá de esta pequeña ventaja burocrática, Bigliardi es partidaria de los apellidos compuestos. "Es una forma de poner de manifiesto la igualdad que existe hoy entre mamá y papá, la que se ejerce todos los días y configura un nuevo modelo familiar", entiende la abogada.
UN NUEVO MODELO FAMILIAR
La reivindicación del rol de la madre en el nuevo modelo familiar parece constituir precisamente el otro gran motivo de peso que aducen muchas parejas jóvenes al optar por ponerle doble apellido a sus hijos.
Cecilia Mena, estudiante de Derecho y madre reciente de un varón, reconoce que ése fue su caso. "Nunca estuve de acuerdo en que los hijos lleven sólo el apellido del papá. Me parece que es un resabio de una sociedad machista. Por eso cuando estaba por nacer mi hijo lo hablé con mi pareja y estuvo de acuerdo en que el bebé llevara el apellido de los dos", cuenta.
La antropóloga Clara Tarducci -directora de la maestría en Estudios de Familia de la Universidad Nacional de San Martín- sostiene que la tendencia al doble apellido avanza hoy como una clara manifestación reivindicatoria de las mujeres. "Es una forma de revertir la invisibilidad del vínculo materno", dice.
"Cada vez hay más conciencia de que las mujeres somos sujetos de derecho. Esto es algo que ha venido reflejando también lentamente nuestra legislación. Durante el gobierno de Alfonsín ni siquiera había patria potestad compartida: un padre podía llevarse a sus hijos fuera del país sin consentimiento de la madre. Pero la Ley siempre termina reflejando las costumbres; y en lo que hace a las apellidos, la costumbre ya parece haber tomado una dirección hacia un mayor reconocimiento de la mujer", entiende.
En el contexto de Latinoamérica, Argentina es uno de los pocos países en los que prevalece sólo el apellido paterno como obligatorio. En la mayoría de los demás -incluso aquellos con mayor fama de machistas, como México- hace años que la ley impone el doble apellido. Y en algunos de ellos -como Brasil- el materno precede al paterno.
El proyecto modificatorio de la Ley de Nombres -impulsado por el Ministerio del Interior en 2006- intenta justamente revertir ese "atraso" legislativo poniendo "fin a una norma que requiere el acuerdo de ambos progenitores para la adicción del apellido materno. En el Congreso de la Nación muchos consideran muy probable que termine convirtiéndose en Ley antes de fin de año.
Hace algunos años, las parejas que al inscribir a sus hijos en el Registro de las Personas optaban por ponerle el apellido de ambos lo hacían en general por tradición familiar o para vestir apellidos comunes a una gran cantidad de otras personas en nuestro país (Gómez, Martínez, Fernández, López, García..). En cualquier caso, se trataba de situaciones más o menos excepcionales.
Este año, sin embargo, "de los 2.994 chicos inscriptos hasta la fecha en el casco urbano de La Plata, 657 (el 21%) fueron anotados por sus padres con los apellidos de ambos. Y esa tendencia parece ir en aumento", observa Ivana Pérez, responsable de la delegación local de Nacimientos del Registro de las Personas.
El fenómeno no se circunscribe sin embargo a La Plata. Desde la Jefatura de Gabinete del gobierno bonaerense, que tiene a su cargo el Registro de las Personas, aseguran que lo mismo se advierte en otras delegaciones de la Provincia, donde nacen cada año uno 260 mil bebés.
"Es una opción que ofreció siempre la Ley de Nombres, que es la que rige en la Provincia de Buenos Aires y la cual habilita también a adoptar el apellido compuesto a toda persona mayor de 18 años", explica Alberto Pérez, el jefe de Gabinete bonaerense.
Pero si tal opción existió siempre... cómo se explica que un número creciente de parejas haya empezado a utilizarla en estos últimos años. En la delegación local del Registro no descartan el impacto que pudo haber tenido la difusión del proyecto de ley presentado en el Congreso para convertir el doble apellido en obligatorio. La iniciativa -que se conoció en 2006 y sería tratada este año- "instaló la inquietud entre la gente", dice Ivana Pérez.
