Sedentarismo: una gran epidemia nacional

Un estudio internacional ubica a la Argentina entre los países más sedentarios del mundo. Advierten sobre graves riesgos

Cada fin de semana o cuando baja el sol es común ver en plazas y parques de la Ciudad cientos de corredores dando vueltas y buscando cuidar su forma. Algo similar ocurre en los gimnasios locales, donde las inscripciones se multiplican y las clases de pilates parecen incorporadas al paisaje urbano con el mismo furor que el paddle en los años 80. Sin embargo, nada de eso parece ser suficiente para revertir una tendencia arraigada en buena parte de las personas: a la mayoría de los argentinos no les gusta moverse. Así, al menos, lo revela un estudio reciente que ubica a nuestro país como uno de los más sedentarios del mundo.

El trabajo, publicado por la revista The Lancet, analizó los hábitos sedentarios de 119 países y elaboró un ranking de menor a mayor entre aquellas naciones con más problemas de sedentarismo. En el informe, concretamente, los argentinos aparecen entre los últimos lugares de la calificación, casi en el puesto cien, por encima levemente de españoles, portugueses, italianos, serbios y malteses.

Los ciudadanos de Bangladesh, según ese estudio, son los ciudadanos que más deporte practican con una media del 4,7% de inactividad, seguido de Mozambique (7,1%) y Comoras (8,3%). En contraposición, los argentinos cuentan con una media de inactividad del 68,3%, apenas superados por los ciudadanos de Malta con un 71,9%, Suazilandia (89%) y Arabia Saudí (68,8%).

Los datos de este estudio entran en coincidencia con el diagnóstico trazado recientemente por el propio Ministerio de Salud de la Nación, cuyas autoridades reconocieron que nuestro país padece una epidemia de inactividad física. Según datos de esa cartera, hace siete años el 45% de los adultos eran inactivos. Pero la tendencia es hacia el aumento: en 2009 pasó al 55%. Y si tantos siguen sin moverse, los sedentarios ya serán el 65% de la población en el año 2016.

todo un problema

La inactividad causa entre el 6% y el 10% de las cuatro enfermedades principales: enfermedades coronarias, diabetes tipo 2 y cáncer de mama y de colon, informaron los hacedores del estudio internacional. En 2008 fue responsable de alrededor de 5,3 millones de los 57 millones de muertes en todo el mundo.

Por todo esto, está claro que hacer actividad física es clave para mantener una buena calidad de vida y sumar años. Está demostrado científicamente que las personas activas presentan tasas menores de mortalidad, menos infartos, hipertensión, ataques cerebrovasculares y diabetes de tipo 2. Algunas de las actividades que se pueden hacer para dejar de ser sedentarios son la caminata rápida, el trote suave o andar en bicicleta en el llano.

La epidemia del sedentarismo tiene múltiples causas . Hay una historia y un presente que condiciona. En el manual que lanzó el Ministerio de Salud en abril pasado -cuando se celebró el Día Mundial de la Actividad Física- se recuerda que los seres humanos tienen un cuerpo preparado para salir a buscar su alimento. Pero los cambios tecnológicos, culturales y sociales llevaron a que la gente ahora se mueva mucho menos y acceda más fácilmente a los alimentos (en la Argentina, la obesidad en adultos alcanza al 18%).

Actualmente, analizan los expertos, la gente tiende a trabajar, estudiar y a entretenerse en forma sedentaria

La inactividad física, según un informe de la Organización Mundial de la Salud, está cada vez más extendida en muchos países, y ello repercute considerablemente en la salud general de la población mundial y en sus factores de riesgo, como la hipertensión, el exceso de glucosa en la sangre o el sobrepeso.

Según calculan en el Hospital San Martín de La Plata, de hecho, tres de cada diez personas en La Plata sufren hipertensión.

Las cifras oficiales indican que alrededor de 7 millones de argentinos son hipertensos. Y de ellos, el 75% desconoce que padece la enfermedad y sólo el 10% se trata en forma adecuada. La OMS, hay que decir, define a la hipertensión como un mal silencioso, que afecta a grandes y a chicos y que puede no presentar síntomas durante años. Ocurre cuando aumenta la presión dentro de las arterias, lo que la convierte en factor de riesgo de accidentes cerebrovasculares, insuficiencias cardíacas, infartos y lesiones en el riñón.

En este panorama, apuntan los expertos que atienden la problemática, ser una persona sedentaria es poco menos que tener encima una bomba de tiempo.


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