Un barrio jaqueado por banditas que cobran “peaje”

Miembros de la comunidad boliviana afirman que viven amenazados y con miedo

FURIA VECINAL. EN EL BARRIO DONDE ASESINARON AL ALBAÑIL BOLIVIANO AYER SE VIVIERON MOMENTOS DE TENSIÓN, CUANDO VECINOS PRENDIERON FUEGO LAS VIVIENDAS DE CUATRO DE LOS ACUSADOS POR EL HECHO

El miedo es una sensación constante ese sector de Altos de San Lorenzo, donde las intimidaciones, los robos, los “aprietes” y el cobro de “peajes” pertenecen al lenguaje cotidiano. Allí, algo tan común como terminar de jugar un partido de fútbol e ir a comprar una cerveza pueden significar un riesgo total. Esas circunstancias son las que antecedieron el crimen de Golbert Rocha Otarola (22), el albañil de nacionalidad boliviana que fue asesinado de un tiro en la cabeza el sábado pasado.

El motivo: haberse negado a darle dinero a jóvenes que lo increparon porque querían comprar cerveza. Ese móvil trivial dejó al descubierto otros matices que surgen en el trasfondo del salvaje crimen: la demencial violencia con la que se manejan algunos jóvenes en ese barrio, la xenofobia, las amenazas constantes y el miedo permanente de muchos vecinos con quienes denuncian, se creen “los dueños de todo”.

El joven vivía desde hace poco más de un año a metros de donde fue baleado, en 24 bis y 87. Haciendo algunos trabajos de albañilería, había empezado a rehacer su vida luego de haber venido de su Bolivia natal.

“LOS DUEÑOS DE TODO”

Pero al desarraigo se le sumó otro factor muchas veces presente en la sociedad: la xenofobia. “Los responsables de este asesinato solían ‘agarrársela’ con los bolivianos, robándoles y atacándolos. Ahora la situación va a empeorar”, admitió un vecino del barrio.

En la misma cancha de fútbol de la que venía de jugar Rocha Otarola se juntaron decenas de vecinos y miembros de la comunidad boliviana indignados por la situación. “Lo único que nos queda es reunirnos, para expresarnos. Es muy injusto lo que hicieron”, enfatizaron. Para el grupo que se reunió ayer a la tarde en la misma cancha donde asesinaron a Golbert, es casi seguro que la nacionalidad de la víctima fue lo que desencadenó la decisión de que los agresores le dispararan.

Pero ese factor se conjuga con otro elemento que padecen día a día. “Acá la inseguridad es total. Los robos son a cualquier hora, y sin importar si es a vecinos. Acá nos conocemos todos, pero les da igual”, aseguró un vecino.

Pastizales, calles poceadas de tierra, basurales a cielo abierto. En ese territorio de casas humildes y carencias, la gente se queja de la falta de patrullaje y exigen respuestas. “En pocos meses hubo otros dos crímenes. Esta zona es tierra de nadie, porque siempre se escuchan tiroteos, y los delincuentes hacen lo que quieren”, dijo otro vecino.

Luego del ataque contra las cuatro casas de los presuntos culpables, lo que quedó en el barrio fue un clima de tensa calma en el que, aseguraron, “puede pasar cualquier cosa”.

“Va a seguir estando la custodia policial, por prevención. Pero la semana que viene, van a volver a ser los dueños de todo, y a hacer lo que quieren”, manifestaron aterrados.

“Sabemos que los asesinos tienen sus cómplices que les dan refugio. Tienen otro grupo con el que ya nos amenazaron con matarnos a todos los bolivianos”, aseguraron.

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