Un barrio que no sale de la conmoción

Carlos, un mecánico que vive al lado de la casa del horror, en Coronel Suárez, contó que “el LCD estaba prendido día y noche”.

Incluso contó que muchas veces, generalmente en horario nocturno, el volumen de la música se escuchaba desde la calle.

“Pero a quién se le iba a ocurrir que ahí adentro estaba siendo torturada una chica”, conjeturó el vecino.

CHARLAS BANALES

Al parecer, Carlos se cruzó varias veces con la periodista Estefanía Heit, con quien charló de situaciones del momento, cotidianas.

Todo lo contrario pasó con Jesús Olivera, a quien prácticamente nunca veía.

“Se vestía raro, todo de negro”, comentó.

En la casa de la calle Grand Bourg 1823 sólo quedaron los perros de Heit.

Y un habitante del barrio contó que “hasta los peritos de la Policía se descompusieron por el olor y la mugre que encontraron ”.

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