¿La juventud actual?

Por LAURA MARIANI (*)

Es evidente que las situaciones extremas, cuando cobran vidas, recién nos preocupan y nos hacen pensar. En esta oportunidad el juego de un joven que fue víctima de una arriesgada actitud, nos moviliza y nos detiene en algo mucho más profundo que las informaciones sobre las cotidianas vicisitudes laborales, políticas o financieras del momento. Ahora estamos realmente conmovidos tratando de entender por qué los jóvenes ponen en juego su propia vida. ¿Cuáles son los factores que los inducen a ello? Podemos intentar comprender analizándolo desde diferentes aspectos: la psicología evolutiva al estudiar las características de la adolescencia la describe como a una etapa de transición, de grandes inseguridades y sobre todo de búsqueda de identidad (en donde desempeñan un papel preponderante los modelos con los que se identifican los chicos). El significado del término transición refiere a un corrimiento: el pasaje de adolescente, que disfruta de aparente libertad y supuesto respaldo de sus mayores e instituciones, hacia el lugar de una persona responsable de sus actos ante los que lo rodean. Es precisamente de esta transformación que se desprenden las inseguridades. Se hacen preguntas tales como: ¿qué se espera de ellos y quienes son los que esperan algo de ellos? ¿Cuál es su lugar y de qué manera puede encontrarlo? ¿Cómo hacer más placentera la vida sin sufrir en el intento? Tanto la transición como la inseguridad, nos remiten a una conflictiva de resolución interna y que, en gran medida, tiene que ver con ellos mismos y su particular manera de vincularse con los afectos, con sus pares y con el medio que los circunda en general. Cuando se habla académicamente de "los nuevos paradigmas de la postmodernidad" es importante que los especialistas que manejan esa terminología, informen de su contenido real y concreto. De hecho, tenemos que tener en cuenta que en lo social se han corrido los modelos y el supuesto éxito se cifra más en la osadía sin escrúpulos que en los logros nacidos del esfuerzo que generan las verdaderas acciones de valor tanto en arte como en ciencia y deportes. Creemos que la gran responsabilidad de la sociedad como tal refiere precisamente a los modelos que presenta, para que el joven, a través de una identificación positiva, pueda lograr una identidad que lo enriquezca. Recordemos que ya hace mucho tiempo que Hipócrates dijo que "los jóvenes de hoy no parecen tener respeto alguno por el pasado ni esperanza alguna para el porvenir". Es lamentable que pasados tantos siglos no hayamos podido entre todos ocuparnos de cambiar ese concepto. Una asignatura pendiente para el mundo entero.

(*) Psicóloga, especializada en adolescencia y familia. Coordinadora del Centro Integral de Psicología Aplicada (cipsalaplata@yahoo.com.ar)

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