Bomberos voluntarios: brindis con handy en alto y música de sirena
| 29 de Diciembre de 2012 | 00:00

En época de Fiestas, la escena es habitual para quienes viven cerca de los cuarteles de bomberos: minutos después del brindis, las sirenas y el rumor de los camiones hidrantes pasando a toda velocidad inician una madrugada sin respiro. En medio de la euforia generalizada, siempre hay quienes no la están pasando bien, y quienes por vocación dejan de lado las celebraciones y cambian las copas en alto por el “handy” para concentrarse en ayudarlos.
Mañana, en las sedes centrales de los Bomberos Voluntarios de Berisso y Ensenada, los jefes de cada cuerpo repetirán al atardecer un ritual consolidado durante décadas de servicio: convocar a todos los efectivos presentes, augurarles lo mejor para el año que comienza, y pasar revista a los que estarán disponibles para una noche larga. Tanto, que hace doce meses los tripulantes de algunas autobombas partieron de sus cuarteles a minutos de iniciado 2012, y regresaron cuando ya había amanecido.
Sin dotaciones montando guardia “in situ”, la responsabilidad de monitorear las posibles emergencias y convocar rápidamente al personal queda en manos de la única persona que sí o sí permanece al pie del cañón: el telefonista. Habitante indispensable de los imponentes galpones repletos de equipos y uniformes en las últimas horas de cada año, designado por sus superiores en el marco de un cronograma establecido con meses de anticipación, puede si así lo desea pedir autorización para que lo acompañen sus familiares más cercanos.
“Hay un efectivo nominado para atender los llamados en cada cuartel; en nuestro caso, tanto en la central de avenida Génova como en los destacamentos de Villa Zula y El Carmen” precisa Roberto Scafati, subcomandante de Bomberos Voluntarios de Berisso: “Se le permite, si así lo desea, estar acompañado por su familia; por supuesto el alcohol está terminantemente excluido del encuentro, para todos los presentes, y la prioridad es emitir el alerta de inmediato, de ser necesario”.
Este año, la responsabidad de recibir 2013 con los oídos atentos al teléfono recayó sobre Gonzalo Aguirre, un joven que aún no cumplió los veinte años y debuta en la tarea. Gonzalo confía: "Esperemos que no pase nada grave, pero si ocurre tengo claro cómo actuar; los compañeros con más experiencia aportan mucho y te hacen sentir siempre respaldado”.
Scafati, de 42 años -24 de ellos como bombero-, explica que siempre hay un nutrido grupo de efectivos que se compromete a reportarse desde la zona aledaña al cuartel; y que históricamente, minutos después de la medianoche, “la cantidad de gente que se convoca espontáneamente supera la mínima necesaria como para cubrir las emergencias”.
Con 80 bomberos activos, y quince reservistas que por sobre todo aportan su vasta experiencia para formar a los novatos, el cuerpo berissense tiene un plus: la sede de Génova y 164 cuenta en sus pisos superiores con cuatro departamentos, en los que viven otros tantos efectivos con sus familias. Cuando hay guardias que cubrir, al menos dos de ellos se comprometen a permanecer en sus domicilios.
También voluntarios, lo que no sólo implica que realizan sus tareas ad-honorem sino que suelen gastar sumas considerables para adquirir indumentaria o accesorios que mejoren la calidad de su prestación, los Bomberos de Ensenada protegen a la población ribereña desde 1896. Actualmente, cuentan con 85 activos -menores de 60 años- y 35 reservistas, distribuidos entre la emblemática sede de San Martín y Sarmiento, los destacamentos de Punta Lara y El Dique.
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