José Zucca
| 17 de Octubre de 2009 | 00:00
Su fallecimiento
A los 69 años falleció el ingeniero José Zucca, luego de pelear duro y con una gran entereza contra la enfermedad que lo aquejaba. Su partida produjo un profundo dolor entre quienes lo conocieron y respetaron tanto por sus valores humanos como por su laboriosa trayectoria profesional.
Nació el 1º de octubre de 1940 en Italia, pero al cumplir 8 años llegó a nuestro país junto a sus padres Antonia Toto y Luis y sus hermanos María, Cristina, Antonio, Ana -ya fallecida- y Carlos. Radicaron su hogar en Tolosa y luego de cursar la primaria en distintos establecimientos de la zona como la escuela 89, se inscribió en el colegio Albert Thomas, al graduarse completó su formación profesional en la Universidad Tecnológica, de donde egresó como ingeniero en construcciones.
Para ayudar a su familia comenzó a trabajar desde pequeño; luego de obtener su título se desempeñó en la Dirección de Aeronáutica, en la Policía de la Provincia de Buenos Aires y fue secretario de Obras Públicas en la Municipalidad de Brandsen. Además, mantuvo durante toda su vida profesional una empresa constructora que realizó distintos emprendimientos en la Región.
En 1968 se casó con Alicia Gardella y radicó su hogar en la zona de 6 y 33. La familia creció con la llegada de sus hijos Mariano y María Laura que a su vez le dieron una de sus dichas más grandes al convertirlo en abuelo de Agustín, Emiliano, Bautista y Valentina, niños por los que se desvivía.
Participó en la comisión de básquet del Club Universitario y luego fue miembro de la comisión directiva. En relación a los deportes jugó durante algún tiempo al paddle y fue ferviente simpatizante de Gimnasia.
En su tiempo libre privilegiaba el encuentro con amigos con los que solía reunirse en su casa de City Bell, en esos momentos las cenas y las interminables charlas lo contaban como un ameno anfitrión. También le gustaba compartir con su esposa salidas al cine, al teatro y programar viajes por el interior del país, pero por sobre todas las cosas hacia México, país en el que desde hace algunos años se radicó su hijo con su familia.
Espíritu noble y una sonrisa franca establecida en su rostro son algunas de las características que sin duda lo harán permanecer en el recuerdo de las personas que lo conocieron.
A los 69 años falleció el ingeniero José Zucca, luego de pelear duro y con una gran entereza contra la enfermedad que lo aquejaba. Su partida produjo un profundo dolor entre quienes lo conocieron y respetaron tanto por sus valores humanos como por su laboriosa trayectoria profesional.
Nació el 1º de octubre de 1940 en Italia, pero al cumplir 8 años llegó a nuestro país junto a sus padres Antonia Toto y Luis y sus hermanos María, Cristina, Antonio, Ana -ya fallecida- y Carlos. Radicaron su hogar en Tolosa y luego de cursar la primaria en distintos establecimientos de la zona como la escuela 89, se inscribió en el colegio Albert Thomas, al graduarse completó su formación profesional en la Universidad Tecnológica, de donde egresó como ingeniero en construcciones.
Para ayudar a su familia comenzó a trabajar desde pequeño; luego de obtener su título se desempeñó en la Dirección de Aeronáutica, en la Policía de la Provincia de Buenos Aires y fue secretario de Obras Públicas en la Municipalidad de Brandsen. Además, mantuvo durante toda su vida profesional una empresa constructora que realizó distintos emprendimientos en la Región.
En 1968 se casó con Alicia Gardella y radicó su hogar en la zona de 6 y 33. La familia creció con la llegada de sus hijos Mariano y María Laura que a su vez le dieron una de sus dichas más grandes al convertirlo en abuelo de Agustín, Emiliano, Bautista y Valentina, niños por los que se desvivía.
Participó en la comisión de básquet del Club Universitario y luego fue miembro de la comisión directiva. En relación a los deportes jugó durante algún tiempo al paddle y fue ferviente simpatizante de Gimnasia.
En su tiempo libre privilegiaba el encuentro con amigos con los que solía reunirse en su casa de City Bell, en esos momentos las cenas y las interminables charlas lo contaban como un ameno anfitrión. También le gustaba compartir con su esposa salidas al cine, al teatro y programar viajes por el interior del país, pero por sobre todas las cosas hacia México, país en el que desde hace algunos años se radicó su hijo con su familia.
Espíritu noble y una sonrisa franca establecida en su rostro son algunas de las características que sin duda lo harán permanecer en el recuerdo de las personas que lo conocieron.
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