Gustavo Cerati vuelve al disco con "Fuerza natural"
Tras el regreso de Soda Stereo, el cantante y guitarrista presentó su flamante Cd con trece nuevas canciones
| 2 de Septiembre de 2009 | 00:00

En su nuevo disco "Fuerza natural", Gustavo Cerati ratifica su naturaleza inquieta y se niega a repetirse en un álbum en el que se sumerge en aires country y folk y recupera la sensibilidad de su lado acústico.
Tras la vorágine del regreso de Soda Stereo, Cerati se tomó un tiempo para descansar y comenzar a componer las 13 canciones que integran este muy buen disco.
Además de destacar su raíz inquieta y con escasa tendencia a la comodidad, es necesario saludar la decisión de Cerati de dejar a un costado su lado eléctrico para tomar su guitarra acústica, o sentar junto al piano de Leandro Frescó, para hacer tres o cuatro canciones hermosas.
"Cactus" es una de esas canciones embellecidas por el charango del ex Suárez Gonzalo Córdoba -al que Cerati reclutó para ayudarlo con las guitarras-, mientras que "Sal" lo muestra recitando al lado del piano tocado por el Brazilian Girls Didi Gutman.
"Un compás de luz/ el faro dibujo en el mar/ con un beso azul/ la espuma se convierte en sal/ sirenas e hipocampos/ con su canto nos encantaran", dice la letra de "Sal", una de las más bellas canciones del disco.
"Convoy" es una preciosura folk al estilo Fleet Foxes o Wilco en la que se destacan los arreglos de voces logrados por Cerati y Anita Alvarez de Toledo y al que el theremin de Córdoba embellece, mientras que el vocalista habla de un "te encontré en un tren, dejando atrás toda la locura/ buscando nuestro punto de fuga/ tantas ganas de explorarnos/.../".
En esa aventura beatle de navegar en aguas desconocidas, se destaca la canción que cierra el disco "He visto a Lucy", en el que habla de esa chica que "curvó el espacio" y en la que el "metrónomo de Dios puso el tiempo en suspensión".
"He visto a Lucy" es quizás la canción más beatle del disco, pero no compuesta por McCartney o Lennon sino por George Harrison, el que tuvo quizás una sensibilidad más particular.
Para tener una paleta variada de posibilidades, Cerati se rodeó de músicos diferentes, al punto de trabajar con tres bateristas: Fernando Samalea, Bolsa González y el estadounidense Sterling Campbell.
En guitarras aparecieron Gustavo, Córdoba, Richard Coleman, mientras que en teclados surgen Gutman, el estadounidense Glenn Patscha y Leandro Frescó.
Lucas Martí aportó su ochentosa batería Simmons, mientras que Byron Isaacs metió su dobro, su lap steel guitar y su mandolina, aquí y allá para decorar todo.
MAS CANCIONES
A la hora de comenzar a trabajar en el disco, Cerati mencionó como influencia a la Electric Light Orchestra (ELO) y su líder Jeff Lynne y eso se nota en canciones como "Magia", "Amor sin rodeos" y "Naturaleza Muerta", que parece una relectura pop de una canción de los Traveling Wilburys.
"Amor sin rodeos" es tan country que Cerati se permite hablar en forma risueña de un western con caballos salvajes, jinetes enmascarados y ladrones que desafiaron la ley robando un corazón.
"Tracción a sangre" también tiene formato acústico para contar la vida de un rockero de gira por la pampa, que habla de "otra ruta, otro pueblo/otro hotel y un santuario de desechos/", aunque esta vez es Cerati el que se le animo al dobro.
"Desastre" es una de esas canciones que seguramente se incluirá en los "setlist" de Cerati, a caballito de un riff funky pegadizo que le permite referirse a un amor peligroso, del que hizo muy bien en zafar.
"Rapto" propone esos jugueteos eróticos cuasi sadomaso, en la que Cerati repite el estribillo "no te suelto más/yo no te suelto más/", que seguramente se meterá en muchas cabecitas perversas.
