El Día del Amigo le puso un color particular a La Plata

Los adolescentes coparon el centro y en bares y restaurantes se trabajó sin descanso

El frío intenso ni la falta total de sol desalentaron a los platenses que, año tras año, celebran un clásico como el Día del Amigo con reuniones en bares y restaurantes. El centro de la Ciudad se copó con adolescentes, jóvenes y adultos que salieron al encuentro de sus más estrechas relaciones. El festejo comenzó temprano con llamadas telefónicas, mensajes de textos y el envío de mails alusivos a la fecha y se prolongó hasta la noche, ya sin espacio disponible para los improvisados que no habían hecho reservas.

El mediodía reunió en restobares, pubs y casas de comida rápida a grupos de compañeros de colegio y de trabajo, amigos de toda la vida, chicos, egresados del secundario y jubilados. Compartieron una mesa de charlas, comida, rondas de mate y anécdotas. La noche mostró también la típica postal urbana del 20 de julio, con un gran movimiento en la calle que no frenó la baja temperatura.

Una jornada especial en la que se cumplió con un rito ineludible. Los amigos invadieron las líneas de los teléfonos móviles con mensajes de texto y llamadas; cargaron las redes sociales de internet con fotos de acontecimientos compartidos; y en el caso de las adolescentes, que son quienes siguen más esa costumbre, intercambiaron pequeños obsequios.

La fecha que homenajea a la amistad, y que en La Plata se celebra con un particular entusiasmo, fue una idea de Enrique Ernesto Febbraro. Multifacético -fue odontólogo, psicólogo, doctor en Filosofía, profesor de Historia, músico, locutor y poeta-, fallecido en 2008 a los 84 años, vio en la llegada del hombre a la luna -hazaña de 1969- un motivo de unión entre los hombres y mujeres de todo el planeta.

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