Se retira un grande de la cardiología

El doctor Ricardo Sánchez, uno de los médicos más respetados de la Ciudad, se despide de su profesión

Cerca de cumplir sus 74 años y tras una intensa carrera profesional, se aleja de la medicina uno de los grandes cardiólogos de nuestra ciudad, el doctor Ricardo Sánchez. Médico de espíritu humanista, el cariño que supo inspirar entre miles de pacientes a lo largo de cuatro décadas y media de profesión hace que muchos de ellos vivan por estos días la noticia de su alejamiento como si de algún modo quedaran huérfanos.

En una ciudad que ha sido cuna de grandes cardiólogos (ver aparte), el aporte del doctor Sánchez resulta difícil de mensurar. Y es que la especialidad a la que decidió dedicarle su vida, la cardiología clínica, es de esas que dejan sus mayores huellas en el trato cotidiano, la dedicación y el don de contener a los pacientes más allá de sus dolencias.

Es así que aunque reacio a reconocimientos y homenajes, Sánchez no ha podido evitar que en las últimas semanas decenas de personas a las que ha venido atendiendo a lo largo de años lo buscaran para manifestarle su agradecimiento y colmaran de regalos el que fue su consultorio de la calle 55.

Graduado en la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata en 1964, Ricardo Sánchez obtuvo su título de cardiólogo universitario en la UBA, ya que entonces esa especialización de posgrado -que más tarde él mismo iba a dirigir- no había sido todavía abierta en nuestra ciudad.

A poco de recibirse, integró el grupo de médicos que iniciaron el sanatorio IPENSA y se incorporó al Policlínico San Martín, donde fue también -junto a su colega y amigo el doctor Carlos Geronés- uno de los iniciadores de la Unidad Coronaria. Luego se pasó al Hospital San Juan de Dios para aportar al desarrollo del área de Cardiología Vascular, un servicio reconocido hasta el día de hoy por su enorme prestigio. Y allí mismo se desempeñó además como director del posgrado de Cardiología de la facultad de Medicina de La Plata.

Pero lo cierto es que pese a esos antecedentes y a las innumerables publicaciones científicas que posee en su haber, lo más relevante de la carrera del doctor Sánchez acaso sea algo de lo que sólo pueden dar cuenta sus pacientes y discípulos, para los cuales su alejamiento de la medicina deja hoy un notable vacío.

"Empecé a atenderme con Ricardo hace 23 años a partir de un triple by pass. Y aunque él apenas me conocía fue a verne al hospital donde yo estaba internado, que no era el hospital donde él trabajaba. Y así lo hizo cada una de las otras veces, pasando incluso a las diez de la noche cuando terminaba de trabajar. Es un médico que cuando me dijeron que iba a dejar de atender yo sentí realmente que me quedaba huérfano", cuenta Francisco Lagomarsino, uno de sus pacientes.

"Además de ser un gran docente y un verdadero cardiólogo clínico, el doctor Sánchez es un referente del viejo estilo de médico -lo describe su colega el doctor Fernando Tau-. Por su dedicación, es uno de esos médicos que terminan siendo como de la familia, algo que hoy no es muy común".

MOTIVOS PERSONALES

"Son muchos años; uno termina sintiéndose muy cercano a esos pacientes y eso hace que esta transición sea para algunos de ellos quizás tan dolorosa como para mí", reconoce el doctor Sánchez al explicar los motivos de su alejamiento. "Más allá de que es algo bastante razonable a mi edad, quiero poder disfrutar de algunas pequeñas pero valiosas actividades de la vida familiar que durante mucho tiempo postergué", cuenta.

"Como no quise que esta transición fuera abrupta, hace tiempo que vengo reuniéndome con mis pacientes para ayudarlos a encontrar al médico apropiado según sus patologías y necesidades. Si algo he hecho bien creo que ha sido ayudar a formar nuevos cardiólogos, por lo cual considero que he dejado a todos mis pacientes en buenas manos", dice.

Lo cierto es que el alejamiento de Sánchez de la práctica de la medicina cotidiana está lejos de significar un corte definitivo con lo que ha sido para él tanto un trabajo como una vocación. Como él mismo reconoce, "voy a seguir vinculado a IPENSA con el objetivo de ayudar desde mi experiencia a que el sanatorio siga optimizando la atención a los pacientes. Pero además, las autoridades de la facultad de Medicina tuvieron la deferencia de extenderme por siete años más mis funciones, de manera que voy a seguir también como profesor consultor", cuenta.

Con cuatro nietos, su idea de disfrutar un poco más de su familia en esta etapa de su vida no parece excluir sin embargo a su caballo criollo. Ni tampoco a una pila de libros de historia argentina que lo han estando esperando en su biblioteca; todo un lujo para alguien que dedicó a sus pacientes cuarenta y cinco años de vida.

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