El mundo llora a Mandela

Sudáfrica se prepara para despedir al hombre que cambió su historia

JOHANNESBURGO.- Los sudafricanos cantaron, bailaron y lloraron ayer en emotivos homenajes públicos al fallecido Nelson Mandela, el líder antisegregacionista que unió a este país -antes dividido entre blancos y negros- y que ayudó a evitar una guerra racial.

Personas de todos los colores se abrazaron y compartieron momentos emotivos mientras líderes contra el apartheid, como el arzobispo Desmond Tutu, pidieron a los 51 millones de sudafricanos que se sumen a los valores de la unidad y democracia que adoptó Mandela.

DUELO

De esta forma Sudáfrica comenzó ayer una especie de “duelo festivo” en honor a Nelson Mandela y abrió una nueva etapa sin el hombre más decisivo de su historia, el que la cambió para siempre con su compromiso, carisma y magnanimidad.

El país recibió la pérdida de Mandela con tristeza y pesadumbre, pero también como una oportunidad de celebrar su colosal legado.

Ese “duelo festivo” pudo palparse en el antiguo barrio negro de Soweto, del que fue vecino el ex presidente sudafricano, o en la casa del barrio acomodado de Houghton, también en Johannesburgo, en la que murió a los 95 años.

El contraste entre estas dos zonas del gran Johannesburgo muestra de alguna manera la trayectoria de Mandela, que llegó pobre y sin apoyos a la gran ciudad y ha muerto en uno de sus mejores barrios, venerado por Sudáfrica y el mundo entero. Pero da una idea de su figura el ambiente común de celebración de su legado con que se ha vivido su muerte en escenarios tan dispares como los antiguos guetos de Soweto y Alexandra y los lujosos suburbios de Sandton y Houghton, ambos en Johannesburgo.

“Este debe ser un momento para unirnos como país, como consiguió que hiciéramos Mandela”, señaló en Soweto Andy Coetzee, afrikáner (población descendiente de los colonos centroeuropeos), activista cultural y empresario del ocio que opera en Soweto.

UNA OPORTUNIDAD

Coetzee no esconde su ilusión ante lo que considera “una oportunidad para volver a acercarnos”, y se pone “el primero” a disposición del empeño que en su día consiguió Mandela. “Uniendo de nuevo a la nación”, decía una colorida pancarta situada en una reja de Oxford Road, cerca de la residencia de Madiba -como se conoce al ex presidente en su país- en Houghton.

Frente a la casa de Mandela en Houghton, como en la plaza del centro comercial del barrio de Sandton que lleva su nombre, las flores y los mensajes de reconocimiento despiden con honores a la que quizá sea la figura histórica contemporánea más unánimemente admirada.

Convertido en un hospital hasta el momento de su muerte, su domicilio vivió ayer una peregrinación masiva de sudafricanos de todas las razas, que cantaron el himno nacional y expresaron duelo y aprecio en una armonía que difícilmente se habría logrado sin la personalidad de Madiba. Mientras, las emotivas escenas de recuerdo se repetían en la calle de Vilakazi, en Soweto, frente a la que fue durante más de 15 años la casa de Mandela.

Cientos de miembros y simpatizantes del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA), que un día lideró Madiba, cantaban y bailaban recordándole al ritmo de canciones de la lucha contra el régimen racista del “apartheid” en lenguas africanas.

PREPARATIVOS

Los preparativos para el funeral también comienzan. El presidente del Sudáfrica, Jacob Zuma, anunció que el funeral de Estado se celebrará el domingo, 15 de diciembre, en la localidad de Qunu (sureste), donde Mandela creció y ha pedido ser enterrado. Quedan para ese momento nueve días de luto oficial, en los que las banderas ondean a media asta en todo el territorio nacional. Según informó Zuma, los sudafricanos podrán dar la última despedida al que muchos consideran el padre de la patria entre el 11 y el 13 de diciembre, cuando sus restos descansarán en el edificio Union Buildings de Pretoria.

DESPEDIDA POPULAR

La gran despedida popular será sin embargo el 10 de diciembre, ante las 90.000 localidades del FNB Stadium de Soweto, donde tendrá lugar la misa oficial por el alma de Madiba. En el mismo FNB Stadium se produjo, el 11 de julio de 2010, la última aparición pública de Mandela, en la ceremonia de clausura del Mundial de Fútbol de 2010, cuya final se disputó en ese recinto, con triunfo de España.

Allí también dio un discurso el 16 de diciembre de 1990 un recién liberado Nelson Mandela, tras pasar 27 años en las cárceles del apartheid y cuatro años antes de ser el primer presidente negro de Sudáfrica.

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