¿GARANTIA JURIDICA ADICIONAL?
Aunque Alan (18) y Paula (17) tienen apellidos simples -y así ha sido en sus familias a lo largo de generaciones-, el jueves pasado decidieron que su primer hijo, Bruno, fuera inscripto con el apellido de ambos. "Es porque no estamos casados", dice él; "lo resolvimos así por un tema legal, para tener yo más derechos", dice ella.
Razones similares a las de Paula y Bruno impulsan hoy a muchas otras parejas a ponerle apellido compuesto a sus hijos. "El doble apellido es una tendencia que se advierte especialmente entre personas que no están casadas; en muchos casos porque suponen que eso le otorga cierta garantía jurídica adicional a la madre", cuentan en el Registro de las Personas.
Pero lo cierto es que "se trata de una confusión -explica la abogada Karina Bigliardi, especialista en derecho de familia-. Que los hijos lleven el apellido materno en el documento no otorga derechos que las madres no tengan ya de por sí. Y ante un litigio, el instrumento legal que se utiliza para certificar el vínculo no es DNI; sino el acta de nacimiento", dice.
Aún así -reconoce Bigliardi-. en la práctica cotidiana "el doble apellido de los hijos facilita algunos trámites menores donde muchas veces dan por probado el vínculo sólo viendo que en el DNI de la madre figura el mismo apellido. De ese modo una se evita tener que presentar muchas veces la partida de nacimiento de los chicos", explica.
Más allá de esta pequeña ventaja burocrática, Bigliardi es partidaria de los apellidos compuestos. "Es una forma de poner de manifiesto la igualdad que existe hoy entre mamá y papá, la que se ejerce todos los días y configura un nuevo modelo familiar", entiende la abogada.
UN NUEVO MODELO FAMILIAR
La reivindicación del rol de la madre en el nuevo modelo familiar parece constituir precisamente el otro gran motivo de peso que aducen muchas parejas jóvenes al optar por ponerle doble apellido a sus hijos.
Cecilia Mena, estudiante de Derecho y madre reciente de un varón, reconoce que ése fue su caso. "Nunca estuve de acuerdo en que los hijos lleven sólo el apellido del papá. Me parece que es un resabio de una sociedad machista. Por eso cuando estaba por nacer mi hijo lo hablé con mi pareja y estuvo de acuerdo en que el bebé llevara el apellido de los dos", cuenta.
La antropóloga Clara Tarducci -directora de la maestría en Estudios de Familia de la Universidad Nacional de San Martín- sostiene que la tendencia al doble apellido avanza hoy como una clara manifestación reivindicatoria de las mujeres. "Es una forma de revertir la invisibilidad del vínculo materno", dice.
"Cada vez hay más conciencia de que las mujeres somos sujetos de derecho. Esto es algo que ha venido reflejando también lentamente nuestra legislación. Durante el gobierno de Alfonsín ni siquiera había patria potestad compartida: un padre podía llevarse a sus hijos fuera del país sin consentimiento de la madre. Pero la Ley siempre termina reflejando las costumbres; y en lo que hace a las apellidos, la costumbre ya parece haber tomado una dirección hacia un mayor reconocimiento de la mujer", entiende.
En el contexto de Latinoamérica, Argentina es uno de los pocos países en los que prevalece sólo el apellido paterno como obligatorio. En la mayoría de los demás -incluso aquellos con mayor fama de machistas, como México- hace años que la ley impone el doble apellido. Y en algunos de ellos -como Brasil- el materno precede al paterno.
El proyecto modificatorio de la Ley de Nombres -impulsado por el Ministerio del Interior en 2006- intenta justamente revertir ese "atraso" legislativo poniendo "fin a una norma que requiere el acuerdo de ambos progenitores para la adicción del apellido materno. En el Congreso de la Nación muchos consideran muy probable que termine convirtiéndose en Ley antes de fin de año.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE