Gobierno y oposición llegan a principio de acuerdo en Bolivia

Evo Morales recibió al gobernador de Tarija en una reunión donde coincidieron en la urgente "pacificación del país" Su opinión sobre este tema Ver las opiniones


El presidente de Bolivia, Evo Morales, y el prefecto opositor de Tarija, Mario Cossío -en representación de 5 regiones rebeldes-, sentaron esta madrugada las bases para la firma de un futuro acuerdo nacional que pueda frenar la violencia política que se ha cobrado hasta hora al menos ocho muertos y cien heridos.

Según anunciaron el propio prefecto tarijeño y el viceministro de Descentralización de Bolivia, Fabián Yaksic al sitio web de la Red Erbol, los puntos del futuro acuerdo fueron aprobados durante una reunión que mantuvo esta madrugada con el presidente boliviano.

Además, Cossío dijo a la emisora que, ahora, deberá consultar los puntos del futuro acuerdo político con el Poder Ejecutivo con sus colegas del opositor Consejo Nacional para el Cambio (CONALDE).

El prefecto (gobernador) de la provincia opositora de Tarija explicó también que tanto el oficialismo como el CONALDE acordaron esta mañana un cuarto intermedio hasta mañana, para dar paso a las consultas respectivas.

Por su parte, el Gobierno de Evo Morales, a través del viceministro Yaksic, confirmó también que hará las consultas pertinentes hacia dentro del Movimiento al Socialismo (MAS) y las otras fuerzas que constituyen el oficialismo.

"Hay la voluntad de continuar con el diálogo, se logró abrir este mecanismo y una vez se hagan las consultas de forma se continuará conversando. Se declaró un cuarto intermedio y nos vamos a volver a reunir el domingo", informó el viceministro de Descentralización a la emisora paceña.

El prefecto Cossío llegó a la localidad de El Alto, vecina a La Paz, en un avión en el que además viajaban el alcalde de Tarija, Oscar Montes, y el presidente cívico, Reynaldo Bayard.

La reunión se celebró con un estado de sitio en la región de Pando como telón de fondo donde, según el gobierno, grupos de derecha, apoyados por sicarios brasileños, desataron la violencia con la muerte de al menos ocho campesinos baleados a mansalva.

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