Será padre a la fuerza, por un polémico fallo judicial

Una mujer fue autorizada a engendrar un hijo de su ex marido con embriones congelados, en contra de la voluntad del hombre. La sentencia abre un complejo debate ético

A pesar de estar separada desde hace cinco años, una mujer de Tres Arroyos decidió utilizar embriones congelados para tener un nuevo hijo con su ex marido y logró que la Justicia apoyara su decisión contra la voluntad del hombre. El caso, que se conoció en las últimas horas y no registra antecedentes en nuestro país, ha encendido un complejo debate bioético del que resulta difícil sustraerse.

La historia comienza en 2005 cuando A.P y A.C.S, quienes se habían casado dos años antes en Tres Arroyos, decidieron someterse a un tratamiento para tener un hijo en el Instituto de Ginecología y Fertilidad de la ciudad de Buenos Aires. Y, tras un primer intento fallido, aceptaron realizarse una fertilización in vitro, una técnica que consiste en unir óvulos con espermatozoides en laboratorio para luego implantarlos en la mujer.

Como sucede en estos casos, los médicos prepararon una cantidad de embriones suficiente para varios intentos de implantación. De ahí que al quedar embarazada la mujer en el tercero de esos intentos, cinco embriones sobrantes permanecieron congelados en la clínica por si la pareja deseaba alguna vez tener otro hijo.

El hecho es que en agosto de 2006, dos meses después de nacer su primogénito, A.P y A.C.S decidieron separarse y empezar a tramitar su divorcio de mutuo acuerdo. Pese a ello, en 2008 la mujer resolvió tener un nuevo hijo echando mano a aquellos embriones congelados. Y la negativa del hombre a prestar su consentimiento originó una batalla judicial que acaba de alcanzar su segundo round, acaso el definitivo.

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