"Fuerza natural" es uno de los lanzamientos de rock argentino más importantes del año, y por la fuerza de sus canciones se constituye en la luz de una estrella que destaca entre chatura y mediocridad latinosa o chabona.
Tras la vorágine del regreso de Soda Stereo, Cerati se tomó un tiempo para descansar y comenzar a componer las 13 canciones que integran este muy buen disco.
Además de destacar su raíz inquieta y con escasa tendencia a la comodidad, es necesario saludar la decisión de Cerati de dejar a un costado su lado eléctrico para tomar su guitarra acústica, o sentar junto al piano de Leandro Frescó, para hacer tres o cuatro canciones hermosas.
"Cactus" es una de esas canciones embellecidas por el charango del ex Suárez Gonzalo Córdoba -al que Cerati reclutó para ayudarlo con las guitarras-, mientras que "Sal" lo muestra recitando al lado del piano tocado por el Brazilian Girls Didi Gutman.
"Un compás de luz/ el faro dibujo en el mar/ con un beso azul/ la espuma se convierte en sal/ sirenas e hipocampos/ con su canto nos encantaran", dice la letra de "Sal", una de las más bellas canciones del disco.
"Convoy" es una preciosura folk al estilo Fleet Foxes o Wilco en la que se destacan los arreglos de voces logrados por Cerati y Anita Alvarez de Toledo y al que el theremin de Córdoba embellece, mientras que el vocalista habla de un "te encontré en un tren, dejando atrás toda la locura/ buscando nuestro punto de fuga/ tantas ganas de explorarnos/.../".
En esa aventura beatle de navegar en aguas desconocidas, se destaca la canción que cierra el disco "He visto a Lucy", en el que habla de esa chica que "curvó el espacio" y en la que el "metrónomo de Dios puso el tiempo en suspensión".
"He visto a Lucy" es quizás la canción más beatle del disco, pero no compuesta por McCartney o Lennon sino por George Harrison, el que tuvo quizás una sensibilidad más particular.
Para tener una paleta variada de posibilidades, Cerati se rodeó de músicos diferentes, al punto de trabajar con tres bateristas: Fernando Samalea, Bolsa González y el estadounidense Sterling Campbell.
En guitarras aparecieron Gustavo, Córdoba, Richard Coleman, mientras que en teclados surgen Gutman, el estadounidense Glenn Patscha y Leandro Frescó.
Lucas Martí aportó su ochentosa batería Simmons, mientras que Byron Isaacs metió su dobro, su lap steel guitar y su mandolina, aquí y allá para decorar todo.
MAS CANCIONES
A la hora de comenzar a trabajar en el disco, Cerati mencionó como influencia a la Electric Light Orchestra (ELO) y su líder Jeff Lynne y eso se nota en canciones como "Magia", "Amor sin rodeos" y "Naturaleza Muerta", que parece una relectura pop de una canción de los Traveling Wilburys.
"Amor sin rodeos" es tan country que Cerati se permite hablar en forma risueña de un western con caballos salvajes, jinetes enmascarados y ladrones que desafiaron la ley robando un corazón.
"Tracción a sangre" también tiene formato acústico para contar la vida de un rockero de gira por la pampa, que habla de "otra ruta, otro pueblo/otro hotel y un santuario de desechos/", aunque esta vez es Cerati el que se le animo al dobro.
"Desastre" es una de esas canciones que seguramente se incluirá en los "setlist" de Cerati, a caballito de un riff funky pegadizo que le permite referirse a un amor peligroso, del que hizo muy bien en zafar.
"Rapto" propone esos jugueteos eróticos cuasi sadomaso, en la que Cerati repite el estribillo "no te suelto más/yo no te suelto más/", que seguramente se meterá en muchas cabecitas perversas.
"Fuerza natural" es uno de los lanzamientos de rock argentino más importantes del año, y por la fuerza de sus canciones se constituye en la luz de una estrella que destaca entre chatura y mediocridad latinosa o chabona.
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