Cientos de vecinos evacuados y hospitales que pedían auxilio

La Escuela Primaria Nº 2, de 9 entre 47 y 48 se convirtió ayer en uno de los registros desde donde se pudo medir una de las caras más dramáticas de la inundación. Es que en esas aulas, a oscuras, soportando el frío y la incertidumbre, más de 20 personas se refugiaban al cierre de esta edición. Con una mayoría de niños y adultos mayores, los evacuados del centro contaban historias parecidas: habían salido de sus casas temprano por diferentes motivos y la inundación los sorprendió sin medios para regresar a sus casas. Así, por ejemplo es la historia de María Luis Galiani que, por la tarde, fue al Hospital Rossi a visitar a una vecina internada. El auto en que se trasladaba a su casa, en Los Hornos, se quedó en 7 y 32. A partir de ahí, la incertidumbre. Sola con tres niños pequeños, en medio del diluvio, la recogió un patrullero y desde la comisaría primera la llevaron a la Escuela Nº2. “Hace frío, los chicos tienen hambre, es desesperante”, decía María Luisa. A pocos metros, en el hall de la Escuela, Eduardo Gadler se abrigaba con una frazada esperando ayuda. Es discapacitado y su nieto Martín lo sacó de su casa en 8 y 34 cuando la situación era cada vez más comprometida. Miguel y Silvana viven en 19 y 60 y anoche se preparaban para pasar la noche en la Escuela Nº2. Casi un metro de agua inundó su departamento en la planta baja de un edificio de la zona.