En quioscos venden kit para drogarse por 2 pesos

Camuflado como equipo para reparar pinchazos de bicicletas o motos

Por MAXIMILIANO MONTENEGRO

Se vende con absoluta libertad en los kioscos de la Ciudad de Buenos Aires camuflado como un inocente "kit" para reparar pinchazos de bicicletas o motocicletas, pero la realidad es que esconde un oscuro propósito y la mayoría de los compradores son menores de edad. Por apenas dos pesos, además de recibir parches y gomines, se tiene acceso a un tubito que contiene un potente y destructivo pegamento, utilizado como droga por cada vez mayor cantidad de niños, ya no sólo pibes en situación de calle, sino también pequeños estudiantes que hasta se someten al tóxico "vuelo" en los recreos escolares.

El producto tiene marca, sin embargo no alerta sobre la peligrosidad del pegamento, no presenta dirección -ni otros datos- del fabricante y tampoco recuerda la prohibición de su venta a menores de edad. Además, como el colmo de la impunidad, el tubo no revela qué precursores químicos fueron utilizados para la fabricación del pegamento. Eso sí, en zonas de Capital Federal de alto consumo de pegamento como alucinógeno no hay kiosco que no lo exhiba en sus vitrinas.

Un fabricante de pegamentos con taller en Flores, reveló a este diario la trama del "negocio", al explicar que "desde hace un año aparecieron en el circuito de los pegamentos personajes inescrupulosos que siempre compran partidas realizadas a base de tolueno, metanol o benceno, precursores altamente tóxicos, y posteriormente descubrimos que armaban estos famosos kits para reparar bicicletas, aunque es una máscara, porque en realidad la continua salida del producto ocurre porque los chicos lo usan para drogarse".

Estado de euforia

Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas, expresó sobre el delicado tema que "los chicos buscan el pegamento por la rápida asimilación orgánica que tienen sus componentes, que les provoca un inmediato estado de euforia, el famoso subidón, y resulta realmente preocupante que cualquiera lo pueda comprar en kioscos, porque se trata de químicos altamente perjudiciales para la salud, que les ocasiona daños irreparables en distintos órganos, pero principalmente en el cerebro".

En el mismo sentido, el perito forense Roberto Locles comentó que "el pegamento produce alucinaciones, que los pibes llaman vuelos, por cortos lapsos, lo que deriva en adicciones difíciles de superar aún con tratamientos, ya que los consumidores necesitan de la droga cada vez con mayor frecuencia". Por ello, según el experto, "esta nueva modalidad de kits para drogarse pone de manifiesto lo malicioso del sistema de abastecedores o creadores de adictos".

Alicia Oliveira, Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, explicó que "desde el año 2003 que venimos trabajando para que se controle con mayor efectividad el acceso de los niños a los pegamentos y el objetivo es que se fabriquen con sustancias menos nocivas, tal como llevaron a cabo varias marcas conocidas, que tomaron conciencia de las consecuencias que tenían sus productos cuando eran consumidos como drogas", y puntualizó que "no debe haber droga más destructiva para los niños que el pegamento".

Apuntan a los chicos

El tema comenzó a llamar la atención, como se dijo, cuando distintos compradores de pegamento comenzaron a pedir con insistencia "el más potente", descartando aquellos que son manufacturados con químicos alternativos, mucho menos peligrosos, incluso a base de agua. Según explicó el fabricante consultado, quien pidió reserva de identidad, en el último tiempo "entraron al negocio sujetos desconocidos que compran grandes cantidades de pegamento, elaborados con metanol, benceno y tolueno".

"Tienen la oportunidad de comprar pegamento realizado con otras sustancias menos nocivas, pero sólo llevan el más peligroso. Con el tiempo, se descubrió que armaban kits supuestamente útiles para la reparación de reventones de bicicletas o motos. En realidad, más allá de que algún ciclista o motociclista los compre, van destinados a los chicos consumidores", dijo el fabricante.

Consultados por el tema, voceros de la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal dijeron que "se viene trabajando a fondo para impedir que los comerciantes faciliten pegamento a los menores, pero los chicos le buscan la vuelta para conseguirlo y hay mayores sin escrúpulos que por ganar unos pesos no dudan en hacer cualquier cosa". Acerca del "kit volador", reconocieron que "en zonas complicadas como Constitución, Liniers y Once se observa mayor cantidad de menores con bolsas de pegamento o bajo los efectos de esta droga".

Situación trágica

Para el especialista Izaguirre "no hay duda de que a las autoridades les interesa poco la vida de los chicos, y ya no sólo hablamos de los niños que padecen las consecuencias de la marginación social, porque está comprobado que hay escolares que llevan estos productos a clases y se drogan en los recreos, porque la adicción los desespera", agregando que "en todo el territorio nacional, no hay un solo centro de atención especializado para tratar estos casos, tenemos un Estado completamente ausente en medio de una situación trágica".

Por último, el criminalista Locles expresó que "será muy importante que se desarrollen y apliquen medidas para que no se pueda vender pegamento a menores, sin embargo la gran batalla se relaciona a la educación de los jóvenes y al trabajo de prevención desde las instituciones", manifestando que "tiene que haber una firme decisión política para reforzar las tareas educativas y asignar partidas para darle repuestas a los miles de pibes que actualmente corren serios riesgos al quedar atrapados en el consumo de pegamentos y otras drogas".

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