Un Oscar para Humphrey Bogart
| 12 de Marzo de 2011 | 00:00

No fue la mejor, ni la primera, ni la más recordada, pero "La Reina Africana" (1951) fue la película que le dio a Humphrey Bogart el Oscar que la Academia le había negado por "Casablanca" (1942) y que le negaría por "El Motín del Caine" (1954).
Esta evocación, solo apta para nostálgicos, es válida porque este año, y por estos días, se cumplen dos aniversarios redondos. Sesenta años de "La Reina." y setenta de "El halcón Maltés" (1941), film señero. En cuanto a "Casablanca", es eterna. Y cualquier pretexto vale para recordarla.
¿Fue Bogart un gran actor? No se lo considera. Es más, Paul Henreid (Victor Lazdlo en "Casablanca"), llegó a considerarlo mediocre ¡Claro, Bogart le había soplado a Ilsa (Ingrid Bergman) en París, y ella seguía metejoneada.
Pese a que Leslie Howard -¡este sí que era bueno!- había reclamado tenerlo a su lado en "El Bosque Petrificado" (1936), tal vez podría coincidirse en que Bogart no fue un gran actor. Pero era el tipo que representaba al sujeto del común que se metía en líos por guapo y Quijote.
ELEGIDO POR EL DESTINO
Resultado de una herida que sufrió al ser atacado su buque durante la Primera Guerra, ese labio superior impávido le dio una pronunciación característica que enamoraba a las mujeres pese a que era casi petiso y poco atlético. (Es sabido que durante el rodaje de "Casablanca" tenía que pararse sobre un taburete para poder besar a Ingrid Bergman).
Iniciado en el teatro, tuvo éxito en Broadway; pero en Hollywood, durante años, solo había conseguido papeles secundarios hasta que en 1936 Leslie Horward le exigió a la Wagner que lo contratara para el rol que, en "El Bosque Petrificado", le querían ofrecer a Edward Robinson, un actor de gran máscara. Bogart acompañó a Howard y a Bette Davis, y el film fue un suceso.
Sin embargo, tuvo que esperar hasta 1941 para el gran salto. También en esta ocasión necesitó de la suerte: John Houston había logrado que le confiaran por primera vez la dirección de una película y eligió "El Halcón Maltes" del escritor Dashiell Hammett, y a George Raft, un duro de aquéllos, como protagonista. Pero Raft no quiso trabajar con un director debutante, y esta vez fue la Wagner la que eligió a Bogart.
SAM SPADE Y EL CINE NEGRO
Algunos se animan a decir que el Cine Negro nació con el Sam Spade de "El Halcón". Si fue así, tal vez pueda discutirse; pero lo que no se discute es que la cara de Bogart, sus gestos, su sombrero, el cigarrillo y la forma de usar un arma, resultaron a partir de 1941 la marca registrada del policial de Hollywood.
"El Halcón Maltés" no le dio premios, pero enderezó su camino hacia el cielo de Hollywood, al que llegó con "Casablanca", la película más comentada, copiada y envidiada del cine de todas las épocas. Fue candidato al Oscar al mejor actor por esta actuación, y aunque el film se llevó tres estatuillas, él perdió ante Paul Lukas protagonista de "Alarma en el Rhin".
En 1954, vuelve a no ser el ganador, con "El Motin del Caine". Pero, el que se lleva el premio mayor es Marlon Brando, nada menos, por "Nido de Ratas".
No importa, Bogart ya tenía su muñeco. Se lo habían dado por "La Reina Africana". Un film que no estuvo a la altura de otros que protagonizó el hombre que le puso la cara a los detectives, y cuyos personajes encarnaron el prototipo del hombre que se las jugaba porque creía en lo que alguna vez diría Ernest Hemingway: "lo moral es lo que hace a uno sentirse bien y lo inmoral es lo que lo hace sentirse mal".
Así de simple.
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