Chimeneas de metano en las profundidades del Artico
| 12 de Enero de 2010 | 00:00

Un grupo de científicos afirma tener pruebas de que millones de toneladas de metano, un gas veinte veces más potente desde el punto de vista del calentamiento atmosférico que el dióxido de carbono, está escapando a la atmósfera desde los fondos marinos del Artico.
Los depósitos masivos del metano encerrado bajo esos fondos marinos suben en forma de grandes burbujas a la superficie, fenómeno que coincide con el calentamiento del Artico y la desaparición de los bloques de hielo de sus aguas.
Los depósitos de metano son importantes porque los investigadores creen que ha sido responsable en épocas pasadas de rápidos aumentos de temperaturas, cambios climáticos bruscos e incluso de la extinción de muchas especies.
Los científicos descubrieron bolsas de metano que cubren miles de kilómetros cuadrados de la plataforma continental siberiana, y observaron la superficie marina "bullendo" por el efecto de las "chimeneas de metano" que subían desde los fondos marinos.
Los expertos creen que ello se debe a que se han fundido las capas de permafrost (un hielo permanentemente congelado) que impedían escapar el metano de los depósitos submarinos formados antes de la última glaciación.
Ahora, los científicos temen que la liberación masiva de ese metano podría acelerar el calentamiento del planeta y dar lugar a un círculo vicioso por el cual cada vez se fundiría más permafrost y se liberarían mayores cantidades de gas de efecto invernadero.
La cantidad de metano depositado bajo el Artico se calcula que supera al carbono almacenado en las reservas carboníferas mundiales, por lo que es de vital importancia la estabilización de esos depósitos en un área que se está calentando a un ritmo mucho más rápido que otras del planeta.
La existencia de esas "chimeneas de metano" se documentaron gracias a un sondeador de eco y a instrumentos sísmicos, según el cual en algunos lugares las concentraciones de metano eran cien veces superiores a los niveles normales.
Esas anomalías se documentaron en el Mar Siberiano Oriental y en el mar de Laptev, en una superficie de varias decenas de miles de kilómetros cuadrados, lo que equivale a millones de toneladas de metano.
"La liberación de metano en esas regiones inaccesibles parece indicar que la capa de permafrost está comenzando a perforarse, lo que permite escapar al gas. Hemos encontrado niveles elevados de metano en la superficie del mar y aun más a ciertas profundidades", dicen los científicos.
La temperatura del Artico se ha incrementado en 4 grados centígrados en las últimas décadas, y una fuerte disminución del área oceánica cubierta por los hielos durante el verano.
Los depósitos masivos del metano encerrado bajo esos fondos marinos suben en forma de grandes burbujas a la superficie, fenómeno que coincide con el calentamiento del Artico y la desaparición de los bloques de hielo de sus aguas.
Los depósitos de metano son importantes porque los investigadores creen que ha sido responsable en épocas pasadas de rápidos aumentos de temperaturas, cambios climáticos bruscos e incluso de la extinción de muchas especies.
Los científicos descubrieron bolsas de metano que cubren miles de kilómetros cuadrados de la plataforma continental siberiana, y observaron la superficie marina "bullendo" por el efecto de las "chimeneas de metano" que subían desde los fondos marinos.
Los expertos creen que ello se debe a que se han fundido las capas de permafrost (un hielo permanentemente congelado) que impedían escapar el metano de los depósitos submarinos formados antes de la última glaciación.
Ahora, los científicos temen que la liberación masiva de ese metano podría acelerar el calentamiento del planeta y dar lugar a un círculo vicioso por el cual cada vez se fundiría más permafrost y se liberarían mayores cantidades de gas de efecto invernadero.
La cantidad de metano depositado bajo el Artico se calcula que supera al carbono almacenado en las reservas carboníferas mundiales, por lo que es de vital importancia la estabilización de esos depósitos en un área que se está calentando a un ritmo mucho más rápido que otras del planeta.
La existencia de esas "chimeneas de metano" se documentaron gracias a un sondeador de eco y a instrumentos sísmicos, según el cual en algunos lugares las concentraciones de metano eran cien veces superiores a los niveles normales.
Esas anomalías se documentaron en el Mar Siberiano Oriental y en el mar de Laptev, en una superficie de varias decenas de miles de kilómetros cuadrados, lo que equivale a millones de toneladas de metano.
"La liberación de metano en esas regiones inaccesibles parece indicar que la capa de permafrost está comenzando a perforarse, lo que permite escapar al gas. Hemos encontrado niveles elevados de metano en la superficie del mar y aun más a ciertas profundidades", dicen los científicos.
La temperatura del Artico se ha incrementado en 4 grados centígrados en las últimas décadas, y una fuerte disminución del área oceánica cubierta por los hielos durante el verano.
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