Robert Carlyle en drama escocés
| 27 de Julio de 2011 | 00:00

Esta noche va una película con Robert Carlyle, el gran actor inglés, quien ha puesto rostro a la recuperación actual del mejor cine británico, ese de entre los años 40 y los 60 y 70 del siglo pasado, preocupado o atento al entorno social de las historias relatadas. Robert Carlyle forma parte de una muy buena generación de intérpretes dramáticos -solventes también en la comedia- que ha devuelto al cine de las islas su prestigio a partir de los años 90. Él no es reconocido de inmediato por su nombre pero sí por su figura de rubio no muy alto, algo desprolijo, simpático y a la vez sufrido y duro en varias películas del realizador Ken Loach, desde "Riff Raff" a (sobre todo) "Full Monty". También ES recordado por otro filme repuesto en estos días: "Trainspotting".
"Summer", la película que se conocerá esta noche a las 22 por I-Sat, es una producción reciente, del 2008, dirigida por Kenny Glenaan. Cuenta la historia de dos compañeros de colegio enfrentados a la pérdida de los deseos juveniles y la desilusión en la mediana edad. Carlyle es Shaun, etiquetado como un matón violento por el sistema de educación: está a la deriva, un hombre cuya respuesta a su dislexia fue aplastarse a sí mismo en una adicción. Con este papel ganó un premio Bafta, lo más importante allá. Carlyle, procedente de Escocia, fue nominado a mejor actor por su desempeño en el Festival Edimburgo.
"Mi primer amor es el arte y veo un montón de cosas de una manera artística", dijo en su momento Carlyle sobre su rol y la obra. "Esto (mi carrera) es como una serie de autorretratos en un sentido. Se trata de dibujar una imagen de mí en un camino diferente. Eso es interesante. Si tiene que ser mi destino, estoy contento con eso, para jugar este tipo de muchachos "malos". Muchos de los personajes que interpreto tienen problemas, son marginados, tienen graves problemas psicológicos, problemas con relaciones, con la infancia. Estos son los grandes temas. No puedo negarme a trabajar así. Como actor es muy bueno como se pone." Y ha agregado: "Tengo 47 años (en el 2008) y comprendo a mi personaje, Shaun: "Entiendo al hombre. Yo no tengo ningún remordimiento en mi propia vida, pero puedo simpatizar y empatizar con este tipo que se despierta y se da cuenta de su vida ha pasado y se ha ido y todo para qué ha sido?"
Carlyle dice esperar que la gente vea más allá de la privación y la frustración de la existencia de Shaun, que vea a un hombre sostenido por una amistad profunda y duradera y que alberga un sentido oculto de sí mismo. "Él siempre está buscando lo que hay debajo, dice, incluso en el más desquiciado de los personajes. "Ha tenido una mala mano en su vida, barajado una puta mala mano. Él hace todo lo posible, él sabe, mierda, que no debería haber desaprovechado o aplastado su propia mano, pero en estas películas, incluso en las que hice con Ken Loach, siempre hay un corazón, un latido del corazón humano", concluyó para el diario The Guardian.
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