Intercambio educativo de alumnos platenses y belgas

El proyecto apunta a que a fin de año estén instalados 250 equipos en las calles platenses

Todo comenzó a fines de 2007, cuando la profesora de danzas de la Primaria N° 120 llegó con la propuesta de iniciar un intercambio cultural con un colegio de Bélgica. En el establecimiento de 17 entre 35 y 36 casi ni se lo pensaron y respondieron que sí. Dos años más tarde, tras mucho trabajo y esfuerzo y merced a distintas donaciones, los más de 300 niños y niñas de la comunidad educativa, en su inmensa mayoría de condición muy humilde, una vez a la semana interactúan en tiempo real -Webcam mediante- con pares del país europeo, en el marco de un proyecto pedagógico que la vicedirectora María Fernanda Cavallaro define con tanta simpleza como contundencia: "se trata de que comprendan su realidad a partir de conocer otras realidades y, desde ahí, que sepan que pueden mejorarla".

María Fernanda es activa. Conoce a cada alumno por su nombre de pila y ellos se lo retribuyen. Todos la saludan en los pasillos con un simple "hola seño".

Detalla que del proyecto participan la Primaria 120, la Escuela de Danzas Folklóricas -cuyo director transmitió la propuesta a la profesora del colegio- y la escuela belga Harelbeke, perteneciente a la región de habla flamenca.

En 2008 se puso en marcha la iniciativa bajo la denominación de "proyecto de intercambio educativo y cultural". "Al principio nos comunicábamos por e-mail", cuenta la vicedirectora y explica que "lo primero que conocieron los chicos fue dónde quedaba el país, su organización política, sus sistemas educativo, sanitario y de transporte y, sobre todo, sus costumbres".

Los niños belgas conocieron, a su vez, la realidad de los platenses. "Eso implicó un gran trabajo, porque los alumnos tuvieron que investigar y preparar el material para enviar", dice María Fernanda, quien destaca que en marzo de aquel año viajó desde Europa "una chica, Mone, quien les explicó todo en primera persona, con láminas y distintas técnicas".

El enriquecimiento cultural trascendió a Bélgica y Argentina. Cavallaro comenta que cerca del 50% de la población escolar es descendiente de bolivianos, paraguayos, peruanos y brasileños. A fines de 2008, como conclusión del proyecto, se realizó una gran muestra con stands y trajes típicos. Para la ocasión los visitó el director de la escuela belga.

DESDE 2009, "CARA A CARA"

En la escuela pensaron que allí se terminaba todo, pero se encontraron con una invitación para continuar un intercambio pedagógico. Fue así que en 2009 pasaron de intercambiar fotos en el blog del colegio europeo a "interactuar en tiempo real una vez a la semana". "Elaboramos un proyecto sobre salud, y Bart, otro belga que nos visitó, nos regaló una Webcam. También nos donaron 4 PC. Junto a 3 que nos regaló una compañía de seguros y a las 3 que teníamos montamos la sala de informática".

Era la época de la gripe A y los niños platenses tuvieron una videoconferencia con un médico argentino residente en el país europeo. "Los chicos no lo podían creer. A partir de ahí se generó un intercambio permanente con sus pares belgas, a quienes llegaron a preguntarles si allá tenían dengue. Ese fue el punto de partida de muchas preguntas y respuestas que ayudaron a todos a conocer sobre cada país", enfatiza Cavallaro.

Por qué no usan guardapolvo; cuántas horas por día van al colegio; a qué juegan; cómo son sus maestros. Los alumnos se fueron conociendo de a poco. "Ahora, antes de empezar la tarea del proyecto -que este año se titula "Comprender"- hablan entre ellos de todo un poco", resalta.

"El objetivo es que sepan que hay otras posibilidades, otros caminos, y la escuela se los está mostrando. En la medida que cuentan con recursos para ampliar su cultura, serán mejores personas", remata María Fernanda.

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